Deseo que vosotros, Guías de Patrulla adiestréis totalmente a vuestras patrullas, pues os es posible tomar a cada uno de los muchachos de ellas y hacerlos de provecho. No basta con tener a uno o dos muchachos sobresalientes y que el resto no sirva de nada. Debéis tratar de que todos sean buenos. El paso más importante en este sentido es vuestro propio ejemplo, puesto que vosotros hagáis, será lo que hagan vuestros Escotes. Demostradles que podéis ganar insignias
y especialidades; y vuestros muchachos os seguirán mediante un pequeño
impulso. Pero recordáis que debéis guiarlos y no tan solo
impulsarlos.
Mis queridas guías: Esta es una despedida. Sirve tan solo para recordarles que, cuando yo haya desaparecido, vuestra tarea en la vida es ser felices y hacer felices a los demás. Esto parece fácil y agradable ¿No es cierto? Comenzaréis hacer felices a los demás, realizando buenas acciones. No os preocupéis por haceros felices a vosotras mismas. Muy pronto descubriréis que esto viene por si solo, en la medida que consigais hacer felices a los demás. Más tarde, cuando tengáis un hogar propio, claro y alegre, haréis de vuestro marido un hombre feliz. Puede que resulte un trabajo arduo, pero traerá sus recompensas si mantenéis a vuestros hijos sanos, limpios y ocupados. Eso los hará felices. Los niños felices aman a sus padres. Nada os proporcionará mayor alegría que un niño que os ame. Estoy seguro que Dios quiere que seamos felices en esta vida. Nos ha dado un mundo lleno de bellezas y maravillas, y no solo nos ha dado ojos para verlas sino mentes para comprenderlas. Solo nos hace falta el buen sentido de mirarlas bajo esa luz. Podemos gozar del esplendor del sol y de los pájaros extraordinarios. Podemos ver la belleza de las flores. Podemos observar maravillados cómo la semilla produce una plantilla joven, que luego crece y da flor y, que a su vez reemplazará a otras flores a medida que éstas mueran. Pues, a pesar de que las plantas, como la gente, mueren, su raza no se extingue, sino que se reproducen y crecen para llevar a cabo el plan del Creador. Así, daos cuenta, vosotras sois los elementos elegidos por Dios; primero para perpetuar la especie, para traer niños al mundo, que reemplacen a los hombres y mujeres que van desapareciendo; segundo, para traer felicidad al mundo, formando hogares felices y siendo vosotras mismas buenas y alegres, camaradas de vuestros esposos e hijos. Es allí donde vosotras como Guías, teneis un lugar especial: tomando interés en el trabajo y las aspiraciones de vuestro marido, podeis ayudarlo con vuestra comprensión y vuestros consejos, siendo así, una verdadera Guía para él. También fortaleciendo y adiestrando las mentes y los caracteres de vuestros hijos, les daréis oportunidad de una vida mejor y más alegre. Irradiando amor y felicidad, en esta forma, obtendréis en cambio el cariño de vuestro esposo y de vuestros hijos, que es lo mejor que podéis desear en este mundo. Encontraréis que el Cielo no es una felicidad que se goza arriba, después de muerta, sino que lo podéis hallar aquí mismo, en este mundo, en vuestro propio hogar. Por lo tanto, guiad a otros hacia la felicidad, y seréis felices. Al hacerlo, haréis lo que Dios espera de vosotras. El Señor sea con vosotras. |
Paginas en Elaboración
Paginas en Elaboración
|
|
Quienes Somos | Nuestra Manada |
|
|
|
|
|
|
|
|
|