La
Iglesia Parroquial, dedicada a San Vicente, es un buen templo del románico
tardío, en el que destaca en un lateral de su ábside rectangular, un
ventanal gótico con numerosas arquivoltas y dos columnillas que sujetan un
tímpano calado de tipo flamígero.
La espadaña es de tres huecos. La
portada con arquivoltas de medio punto, con decoraciones de fuertes medias
cañas en las dos primeras, tacos en la siguiente y en
la última, una baquetón salpicado de bolas. Todo ello soportado por
tres columnas a cada lado de fuste liso y con capiteles parcamente decorados.
A las afueras del pueblo, se sitúa el cementerio de San Tirso. Edificación románica de un pueblo ya desaparecido, que conserva su magnífica portada, con arquivoltas que se ornamentan sucesivamente con estilizadas hojas, filas de tacos, nidos de abejas, y series de bolas. Como protección, por encima se tiende un tejadillo sobre una cornisa con canes.
Aislada en lo alto de un monte, se sitúa la
Ermita de la Virgen del Rebollar, otra edificación románica del pueblo de Vega
de Bur. Se trata de una obra fechada en el siglo XIII, por tanto es un románico
muy tardío, en transición hacia
el gótico. Lo atestigua su portada, con arcos muy apuntados y sin
ornamentación. Aunque la aguda espadaña
es claramente románica, de un solo
ventanal, y coronada por una cruz calada de brazos flodelisados. En su interior,
cubierto de bóvedas de crucería, cave señalar el antepecho calado del coro y
los retablos.
En su altar, guarda esta ermita, a la imagen de la patrona de toda La Ojeda: la Virgen del Rebollar. Talla sedente en madera policromada del siglo XIII, con el niño en el centro de su regazo, pero tallado de forma independiente y separada.