El 11-6-00 envié a El País el siguiente artículo, que no fue publicado.

Con la misma fecha se lo envié a La Vanguardia, que tampoco lo publicó.

Días más tarde se lo envié a El Mundo, que siguió el mismo camino que sus colegas.

Moraleja: Fíate de los medios de difusión y no corras. Les importa un pepino informar verazmente o no. Para ellos es más importante lo políticamente correcto, aunque sea mentira.


El Alcalde Álvarez del Manzano tiene mucha Razón

Ha afirmado que el maltrato en la pareja de hecho es mayor que en la de derecho, convenientemente matrimoniada.

Se le ha echado casi todo el mundo encima. Por ejemplo, "El País" del 3-6-00 editorializa hablando de "sermones" (en sentido peyorativo), de "supuesto estadístico" (pero sin aportar ningún dato en contra), de "ignorancia y creencias o prejuicios personales", de "peregrina improvisación", y viene a decir que afirmar que las parejas sin matrimoniar son más propensas a la violencia que las matrimoniadas es contrario al sentido común.

En la misma edición de "El País" se informa de que sólo la Comunidad de Madrid dio datos al Defensor del Pueblo que intentó estudiar este asunto. 70,61% de maltratos en matrimonio frente al 29,39% en parejas de hecho. Pero no nos da el porcentaje de parejas de hecho Este dato la da "La Vanguardia" del 2-6-00: un 2%.

Calculemos: 29,39/2 = 14,6950 para las parejas de hecho. 70,61/98 = 0,7205 para los matrimonios. Proporción Parejas de hecho/Matrimonios 14,6950/0,7205 = 20,4, es decir que un miembro de una pareja de hecho tiene más de veinte veces más probabilidades de sufrir maltrato por su pareja que un cónyuge. No un 10% o un 25% más: más de veinte veces más. Abrumador.

Pero esto no es toda la verdad, porque en el 70,61% atribuido a los matrimonios figura un gran porcentaje de maltrato en parejas en proceso de divorcio, que en realidad ya no son verdaderos matrimonios. Desglosando la parte del 70,61% que correspondiera a estos matrimonios deshechos, obtendríamos probablemente una relación mayor que 100, es decir que un miembro de una pareja de hecho tendría más de cien probabilidades de sufrir maltrato que un cónyuge.

"Elemental, querido Dr. Watson.". Una persona que se obliga a vivir con su cónyuge hasta que la muerte los separe, en la riqueza como en la pobreza, en la salud como en la enfermedad, en la fortuna como en la adversidad, es una persona que asume obligaciones. Asumir obligaciones y cumplirlas es una señal de madurez. Una persona madura no acostumbra a maltratar a otra, y mucho menos a su cónyuge. No se puede predicar lo mismo de un miembro de una pareja de hecho, que rehuye las obligaciones.

El alcalde tiene toda la razón. Y no se ha arrugado para decir algo políticamente incorrecto.

Felicitaciones a los madrileños por haberlo elegido, en lugar de a uno de esos blablableros.

Salvador Raich Ullán