He ofrecido mi ayuda gratuita a medios de difusión (CNN, FOX, The New York Times, The Washington Post, The Wall Street Journal), al propio Partido Republicano, y al Departamento de Estado de La Florida. Ninguno me ha contestado (!?).
Con respecto a los medios españoles, he aquí el mail que envié a "El País" el 21-11-00, que no me contestó ni publicó el artículo, y que contiene la solución al "problema" de las papeletas de votación mal perforadas.
Subject:
El Re-recuento es Inútil
El Re-recuento es Inútil
Los "tontos" americanos emplean una sola papeleta -una cartulina
perforada- y una sola urna para elegir, en el presente caso, a un
presidente, varios representantes, varios senadores y multitud de cargos
locales, y para tomar parte en multitud de referenda. Cada votante
inscrito tiene derecho a tres papeletas, por si se equivoca, de manera
que basta multiplicar por tres el número de inscritos para saber cuántos
-poquísimos- impresos hay que hacer. El escrutiinio se hace por máquinas
de tarjeta perforada, con plena garantía de imparcialidad y objetividad,
sin lugar a discusiones sobre la validez de las papeletas, y en un
periquete, de manera que los funcionarios acaban lo más pronto posible,
y cobran lo menos posible. Total: el dinero del contribuyente muy bien
administrado, y limpieza y rapidez de la elección.
La papeleta, en la que figuran todos los candidatos a los diferentes
puestos, y todas las opciones sometidas a referéndum, tiene un círculo
para cada opción, y el votante debe perforar con un sacabocados el
círculo correspondiente a la opción elegida. La máquina tiene un foco de
luz, y esta luz pasa a través de las perforaciones e incide sobre una
célula fotoeléctrica que actúa sobre un contador, que va contando así
los votos. El sacabocados debe cortar la cartulina y el confeti formado
debe caer; si no cae, la luz no puede pasar, y la máquina no cuenta el
voto. El votante ve perfectamente si ha hecho bien el agujero y ha caído
el confeti.
¿Qué ha pasado en La Florida?. Que no todos los americanos son listos;
también hay tontos, que se han equivocado de agujero y han votado a
quien no querían, y/o que al ver que se habíam equivocado de agujero, en
lugar de emplear la segunda papeleta, y en caso de volver a equivocarse,
la tercera, han perforado además el círculo correcto correspondiente a
su elección; pero, claro, la máquina ha detectado un voto a dos
candidatos, en lugar de a uno solo, y ha anulado el voto. Piden una
segunda votación, lo que es un disparate.
Otras papeletas tienen o bien un agujero sin confeti desprendido -y al
no pasar la luz, la máquina no lo cuenta como voto-, o bien sólo un
huequecito hecho al apoyar el sacabocados pero sin llegar ni a cortar la
cartulina, lo que llaman el "chad preñado", que, con mayor razón, no
deja
pasar la luz y la máquina no cuenta.
Gore, que conoce a sus electores, supone que los agujeros sin confeti
desprendido o los huequecitos los han hecho sus electores más tontos, y
pide un re-recuento manual suponiendo que el hecho de no haber perforado
bien la cartulina indica que el votante quiso votar aquella opción pero
no acertó a hacer bien el agujero.
Con gran sorpresa por mi parte, algunos jueces han aceptado esa
suposición, y hasta los miembros del Tribunal Supremo de La Florida han
dilapidado su tiempo oyendo a los abogados de Gore, defensores de esa
solemne tontería, y a los de Bush, que se han opuesto, y están
meditando durante varios días a quién dar la razón. No sé si esos
abogados que cobran 120.000 pesetas por hora están mareando la perdiz
todo el tiempo que puedan, a fin de aumentar su minuta, o es que también
son tontos.
Cualquier persona con una dosis mínima de sentido común tarda unas
décimas de segundo en comprender que las papeletas con agujero sin
confeti desprendido o con huequecitos pueden ser debidas a tres grupos
de votantes:
Ergo, el re-recuento manual es absolutamente inútil, porque ni los
recontadores más escrupulosos, ni los jueces más sabios, ni el mismísimo
Sherlock Holmes podrán saber, al ver una papeleta con agujero sin
confeti desprendido o con huequecito, en qué grupo incluir al votante, y
se verán obligados a hacer como la máquina, es decir, a no tener en
cuenta tales
perforaciones incorrectas, y a dar por bueno el aséptico e impecable
recuento de la máquina.
Los sensatos ciudadanos que han reclamado por vía administrativa o
contencioso-administrativa por el despilfarro del dinero del
contribuyente re-recontando manualmente los votos tienen toda la
razón, y se deberá condenar a Gore a pagar esos dispendios, más las
costas.
Salvador Raich Ullán, Doctor Ingeniero Industrial y escritor
Date:
Tue, 21 Nov 2000 22:46:08 +0100
From:
Salvador Raich Ullan
To:
opinion@elpais.es
En las elecciones españolas tenemos una papeleta por cada candidato a un
determinado puesto, por ejemplo al Congreso o al Senado, incluso los
pequeños partidos que como mucho consiguen unos pocos centenares de
votos. Para cada órgano (Congreso, Senado, etc.) se necesita una urna, y
en caso de referéndum, otra para cada pregunta. Los impresos necesarios,
más su transporte, más el transporte de los sobrantes (si no se echan a
la basura), y tantas urnas cuestan muchos millones de pesetas. El
escrutinio se hace a mano, empleando en ello mucho tiempo, y más si hay
discusiones sobre la validez de los votos, y las horas extras de los
funcionarios encargados del escrutinio también cuestan mucho dinero.
Además el escrutinio puede ser irregular y hasta fraudulento.
1.º Electores tontos que no saben hacer bien las perforaciones, como
Gore supone -pues los conoce bien- que son los suyos.
2.º Electores arrepentidos, que empiezan a perforar determinada opción,
y repentinamente se lo piensan mejor y deciden no votarla. Como no han
hecho un agujero bien hecho, con confeti caído, creen acertadamente que
no es preciso emplear una nueva papeleta, y siguen utilizando la que
tienen entre manos.
3.º Electores equivocados, que empiezan a perforar por error una opción
que no quieren, y antes de acabar la perforación se dan cuenta de su
error y no acaban de perforar. Como los del grupo 2.º, creen
acertadamente que, al no perforar correctamente, la máquina no tendrá en
cuenta su error, y no cambian de papeleta.
"El País" no lo publicó. A "El País", por lo visto, no le interesa informar bien a sus lectores.
El 30-11-00 se lo envié, actualizado con la última información, al "ABC", que tampoco me contestó ni publicó el artículo. Otro a quien no le interesa informar bien a sus lectores. He aquí el mail.
Subject:
El Re-recuento es Inútil
Muy Sres. míos:
Espero que colaboren publicándolo mañana.
Si no recibo sus noticias hasta las 21 de hoy, entenderé que lo puedo
ofrecer a otro medio.
Saludos
Los "tontos" americanos emplean una sola papeleta -una cartulina
perforada- y una sola urna para elegir, en el presente caso, a un
presidente, varios representantes, varios senadores y multitud de cargos
locales, y para tomar parte en numerosos referenda. Cada votante
inscrito tiene derecho a tres papeletas, por si se equivoca, de manera
que basta multiplicar por tres el número de inscritos para saber cuántos
-poquísimos- impresos hay que hacer. El escrutiinio se hace por máquinas
de tarjeta perforada, con plena garantía de imparcialidad y objetividad,
sin lugar a discusiones sobre la validez de las papeletas, y en un
periquete, de manera que los funcionarios acaban lo más pronto posible,
y cobran lo menos posible. Total: el dinero del contribuyente muy bien
administrado, y limpieza y rapidez de la elección. Así de "tontos" son
los americanos.
La papeleta, en la que figuran todos los candidatos a los diferentes
puestos, y todas las opciones sometidas a referéndum, es una cartulina
que tiene un círculo para cada opción, y el votante debe perforar
manualmente con un sacabocados el círculo correspondiente a la opción
elegida. La máquina es, según unas fuentes, mecánica, y según otras,
fotoeléctrica, y en ambos casos cualquier persona normal entiende que
la máquina cuenta agujeros, que se traducen en votos. Si hay agujero,
hay voto, y si no hay agujero, no hay voto. El sacabocados debe cortar
la cartulina y el confeti formado debe caer; si no cae, no hay agujero y
la máquina no cuenta el voto. El votante ve perfectamente si ha hecho
bien el agujero y ha caído el confeti.
¿Qué ha pasado en La Florida?. Que no todos los americanos son listos;
también hay tontos, que se han equivocado de agujero y han votado a
quien no querían, y/o que al ver que se habíam equivocado de agujero, en
lugar de emplear la segunda papeleta, y en caso de volver a equivocarse,
la tercera, han perforado además el círculo correcto correspondiente a
su elección; pero, claro, la máquina ha detectado un voto a dos
candidatos, en lugar de a uno solo, y ha anulado el voto. Piden una
segunda votación, lo que es un disparate (pese a lo cual hay jueces
perdiendo el tiempo resolviendo esta petición).
Otras papeletas tienen o bien un agujero sin confeti desprendido -y al
no detectar agujero la máquina no lo cuenta como voto-, o bien sólo un
huequecito hecho al apoyar el sacabocados pero sin llegar ni a cortar
la cartulina, lo que llaman el "chad preñado", que, con mayor razón, no
ha llegado a producir un agujero y la máquina no lo detecta.
Gore, que conoce a sus electores, supone que los agujeros sin confeti
desprendido o los huequecitos los han hecho sus electores más tontos, y
pide un re-recuento manual suponiendo que el hecho de no haber perforado
bien la cartulina indica que el votante quiso votar aquella opción pero
no acertó a hacer bien el agujero.
Con gran sorpresa por mi parte, algunos jueces han aceptado esa
suposición, y hasta los miembros del Tribunal Supremo de La Florida han
dilapidado su tiempo oyendo a los abogados de Gore, defensores de esa
solemne tontería, y a los de Bush, que se han opuesto, y han estado
meditando durante varios días a quién dar la razón. Y no sólo los
jueces de La Florida, sino que hasta los magistrados del Tribunal
Supremo federal se van a entretenar en esa bobada, y me temo que
también a ellos se les escape la realidad. A este fin, al de evitarles
el error, escribo lo presente. No sé si esos abogados que cobran
120.000 pesetas por hora están mareando la perdiz todo el tiempo que
puedan, a fin de aumentar su minuta, o es que también
son tontos.
Cualquier persona con una dosis mínima de sentido común tarda unas
décimas de segundo en comprender que las papeletas con agujero sin
confeti desprendido o con huequecitos pueden ser debidas a tres grupos
de votantes:
Ergo, el re-recuento manual es absolutamente inútil, porque ni los
recontadores más escrupulosos, ni los jueces más sabios, ni el mismísimo
Sherlock Holmes podrán saber, al ver una papeleta con agujero sin
confeti desprendido o con huequecito, en qué grupo incluir al votante, y
se verán obligados a hacer como la máquina, es decir, a no tener en
cuenta tales
perforaciones incorrectas, y a dar por bueno el aséptico e impecable
recuento de la máquina.
Los sensatos ciudadanos que han reclamado por vía administrativa o
contencioso-administrativa por el despilfarro del dinero del
contribuyente re-recontando manualmente los votos tienen toda la
razón, y se deberá condenar a Gore a pagar esos dispendios, más las
costas.
Salvador Raich Ullán, Doctor Ingeniero Industrial y escritor
Date:
Thu, 30 Nov 2000 17:15:22 +0100
From:
Salvador Raich Ullan
To:
cartas@abc.es
CC:
opinion@abc.es, internacional@abc.es
Sigue un artículo que puede evitar que el Tribunal Supremo de los
Estados Unidos de América haga el ridículo.
Salvador Raich
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El Re-recuento es Inútil
En las elecciones españolas tenemos una papeleta por cada candidato a un
determinado puesto, por ejemplo al Congreso o al Senado, incluso los
pequeños partidos que como mucho consiguen unos pocos centenares de
votos. Para cada órgano (Congreso, Senado, etc.) se necesita una urna, y
en caso de referéndum, otra para cada pregunta. Los impresos necesarios,
más su transporte, más el transporte de los sobrantes (si no se echan a
la basura), y tantas urnas cuestan muchos millones de pesetas. El
escrutinio se hace a mano, empleando en ello mucho tiempo, y más si hay
discusiones sobre la validez de los votos, y las horas extras de los
funcionarios encargados del escrutinio también cuestan mucho dinero.
Además el escrutinio puede ser irregular y hasta fraudulento.
1.º Electores tontos que no saben hacer bien las perforaciones, como
Gore supone -pues los conoce bien- que son los suyos.
2.º Electores arrepentidos, que empiezan a perforar determinada opción,
y repentinamente se lo piensan mejor y deciden no votarla. Como no han
hecho un agujero bien hecho, con confeti caído, creen acertadamente que
no es preciso emplear una nueva papeleta, y siguen utilizando la que
tienen entre manos.
3.º Electores equivocados, que empiezan a perforar por error una opción
que no quieren, y antes de acabar la perforación se dan cuenta de su
error y no acaban de perforar. Como los del grupo 2.º, creen
acertadamente que, al no perforar correctamente, la máquina no tendrá en
cuenta su error, y no cambian de papeleta.
A continuación doy la versión extractada para uso de los americanos. No tengo tiempo para traducirla al inglés
Ergo, el re-recuento manual es absolutamente inútil, porque ni los recontadores más escrupulosos, ni los jueces más sabios, ni el mismísimo Sherlock Holmes podrán saber, al ver una papeleta con agujero sin confeti desprendido o con huequecito, en qué grupo incluir al votante, y se verán obligados a hacer como la máquina, es decir, a no tener en cuenta tales perforaciones incorrectas, y a dar por bueno el aséptico e impecable recuento de la máquina.
Los sensatos ciudadanos que han reclamado por vía administrativa o contencioso-administrativa por el despilfarro del dinero del contribuyente re-recontando manualmente los votos tienen toda la razón, y se deberá condenar a Gore a pagar esos dispendios, más las costas.
A ver si hay suerte y alguien hace llegar a los jueces estas noticias y así pueden resolver sensatamente. Y si alguien puede informarme de dónde, en Internet, se pueden leer las resoluciones judiciales producidas hasta el momento, le ruego lo haga por mail clickando aquí.