El suceso ocurrió durante la noche del martes al miércoles en las proximidades de Shatoi, aldea situada en el centro del desfiladero de Argún, uno de los últimos reductos de los guerrilleros separatistas.

Entre 2.700 y 8.000 militantes islámicos resisten la ofensiva de unos 20.000 soldados rusos en esa zona montañosa en el sur de Chechenia, de acuerdo con diversos cálculos de Moscú.

Los portavoces oficiales no incluyeron datos sobre el accidente en sus habituales partes diarios sobre la guerra, que ayer se libró en medio de una fuerte tormenta de nieve sobre toda Chechenia.

El ministro de Defensa, mariscal Igor Sergueyev, manifestó que el objetivo de acabar con los rebeldes islámicos «debe cumplirse antes de que se derritan las nieves». El cuartel general ruso comunicó que las tropas federales han logrado el control absoluto de las colinas que dominan Shatoi, que «ha quedado reducida a cenizas» por los intensos bombardeos, según explicaron los desplazados que han huido de la aldea.

Fuentes chechenas manifestaron que en las últimas horas habían caído sobre Shatoi al menos 13 misiles, aparte de las bombas que lanzan constantemente la artillería y la aviación.

El vicepresidente checheno, Vaja Arsánov, aseguró que «hay muchas víctimas civiles», aunque no facilitó más datos que los anunciados el miércoles sobre el trágico balance de cinco meses de guerra: 70.000 bajas entre muertos, heridos y mutilados.

La aviación rusa efectuó más de 120 misiones de bombardeo sobre los desfiladeros de Argún y Vedenó en las últimas 24 horas, informó otro comunicado militar, que calculó las bajas rebeldes en ese periodo en 150 muertos.

Aparte de Shatoi, otros objetivos de los bombardeos fueron las localidades de Majketa, Chishki, Jarsenoi y Jal-Kiloi. El mando federal anunció también que unidades rusas evitaron un intento de 300 guerrilleros de romper el cerco militar en la aldea de Omi-Chu, cerca de la frontera con Georgia, pero un parte checheno desmintió incluso la existencia de esa población.

Los militares rusos reconocieron, por su parte, combates con en Sharo-Argún y ataques esporádicos a dos puestos federales en Nozhai-Yurt y a la sede de la policía en Urus-Martán. Los guerrilleros, mientras, aseguraron que contraatacan «en todas direcciones» y que los combates «más duros» tienen lugar en Jal-Keloi, donde habrían muerto 40 paracaidistas rusos.

El bombardeo por error de los soldados rusos impidió la asistencia del general Vladimir Shamánov, comandante en jefe de las tropas del Frente Oeste, a Vladikavkaz donde el miércoles se conmemoraba el Día del Defensor de la Patria, al cumplirse 82 años de la creación del Ejército Rojo.

El presidente en funciones de Rusia, Vladimir Putin, dijo ayer en San Petersburgo que el Ejército ruso «no combate al pueblo checheno». Según él, el problema surgió cuando la república caucásica «comenzó a usarse como cabeza de puente para la agresión a Rusia y floreció el bandidaje y el terror».

Putin también subrayó que la operación militar seguirá «hasta el final». «Aplastaremos a los terroristas», aseguró haciendo oídos sordos al aluvión de denuncias de violaciones de derechos humanos y de atrocidades cometidas por las tropas rusas en la república rebelde.