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Mi ayuda a los funcionarios americanos, especialmente a sus jueces

Sólo conozco el problema de las papeletas mal perforadas a través de los diarios "El País" y "ABC", y a veces además "El Mundo" y "La Vanguardia", lo que significa que mi conocimiento es insuficiente. He intentado encontrar en Internet las resoluciones judiciales que se han producido sobre el caso, sin éxito. Pero aplicando el sentido común, creo que mi conocimiento del problema es suficiente para ayudar a los funcionarios americanos, especialmente a sus jueces, a enfrentar el caso acertadamente y a resolverlo satisfactoriamente.

He ofrecido mi ayuda gratuita a medios de difusión (CNN, FOX, The New York Times, The Washington Post, The Wall Street Journal), al propio Partido Republicano, y al Departamento de Estado de La Florida. Ninguno me ha contestado (!?).

Con respecto a los medios españoles, he aquí el mail que envié a "El País" el 21-11-00, que no me contestó ni publicó el artículo, y que contiene la solución al "problema" de las papeletas de votación mal perforadas.

Subject: El Re-recuento es Inútil
Date: Tue, 21 Nov 2000 22:46:08 +0100
From: Salvador Raich Ullan
To: opinion@elpais.es

El Re-recuento es Inútil
En las elecciones españolas tenemos una papeleta por cada candidato a un determinado puesto, por ejemplo al Congreso o al Senado, incluso los pequeños partidos que como mucho consiguen unos pocos centenares de votos. Para cada órgano (Congreso, Senado, etc.) se necesita una urna, y en caso de referéndum, otra para cada pregunta. Los impresos necesarios, más su transporte, más el transporte de los sobrantes (si no se echan a la basura), y tantas urnas cuestan muchos millones de pesetas. El escrutinio se hace a mano, empleando en ello mucho tiempo, y más si hay discusiones sobre la validez de los votos, y las horas extras de los funcionarios encargados del escrutinio también cuestan mucho dinero. Además el escrutinio puede ser irregular y hasta fraudulento.

Los "tontos" americanos emplean una sola papeleta -una cartulina perforada- y una sola urna para elegir, en el presente caso, a un presidente, varios representantes, varios senadores y multitud de cargos locales, y para tomar parte en multitud de referenda. Cada votante inscrito tiene derecho a tres papeletas, por si se equivoca, de manera que basta multiplicar por tres el número de inscritos para saber cuántos -poquísimos- impresos hay que hacer. El escrutiinio se hace por máquinas de tarjeta perforada, con plena garantía de imparcialidad y objetividad, sin lugar a discusiones sobre la validez de las papeletas, y en un periquete, de manera que los funcionarios acaban lo más pronto posible, y cobran lo menos posible. Total: el dinero del contribuyente muy bien administrado, y limpieza y rapidez de la elección.

La papeleta, en la que figuran todos los candidatos a los diferentes puestos, y todas las opciones sometidas a referéndum, tiene un círculo para cada opción, y el votante debe perforar con un sacabocados el círculo correspondiente a la opción elegida. La máquina tiene un foco de luz, y esta luz pasa a través de las perforaciones e incide sobre una célula fotoeléctrica que actúa sobre un contador, que va contando así los votos. El sacabocados debe cortar la cartulina y el confeti formado debe caer; si no cae, la luz no puede pasar, y la máquina no cuenta el voto. El votante ve perfectamente si ha hecho bien el agujero y ha caído el confeti.

¿Qué ha pasado en La Florida?. Que no todos los americanos son listos; también hay tontos, que se han equivocado de agujero y han votado a quien no querían, y/o que al ver que se habíam equivocado de agujero, en lugar de emplear la segunda papeleta, y en caso de volver a equivocarse, la tercera, han perforado además el círculo correcto correspondiente a su elección; pero, claro, la máquina ha detectado un voto a dos candidatos, en lugar de a uno solo, y ha anulado el voto. Piden una segunda votación, lo que es un disparate.

Otras papeletas tienen o bien un agujero sin confeti desprendido -y al no pasar la luz, la máquina no lo cuenta como voto-, o bien sólo un huequecito hecho al apoyar el sacabocados pero sin llegar ni a cortar la cartulina, lo que llaman el "chad preñado", que, con mayor razón, no deja pasar la luz y la máquina no cuenta.

Gore, que conoce a sus electores, supone que los agujeros sin confeti desprendido o los huequecitos los han hecho sus electores más tontos, y pide un re-recuento manual suponiendo que el hecho de no haber perforado bien la cartulina indica que el votante quiso votar aquella opción pero no acertó a hacer bien el agujero.

Con gran sorpresa por mi parte, algunos jueces han aceptado esa suposición, y hasta los miembros del Tribunal Supremo de La Florida han dilapidado su tiempo oyendo a los abogados de Gore, defensores de esa solemne tontería, y a los de Bush, que se han opuesto, y están meditando durante varios días a quién dar la razón. No sé si esos abogados que cobran 120.000 pesetas por hora están mareando la perdiz todo el tiempo que puedan, a fin de aumentar su minuta, o es que también son tontos.

Cualquier persona con una dosis mínima de sentido común tarda unas décimas de segundo en comprender que las papeletas con agujero sin confeti desprendido o con huequecitos pueden ser debidas a tres grupos de votantes:
1.º Electores tontos que no saben hacer bien las perforaciones, como Gore supone -pues los conoce bien- que son los suyos.
2.º Electores arrepentidos, que empiezan a perforar determinada opción, y repentinamente se lo piensan mejor y deciden no votarla. Como no han hecho un agujero bien hecho, con confeti caído, creen acertadamente que no es preciso emplear una nueva papeleta, y siguen utilizando la que tienen entre manos.
3.º Electores equivocados, que empiezan a perforar por error una opción que no quieren, y antes de acabar la perforación se dan cuenta de su error y no acaban de perforar. Como los del grupo 2.º, creen acertadamente que, al no perforar correctamente, la máquina no tendrá en cuenta su error, y no cambian de papeleta.

Ergo, el re-recuento manual es absolutamente inútil, porque ni los recontadores más escrupulosos, ni los jueces más sabios, ni el mismísimo Sherlock Holmes podrán saber, al ver una papeleta con agujero sin confeti desprendido o con huequecito, en qué grupo incluir al votante, y se verán obligados a hacer como la máquina, es decir, a no tener en cuenta tales perforaciones incorrectas, y a dar por bueno el aséptico e impecable recuento de la máquina.

Los sensatos ciudadanos que han reclamado por vía administrativa o contencioso-administrativa por el despilfarro del dinero del contribuyente re-recontando manualmente los votos tienen toda la razón, y se deberá condenar a Gore a pagar esos dispendios, más las costas.

Salvador Raich Ullán, Doctor Ingeniero Industrial y escritor

"El País" no lo publicó. A "El País", por lo visto, no le interesa informar bien a sus lectores.

El 30-11-00 se lo envié, actualizado con la última información, al "ABC", que tampoco me contestó ni publicó el artículo. Otro a quien no le interesa informar bien a sus lectores. He aquí el mail.

Subject: El Re-recuento es Inútil
Date: Thu, 30 Nov 2000 17:15:22 +0100
From: Salvador Raich Ullan
To: cartas@abc.es
CC: opinion@abc.es, internacional@abc.es

Muy Sres. míos:
Sigue un artículo que puede evitar que el Tribunal Supremo de los Estados Unidos de América haga el ridículo.

Espero que colaboren publicándolo mañana.

Si no recibo sus noticias hasta las 21 de hoy, entenderé que lo puedo ofrecer a otro medio.

Saludos
Salvador Raich
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El Re-recuento es Inútil
En las elecciones españolas tenemos una papeleta por cada candidato a un determinado puesto, por ejemplo al Congreso o al Senado, incluso los pequeños partidos que como mucho consiguen unos pocos centenares de votos. Para cada órgano (Congreso, Senado, etc.) se necesita una urna, y en caso de referéndum, otra para cada pregunta. Los impresos necesarios, más su transporte, más el transporte de los sobrantes (si no se echan a la basura), y tantas urnas cuestan muchos millones de pesetas. El escrutinio se hace a mano, empleando en ello mucho tiempo, y más si hay discusiones sobre la validez de los votos, y las horas extras de los funcionarios encargados del escrutinio también cuestan mucho dinero. Además el escrutinio puede ser irregular y hasta fraudulento.

Los "tontos" americanos emplean una sola papeleta -una cartulina perforada- y una sola urna para elegir, en el presente caso, a un presidente, varios representantes, varios senadores y multitud de cargos locales, y para tomar parte en numerosos referenda. Cada votante inscrito tiene derecho a tres papeletas, por si se equivoca, de manera que basta multiplicar por tres el número de inscritos para saber cuántos -poquísimos- impresos hay que hacer. El escrutiinio se hace por máquinas de tarjeta perforada, con plena garantía de imparcialidad y objetividad, sin lugar a discusiones sobre la validez de las papeletas, y en un periquete, de manera que los funcionarios acaban lo más pronto posible, y cobran lo menos posible. Total: el dinero del contribuyente muy bien administrado, y limpieza y rapidez de la elección. Así de "tontos" son los americanos.

La papeleta, en la que figuran todos los candidatos a los diferentes puestos, y todas las opciones sometidas a referéndum, es una cartulina que tiene un círculo para cada opción, y el votante debe perforar manualmente con un sacabocados el círculo correspondiente a la opción elegida. La máquina es, según unas fuentes, mecánica, y según otras, fotoeléctrica, y en ambos casos cualquier persona normal entiende que la máquina cuenta agujeros, que se traducen en votos. Si hay agujero, hay voto, y si no hay agujero, no hay voto. El sacabocados debe cortar la cartulina y el confeti formado debe caer; si no cae, no hay agujero y la máquina no cuenta el voto. El votante ve perfectamente si ha hecho bien el agujero y ha caído el confeti.

¿Qué ha pasado en La Florida?. Que no todos los americanos son listos; también hay tontos, que se han equivocado de agujero y han votado a quien no querían, y/o que al ver que se habíam equivocado de agujero, en lugar de emplear la segunda papeleta, y en caso de volver a equivocarse, la tercera, han perforado además el círculo correcto correspondiente a su elección; pero, claro, la máquina ha detectado un voto a dos candidatos, en lugar de a uno solo, y ha anulado el voto. Piden una segunda votación, lo que es un disparate (pese a lo cual hay jueces perdiendo el tiempo resolviendo esta petición).

Otras papeletas tienen o bien un agujero sin confeti desprendido -y al no detectar agujero la máquina no lo cuenta como voto-, o bien sólo un huequecito hecho al apoyar el sacabocados pero sin llegar ni a cortar la cartulina, lo que llaman el "chad preñado", que, con mayor razón, no ha llegado a producir un agujero y la máquina no lo detecta.

Gore, que conoce a sus electores, supone que los agujeros sin confeti desprendido o los huequecitos los han hecho sus electores más tontos, y pide un re-recuento manual suponiendo que el hecho de no haber perforado bien la cartulina indica que el votante quiso votar aquella opción pero no acertó a hacer bien el agujero.

Con gran sorpresa por mi parte, algunos jueces han aceptado esa suposición, y hasta los miembros del Tribunal Supremo de La Florida han dilapidado su tiempo oyendo a los abogados de Gore, defensores de esa solemne tontería, y a los de Bush, que se han opuesto, y han estado meditando durante varios días a quién dar la razón. Y no sólo los jueces de La Florida, sino que hasta los magistrados del Tribunal Supremo federal se van a entretenar en esa bobada, y me temo que también a ellos se les escape la realidad. A este fin, al de evitarles el error, escribo lo presente. No sé si esos abogados que cobran 120.000 pesetas por hora están mareando la perdiz todo el tiempo que puedan, a fin de aumentar su minuta, o es que también son tontos.

Cualquier persona con una dosis mínima de sentido común tarda unas décimas de segundo en comprender que las papeletas con agujero sin confeti desprendido o con huequecitos pueden ser debidas a tres grupos de votantes:
1.º Electores tontos que no saben hacer bien las perforaciones, como Gore supone -pues los conoce bien- que son los suyos.
2.º Electores arrepentidos, que empiezan a perforar determinada opción, y repentinamente se lo piensan mejor y deciden no votarla. Como no han hecho un agujero bien hecho, con confeti caído, creen acertadamente que no es preciso emplear una nueva papeleta, y siguen utilizando la que tienen entre manos.
3.º Electores equivocados, que empiezan a perforar por error una opción que no quieren, y antes de acabar la perforación se dan cuenta de su error y no acaban de perforar. Como los del grupo 2.º, creen acertadamente que, al no perforar correctamente, la máquina no tendrá en cuenta su error, y no cambian de papeleta.

Ergo, el re-recuento manual es absolutamente inútil, porque ni los recontadores más escrupulosos, ni los jueces más sabios, ni el mismísimo Sherlock Holmes podrán saber, al ver una papeleta con agujero sin confeti desprendido o con huequecito, en qué grupo incluir al votante, y se verán obligados a hacer como la máquina, es decir, a no tener en cuenta tales perforaciones incorrectas, y a dar por bueno el aséptico e impecable recuento de la máquina.

Los sensatos ciudadanos que han reclamado por vía administrativa o contencioso-administrativa por el despilfarro del dinero del contribuyente re-recontando manualmente los votos tienen toda la razón, y se deberá condenar a Gore a pagar esos dispendios, más las costas.

Salvador Raich Ullán, Doctor Ingeniero Industrial y escritor

A continuación doy la versión extractada para uso de los americanos. No tengo tiempo para traducirla al inglés

El Re-recuento es Inútil

Cualquier persona con una dosis mínima de sentido común tarda unas décimas de segundo en comprender que las papeletas con agujero sin confeti desprendido o con huequecitos pueden ser debidas a tres grupos de votantes:
1.º Electores tontos que no saben hacer bien las perforaciones, como Gore supone -pues los conoce bien- que son los suyos.
2.º Electores arrepentidos, que empiezan a perforar determinada opción, y repentinamente se lo piensan mejor y deciden no votarla. Como no han hecho un agujero bien hecho, con confeti caído, creen acertadamente que no es preciso emplear una nueva papeleta, y siguen utilizando la que tienen entre manos.
3.º Electores equivocados, que empiezan a perforar por error una opción que no quieren, y antes de acabar la perforación se dan cuenta de su error y no acaban de perforar. Como los del grupo 2.º, creen acertadamente que, al no perforar correctamente, la máquina no tendrá en cuenta su error, y no cambian de papeleta.

Ergo, el re-recuento manual es absolutamente inútil, porque ni los recontadores más escrupulosos, ni los jueces más sabios, ni el mismísimo Sherlock Holmes podrán saber, al ver una papeleta con agujero sin confeti desprendido o con huequecito, en qué grupo incluir al votante, y se verán obligados a hacer como la máquina, es decir, a no tener en cuenta tales perforaciones incorrectas, y a dar por bueno el aséptico e impecable recuento de la máquina.

Los sensatos ciudadanos que han reclamado por vía administrativa o contencioso-administrativa por el despilfarro del dinero del contribuyente re-recontando manualmente los votos tienen toda la razón, y se deberá condenar a Gore a pagar esos dispendios, más las costas.

A ver si hay suerte y alguien hace llegar a los jueces estas noticias y así pueden resolver sensatamente. Y si alguien puede informarme de dónde, en Internet, se pueden leer las resoluciones judiciales producidas hasta el momento, le ruego lo haga por mail clickando aquí.


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