Bishoujo Senshi Sailor Moon: La Alianza
Episodio 24: Mi amigo, mi enemigo



	La vista se me nubló por completo... y empecé a caer.
	"Qué... qué es esto... ¿Este es el poder de la espada Phi? Siento como si no tuviera
fuerzas. Un solo lance de esa espada ha acabado con todas mis energías."


				*	*	*	*


	"... nozomi wa takaku, high, high, high, high!!!"
	"El pobre está desvariando", dijo una voz.
	Abrí los ojos y vi a las Inner Senshi, la princesa y a Borealis rodeándome. Me puse de
pie como si nada hubiera pasado.
	"¿Estás... bien?", preguntó Sailor Moon, preocupada.
	"S... ¡sí! Me siento muy bien. Algo muy extraño puesto que luego de dar ese golpe, me
sentí... o más bien dicho, no sentí nada. ¿Quién me salvó?"
	"Lynx", respondió la princesa. "Se teletransportó hacia en el lugar en que ibas a caer,
te sostuvo y luego te dio algo de energía."
	Las Outer Senshi formaban un grupo aparte de nosotros. Unicorn, Australis y Tuxedo Kamen
también estaban por otro lado, y un poco más lejos, Lynx estaba de espaldas a nosotros. Al
principio dudé, pero luego me acerqué hacia ella.
	"Lynx... gracias."
	"Alguien tiene que derrotar a Kohr, Eagle", dijo ella con voz seca y sin voltear a verme.
Pero lo peor era que me había llamado 'Eagle'...


	"Si ya estás mejor, vámonos", dijo Uranus al darse cuenta que ya me había levantado.
	"¿Qué fue de los Dark Soldiers?", pregunté.
	"Casi todos murieron", respondió Saturn. "Sólo quedaron unos cuantos, de los cuales nos
encargamos nosotros... Esa espada es muy poderosa, pero creo que te excediste. Empleaste toda tu
energía y por eso pasó lo que pasó."
	La espada seguía en mi mano, a pesar de todo lo ocurrido. Yo la observé y tomé una
decisión. Me concentré y la hoja desapareció, quedando sólo el mango, haciendo que fuera más
fácil de transportar. Luego se la di a Venus.
	"Por favor, guárdala hasta que tenga que luchar contra Kohr. No la volveré a usar hasta
entonces."
	"Está bien."


	Nos acercamos hacia la fortaleza. Los cadáveres y restos de los Dark Soldiers que se
encontraban cerca de ahí ofrecían un espectáculo desolador.
	Cuando ya estábamos frente a la fortaleza, diez sombras salieron frente a nosotros.
	"Maldición, ya me estoy hartando de esto...", murmuró Australis, y luego realizó su
ataque.


	Southern Ice Storm!


	Masacre completa... Las diez sombras fueron desintegradas por completo.
	"Hubieras dejado algo para los demás...", comentó Jupiter.
	"¿Ansiosa por morir?", se dejó escuchar una voz... pero no en nuestros oídos. Escuché
la voz en mi mente, y por las reacciones de los demás, me di cuenta que ellos también la habían
escuchado.
	"¿Quién eres?", gritó Mars.
	"Bienvenidos, guerreros", se volvió a escuchar. "Los estaba esperando."
	'Los estaba esperando'... Esa frase era muy predecible.
	"Lo impredecible va a venir ahora, Eagle."
	Eso fue lo último que pudimos escuchar.


				*	*	*	*

	
	Abrí los ojos. Lo primero que vi fue un bulto azul encima mío, pero tras recuperar
un poco la visibilidad me di cuenta que ese bulto era... Eagle.
	"¡Oye, quítate!"
	Nada. Me vi obligado a empujarlo hacia un lado.
	"... futari no tameni, say, say, say, say!!!"
	"Pucha, de dónde habrás sacado esa cosa...", pensé. Un poco más lejos vi a Mercury,
quien estaba con su visor y tecleando en su minicomputadora.
	"¡Vaya! Al fin despertaste", dijo, al verme. "Como no estaba logrando nada tratando
de hacer que recobraran la conciencia, decidí aprovechar un poco el tiempo explorando este
lugar."
	"¿Y has encontrado algo interesante?", pregunté, mientras me levantaba.
	"No... Creo que no hay forma de salir de aquí."
	Estábamos encerrados en una habitación de unos 10 x 10 metros cuadrados, y 5 metros
de altura. Lo único que había alrededor nuestro eran paredes oscuras como el ébano, y unos
pequeños conductos de ventilación, pero demasiado pequeños como para que alguien pudiera pasar
por ahí. La única salida que nos quedaba era tratar de destruir alguna de las paredes, pero...
	"Si intento usar mis poderes..."
	"Podría ser peligroso", dijo Mercury. "El espacio es muy pequeño."
	"¡Entonces déjenmelo a mí!"


	"¡Eagle! ¿Pero qué...?"
	"No te preocupes, Mercury", dijo Eagle, ya recuperado. "Dénle gracias a Kamisama de
tenerme presente en casos como estos. Para evitar causar un derrumbe, es necesario enfocar
toda la energía en un solo punto de la pared. Y para eso, yo tengo una técnica especial."
	En ese momento me di cuenta de lo que él tenía planeado.
	"¿Pero eso no sirve sólo para lanzar objetos hacia arriba?", pregunté.
	"No, mi estimado Unicorn, cuando sabes lo que haces y tienes práctica, no. Pero les
recomiendo que se hagan a un lado, por si acaso."
	Mercury y yo hicimos lo que nos dijo. Eagle se colocó frente a la pared. Pude notar
que estaba enfocando su aura hacia ella.


	Aura Force Wave!


	Eagle movió su brazo izquierdo hacia adelante violenta y rápidamente. La pared se
resquebrajó y poco después los fragmentos salieron disparados hacia el otro lado.
	Ambos lo felicitamos. Él se limitó a sonreír.


				*	*	*	*


	"¿Ni idea de cómo llegamos ahí?"
	"Supongo que la voz que escuchamos fue la de Kohr", explicó Mercury. "Él debió de
transportarnos a distintos lugares de esta fortaleza."
	Eagle y Mercury conversaban mientras corríamos por pasillos comparables al laberinto
del Minotauro. Mientras tanto, yo estaba abstraído en mis pensamientos.


	"Tienes razón. Ya no estás atado a tu pasado y ahora eres libre de elegir
el destino que más te convenga. Pero yo... te quiero sólo como un amigo, Julian. En
verdad lo siento."


	Esa fue la respuesta de Rei la noche anterior. Simple y directo. No me cayó como un
baldazo de agua fría; en cierto sentido, creo que eso era algo que ya me esperaba. Pero tenía
que sacarme el clavo de si ella sentía algo por mí o no. Y cuando llegué a mi casa esa noche,
sólo me tiré sobre mi cama y di un gran suspiro, como si me hubiera quitado un gran peso de
encima. Uno porque corrí el riesgo, y lo otro porque se rumoreaba que Rei era una pateahombres
de profesión.
	Pero aun así...
	"Maldición. Y yo que creía que las chicas nos preferían a los bishonen."
	"¿Sigues con eso?"
	"Olvídalo, hablaba para mí mismo."
	En lo que yo seguía pensando, prácticamente me sorprendió que llegarámos a una nueva
habitación, dejando la monotonía de esos pasillos entreverados. Las paredes estaban cubiertas
de dibujos de unos extraños y horripilantes seres... La luz ingresaba tímidamente por una
abertura en el techo de ese lugar.
	"Tengo un mal presentimiento...", murmuró Eagle.
	Yo también lo tenía...
	"¡Háganse a un lado, RÁPIDO!"


	Eagle y Mercury saltaron hacia el lado izquierdo, mientras que yo lo hacía hacia el lado
derecho. Justo una décima de segundo después, la parte del techo que estaba sobre nosotros se
derrumbó. Una nube de polvo me impedía ver qué había pasado con mis compañeros.
	"¡Oigan! ¿Están bien?"
	"¡Sí... cof, cof... no te preocupes!"
	Me puse de pie y usé mi aura para buscar al que había hecho eso. Alguien había provocado
ese derrumbe y debía estar muy cerca. Pero yo ya presentía quién podía ser...
	"Hola otra vez, Julian..."


	Sí, era ese maldito. ¡Era Jamiel!
	

				*	*	*	*

	
	"¡¿Eres imbécil?! ¡¿No conoces el dicho 'divide y vencerás'?!"
	"¡Cállate, niña engreída! ¡Sólo son tres miserables sombras! ¡Ya te dije que yo puedo
encargarme de ellas, ustedes sigan adelante y yo las alcanzo luego!"
	"¡Ja! Seguro te crees la muy fuerte. Esas sombras te aplanarán."
	"Lo siento pero lo único plano que veo por acá eres tú."
	"..."


	"¡¡JUAJAJAJAJAJAJAJA!!"
	Ese fue un tremendo golpe bajo de Jupiter a Lynx. Me divertía su discusión y había
estado tratando de no reírme pero ya era demasiado.
	"¡AUSTRAAALIS! ¡¿Se puede saber de qué demonios te ríes?!", gritó Lynx roja de
vergüenza y de furia.
	Tomé aliento y traté de ponerme seria... No, ya había sido suficiente.
	"Chicas, por favor...", dije, "les pido que se calmen. No lograremos un buen trabajo
en equipo si ustedes dos siguen peleándose así. Y peor, lo que hacen lo hacen por cuestiones
personales. Dejen a un lado sus ESTÚPIDAS rencillas. ¿Han entendido?"
	Jupiter y Lynx se miraron, luego me vieron a mí, y finalmente agacharon la cabeza
como dos niñitas arrepentidas.
	"Así me gusta. Jupiter, entiende que no podemos dejar que tú sola pelees contra esas
sombras. Si lo hacemos todas juntas será mucho mejor, ¿entendido?"
	"Hai. Wakarimashita."
	"Bueno, pues ¡ATAQUEN! ¡Con todos sus gritos ya se dieron cuenta de que estamos acá!"
	Las sombras estaban lejos de nosotras y no nos habían visto, pero por el pleito de
Jupiter y Lynx se habían dado cuenta de nuestra presencia. Bueno, no iría a ser tan difícil.


	Great Australis Aurora!
	Golden Heavy Blast!
	Jupiter Oak Evolution!


	Sí, no fue tan difícil. Kohr se había quedado sin Dark Soldiers y ahora las sombras los
reemplazaban, aunque ahora, con el nivel de poder que nosotras teníamos, no era mucha la
diferencia entre ambos enemigos.
	Seguimos avanzando sin rumbo fijo. No me preocupaba por mi hermano, Unicorn o Borealis,
pues todavía podía sentir sus auras. Pero por alguna extraña razón, no podía comunicarme
telepáticamente con ninguno de ellos. Supuse que Kohr estaba evitando que lo hiciéramos. Después
de todo, estábamos en su fortaleza y su poder era mayor allí.


	"¡Deténganse!"
	Esa voz...
	"Por donde están yendo no llegarán a ningún lado. Síganme. Yo las llevaré con Kohr."
	Esa voz... era de...
	"¿Yashame? ¿Qué quieres de nosotras?"
	Yashame apareció frente a nosotras, quién sabe de dónde. Yo nunca hubiera confiado en él,
pero de todas formas... había algo en él... algo que me llevaba a hacerle caso.
	"¿Qué... qué te ocurrió, Yashame?"
	"Hace un rato, me crucé con una chica muy especial. Esa parte de mí que se encontraba
bajo el poder de Kohr ahora está liberada. Puedo guiarlas si gustan."
	Pero si eso era... imposible...


				*	*	*	*

	
	"Voy a ser sincero contigo. Nunca hubiera pensado que tú fueras capaz de hacer algo
importante en esta misión. Pero creo que me equivoqué."
	"Bueno... gracias", me respondió Sailor Moon, con una sonrisa nerviosa.
	"Pero de todas maneras, hay algo que tengo que decirte. Esa actitud tan condescendiente
con el enemigo no te va a servir con Kohr para nada. Él es un ser cuyo corazón se encuentra
lleno de maldad pura. Pudiste curar a Yashame... pero con Kohr, eso será imposible. Contra él
deberás emplear toda tu fuerza."
	"Claro que sí, Borealis. Entiendo lo que me quieres decir."
	"Me alivia oír eso. Sigamos adelante."


	Sin embargo, antes de que pudiéramos dar un paso más un par de siluetas nos cerraron
el paso. Mis compañeras y yo nos pusimos en guardia.
	"Aquí se quedan", dijo una voz.
	"¿Quiénes son?", gritó Sailor Venus.
	Dos risas apagadas se dejaron oír. No era difícil darse cuenta de que eran Mel y
Liza. Pero de una cosa estaba seguro; nos costaría muchísimo trabajo poder seguir adelante.


				*	*	*	*

	
	Jamiel... En verdad, ya esperaba encontrármelo, pues sabía que él haría todo lo posible
por luchar conmigo. Y aunque debía odiarlo con toda mi alma, en mí se generaban sentimientos
encontrados. Él no sabía lo que hacía; se encontraba bajo el completo control de Kohr, y además,
había sido mi mejor amigo. Pero también, en esa época... mi hermana... mis padres... ¡no podía
sacarme esas imágenes de la cabeza!
	Era un hecho que tenía que luchar contra él, pero no junto a Eagle y Mercury sino
frente a frente. Jamiel y yo teníamos una cuestión personal y ya había llegado el momento de
arreglar cuentas con él.
	Mis amigos acudieron a mi lado y se pusieron en guardia.
	"Váyanse. Ustedes no tienen nada que ver en esto", dijo Jamiel.
	"¡Idiota! Claro que tenemos mucho que ver."
	"¿Cómo podríamos dejar sólo a un amigo?"
	"Por favor, háganle caso", les dije. "Quiero que me dejen sólo con él."
	"Q... ¿Qué?"
	"¿Te has vuelto loco, Unicorn? ¡Jamás podrás ganarle solo!", gritó Eagle furiosamente.
Yo lo observé durante unos instantes, y luego vi a Jamiel fijamente. Sabía lo que él estaba
pensando, así como él también podía leer mis pensamientos... ambos nos conocíamos demasiado bien.
	--Creo que después de mucho tiempo estamos de acuerdo en algo, Jamiel.--
	--Entonces hagámoslo.--
	Les dirigí una última mirada a Eagle y Mercury.
	"Créanme que lo siento, pero no me dejan otra opción."


	Jamiel y yo concentramos nuestras auras al mismo tiempo, y tras unos segundos, los
cuerpos de Eagle y Mercury brillaron y luego desaparecieron.
	"¿A dónde los llevaste?", pregunté con desconfianza.
	"Tranquilo Julian... no les ha pasado nada. Pero digamos que he acortado un poco sus
ya condenadas vidas. De todas formas tienen que morir a manos de Kohr."
	¡Ese maldito canalla! Sentí una furia inmensa y sin pensarlo más me lancé al ataque.
Arrojé algunas de mis esferas de magma, pero Jamiel logró evadirlas fácilmente a pesar de que
puse toda mi velocidad en el ataque.
	"No por nada soy prácticamente como un maestro para ti", gritó Jamiel, riendo. Había
esquivado mis esferas mediante la técnica del vuelo, la cual, para desgracia mía, yo no
dominaba. Ahora se encontraba sobre mí y tenía todas las de ganar pues desde abajo yo era muy
vulnerable a cualquier ataque suyo.


	Dark Lightning!


	El pánico se apoderó de mí. La velocidad de aquel ataque era impresionante y era
prácticamente ineludible.
	Sin embargo, había olvidado que gracias a la piedra Sigma contaba con algo de energía
adicional y podía hacer algo justo a tiempo. Era arriesgado, pero era mi única opción...
	La única salida que me quedaba era detener la ráfaga con mis propias manos, así que
concentré toda mi aura y extendí mis brazos. Como lo hice con todo mi energía al principio,
fue fácil, pero poco a poco iba perdiendo el control.
	Corrí con suerte. El ataque fue perdiendo fuerza y se disipó, pero toda aquella fuerza
acumulada hizo que cayera al suelo.
	"No estuvo mal... no estuvo mal, Julian. Se ve que has mejorado mucho desde nuestro
primer encuentro, pero de todas formas te será imposible vencerme."
	"No... puedo rendirme. Tengo que ganarle", me dije mentalmente. Rápidamente me puse
de pie, pues Jamiel empezaba a descender sobre mí. Esa era la oportunidad que había estado
esperando.
	"¡Toma esto!"


	"¿Que tome qué, Julian?"
	¡Maldición! Jamiel era demasiado veloz, incluso para mí, y antes de que yo lanzara
otras esferas de magma hacia él me sujetó de los brazos con tanta fuerza que sentía como si
se me fueran a ser arrancados. Me lanzó una malévola sonrisa, antes de arrojarme hacia arriba.
Yo ya estaba perdido. El aire era su dominio.
	"¡MUERE!"
	Jamiel voló hacia mí y dejó caer toda la fuerza de su codo sobre mi tórax. Caí
con gran velocidad, impactando en el suelo.


	Me sentía muy débil. Estaba severamente lastimado, y sentía el correr de la sangre
por varias partes de mi cuerpo. Aun así, todavía me quedaban algunas fuerzas como para ponerme
de pie. Vi a Jamiel de pie frente a mí.
	"¿Eso es todo, Julian? Solías darme batalla... Al parecer, el poder de Kohr es muy
grande como para que tú trates de desafiarlo. ¿Por qué no te unes a él? Tratar de derrotarlo no
tiene sentido."
	"Yo... yo jamás me uniré a Kohr", musité. "Y aunque yo sé que tú estás bajo su control,
no puedo evitar dejar de sentir cierto odio... Si fuiste capaz de ser dominado por sus poderes,
eso quiere decir que tu voluntad es muy débil. Ponías tus conflictos personales con Eagle por
encima de tu obligación como guerrero protector de la Alianza..."
	Jadeando, empecé a elevar mi aura para el último y definitivo ataque.
	"... y eso, yo jamás te lo perdonaré. Eras mi amigo, pero ahora eres mi enemigo. ¡Te
mataré de ser necesario! ¡Vengaré a todas aquellas personas de Lambda a las que tú mataste!"
	Jamiel se puso en guardia, pero no era necesario. Yo acabaría con él.


				*	*	*	*

	
	Sailor Moon y Sailor Venus luchaban contra Liza, y sinceramente no lo hacían nada mal.
Habían mejorado mucho, pero sobre todo me sorprendía Venus por sus ágiles movimientos y sus
inteligentes ataques. A pesar de ser algo apresurado, el entrenamiento con Eagle le había
servido para pulir sus técnicas de ataque.
	Mientras tanto, yo me encargaba de Mel. Sabía defenderse bien, pero me di cuenta que
podía ganarle. Era triste, pero quizás hasta sería necesario acabar con ella.
	"Tienes buena defensa, Borealis", me dijo, sonriendo. "Pero no podrás acabar tan
fácilmente..."


	Great Borealis Aurora!


	No la dejé terminar su frase. Usé mi ataque y logré mandarla a volar. Mel cayó unos
cuantos metros lejos. Por su parte, Sailor Moon y Venus lograron hacer lo mismo con Liza luego
de un ataque combinado.
	"¡Les estamos ganando!", gritó Sailor Moon, entusiasmada.
	"Sigamos así", las animé yo. "No es imposible vencerlas."
	Esperaba a que tardaran algo en incorporarse, pero ambas se pusieron de pie casi al
instante. Las dos se miraron la una a la otra y asintieron.
	"Hermana..."
	"Lo sé, Liza. Tenemos que ir en perfecta sincronía. Sólo así los destrozaremos."


	Tuve un extraño presentimiento... Liza y Mel estaban planeando usar la estrategia de
la unión de sus mentes y pensamientos.
	"¿Pasa algo, Borealis?", me preguntó Venus.
	Maldición... Ahora sí que empezaba a preocuparme. Debíamos acabar con ellas antes de
que establecieran su nexo telepático o si no luego sería casi imposible derrotarlas.
	"¡Atáquenlas, AHORA! ¡Antes de que sea demasiado tarde!"
	Sin embargo, creo que ya era demasiado tarde.


				*	*	*	*

	
	Tuve mis dudas al principio pues los recuerdos me invadieron, pero luego me llené
de decisión; era necesario cumplir con mi deber de guerrero. Puse todo mi poder en el ataque.


	Red Flame Dart!


	La flecha de fuego se dirigió hacia Jamiel, quien empezó a reírse.
	"¿Vas a lanzarme ese estúpido ataque, Julian? Cada vez me decepcionas más."
	En poco tiempo, vi a Jamiel desaparecer, para luego volver a reaparecer, pero esta
vez a cinco escasos centímetros de mí.
	"Como puedes ver", dijo, "soy demasiado veloz para ti."
	No podía soportar la inmensa pena que sentía por él. Una lágrima empezó a recorrer mi
rostro, y él se me quedó viendo, completamente sorprendido.
	"Jamiel... lo siento..."
	La flecha de fuego que lancé volvió contra él. No tuvo tiempo de voltear a verla, y lo
atravesó por la espalda, así que pude ver su rostro de sorpresa, mezclada con horror, al
recibirla.
	Sentí un tremendo dolor en el pecho. El ataque, luego de atravesarlo a él, hizo lo
mismo conmigo, pero no me importó. Es más, ya sabía que eso iba a ocurrir. Simplemente me dejé
caer al piso, y luego, Jamiel cayó sobre mí.
	Lentamente, fui perdiendo los sentidos. Iba a morir...
	

				*	*	*	*

	
	Las cosas iban de mal a peor. Mel y Liza nos estaban vapuleando, y mis compañeras
poco a poco empezaban a perder las fuerzas y las esperanzas. Yo podía contenerlas un poco,
pero de todas formas, también me empezaba a desesperar pues no podía siquiera acertar un
ataque.
	"Esto no me agrada", pensé. Sailor Moon y Sailor Venus ya estaban fuera de combate.
Ahora sólo quedaba yo contra las dos.
	Las dos gemelas se lanzaron contra mí, con sus brazos extendidos dispuestas a cogerme.
Yo, casi por inercia, golpeé a Mel en el rostro con todas mis fuerzas.
	Entonces, ocurrió algo extraño. Mel cayó al suelo, pero no sólo ella... sino también
Liza, a quien ni siquiera había tocado. Ambas se incorporaron, y las dos se sujetaban el
rostro, evidenciando que sentían dolor.
	Comprendí todo al instante. Lo que iba a hacer era sucio, pero simplemente no quedaba
otra salida.
	"¡Sailor Moon! ¡Sailor Venus! ¡Ataquen a Mel con todas sus fuerzas!"
	"¡Entendido!", gritaron ambas, poniéndose de pie.
	Por lo visto, ellas también habían comprendido que el lazo entre Mel y Liza era tan
fuerte que no sólo sus ataques se encontraban en sincronía. El lazo era tan profundo que ambas
sentían lo mismo y al mismo tiempo. Y ese era su punto débil. No era necesario atacar a las
dos, pues derrotando a una ya las teníamos a ambas.
	Vi a Sailor Moon y Sailor Venus con algo más de respeto. No eran tan débiles como yo
lo pensaba al principio. Era seguro que íbamos a ganar ese combate.
	

				*	*	*	*

	
	Cuando abrí los ojos, reparé en que no me encontraba en la misma posición en que había
caído al suelo; ahora estaba boca abajo. Y además, Jamiel no estaba cerca mío, sino a unos
cuantos metros. Sentí su débil aura... ese maldito todavía seguía vivo.
	Me puse de pie y me acerqué hacia él...
	"... un momento. ¿Qué pasó con...?"
	No lo podía creer. ¡Ya no tenía la herida! ¡¿Pero qué demonios había ocurrido mientras
yo estaba inconsciente?!
	"¿Acaso fue... él?", me pregunté, mientras observaba a Jamiel. El corazón me empezó
a palpitar violentamente.


	"¡JAMIEL!", exclamé con desesperación. Corrí y me arrodillé a su lado. Jamiel aún
vivía, pero ya le quedaba poco tiempo.
	"Ju...lian... te felicito. Luchaste muy bien..."
	"Jamiel, no..."
	"Escúchame, por favor... No permitas que mi muerte sea en vano... ¡Tienes que acabar
con Kohr, Julian! ¡Derrótalo, y venga a toda la gente de Lambda que murió por su causa!"
	Ya no podía contener las lágrimas. Yo era un...
	"No pienses eso, Julian", me dijo Jamiel. "Tú no eres un asesino. Sólo cumpliste con
tu deber. Además... yo... fui el que acabó con mi propia vida, al darte toda esa energía
para que te recuperes..."
	"Jamiel, yo... discúlpame..."
	Él sonrió.
	"No... no te preocupes", me dijo. "Me siento orgulloso de ti porque al fin lograste
superarme... amigo..."
	Y aquellas fueron sus últimas palabras. Al fin, en el último momento de su vida,
habíamos vuelto a ser...
	"... Amigos..."
	

				*	*	*	*


	"Bueno. ¿Y ahora a dónde demonios hemos venido a parar?"
	"Eso trato de averiguar, Eagle", respondió Mercury, mientras tecleaba en su computadora.
"Pero parece que nos encontramos muy lejos de donde está Unicorn. Tenemos que ir a ayudarlo
lo más pronto posible."
	"No creo que eso sea necesario", murmuré. "Fue él mismo quien nos transportó hacia acá.
Podría molestarse si interferimos en su combate."
	"Pero... ¿Cómo puedes pensar eso?", me dijo Mercury, algo enfadada.
	"Tú sabes que yo haría cualquier cosa para ayudarlo. Pero es que ahora esto es algo
diferente. Él y Jamiel tienen una rencilla personal de hace tiempo, y estoy seguro que si
fuéramos a ofrecerle nuestra ayuda, él nos diría que no nos metiéramos. Créeme, por favor,
yo lo conozco muy bien."
	"Te creo, pero esa es una forma muy extraña de pensar."
	"Lo sé, Mercury... lo sé. Sólo confiemos en que nuestro amigo ganará y pronto se
reunirá con nosotros."


	Los dos fuimos avanzando, sin rumbo fijo. Empezaban a marearme todos esos pasadizos
y habitaciones.
	"¡Creo que así no vamos a llegar a ningún lado!", comenté. Ella asintió.
	Pero luego, nuestro suerte pareció cambiar. Llegamos a una habitación algo más grande
de las que habíamos visto. Había un trono al otro extremo, y en el techo, una gran esfera
luminosa flotaba.
	"¿Qué es eso?", me preguntó Mercury.
	"Al parecer, simple iluminación. No siento ninguna energía extraña en esa esfera...
Vaya, al fin un lugar sin ese aspecto tétrico, decadente y desolado..."
	"Me alegra que te guste el lugar donde estará tu tumba, Eagle."


	¿Qué había sido eso? Vimos a todos lados, pero no encontramos a nadie.
	El visor de Mercury empezó a parpadear.
	"¡Es por allá!", gritó, señalando hacia unos pilares. De detrás de ellos, apareció
alguien, a quien no podíamos distinguir claramente. Era un sujeto muy alto, y tenía un aura
demasiado poderosa...
	Ese tipo podía ser...
	"No... no me digas que..."
	"Tú eres..."


	"Así es, niños", nos dijo, esta vez mucho más cerca de nosotros. "Soy Kohr."


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"Hai. Wakarimashita" - Sí. Entiendo.

Por fin pueden salir más capítulos de "La Alianza"... Quiero pedirles disculpas por este
capítulo que francamente estuvo muy mal escrito, pero no se preocupen, que las cosas mejoran en
los dos capítulos que vienen (o al menos eso creo yo).
Vaya, ¿pues creían que Julian se iba a morir al estilo Goku-Raditz? Pues ¡¡NO!!... porque sino
luego sus admiradoras me matan...

Fe de Erratas - Frase en japonés del episodio 22

"Sayonara, nii-san":
Esa frase la traduje como "Adiós, hermano", pero hay un error: "Nii-san" quiere decir "hermano
mayor", por lo que es imposible que Elías/Yashame le haya dicho eso a Nakago. La frase correcta
es "Sayonara, otouto-san". "Otouto-san" quiere decir "hermano menor".

Lo que ocurre es que tengo una pequeña base de datos de frases en japonés, y la traducción de
"nii-san" figuraba como "hermano", sin especificar si era mayor o menor. Mil gracias a Daga por
la aclaración.

Bueno, disculpas por los infinitos errores y contradicciones de este fanfic, pero como tiene
26 capítulos sé que me sabrán perdonar (además errare humanum est).


Preguntas, comentarios, sugerencias, insultos: thebrilliantblue@yahoo.com

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