Soy arena quieta playa del éxtasis tendida,
tú la óla que a mis orillas siempre vuelves.
óla en bravura oleaje que me hace solo suya
en abrazos dorados tardíos en mí te pierdes,
con la neblina pasión salada de tus locuras.
Furia que en tus inmensidades me estremeces.
Profundida que trapasas mis orillas en premura,
como temiendo que el sol, el aire puedan verte.
Bruma radiante de abrazos sin prisa en espuma,
donde se juntan en remolinos los deseos fuertes,
Como el rocío mañanero perfumando la lluvia,
entre marullos bravios salpicando salitre se muere!
Eres imponente, majestuoso, grandeza que asusta.
Soy arena dorada en la lejanía angosta doliente.
ólas de aguaceros en noches frias y en penumbras,
yo la arena deseándo solo secretamente te quedes,
traspasando siempre en furia calmada mis orillas.
Soy la frisa nocturna, serena donde tu oleaje duerme.
Estoy en tí por los confines del cielo siempre unida
como brebaje que aunque te mate, deseándo se bebe,
por laberintos de tus profundidades de algas obscuras
caracoles gríses que se diluyen en arena del sol ardiente
oleaje aprisionándome me suelta en arena me tortura
a ver si en rebeldia en noches de luna de tí me ausente.
Estamos ligados, así el mar lo está besando mis orillas.
como lo está el cielo a sus estrellas de faroles durmientes.
siempre seré en tí la arena apacible de tus lejanas colinas,
tú siempre serás el sol y rayos del viento cuando amanece.
Tú en tu locura me devuelves en sales cristalinas la vida
yo en mi calma permito en agonía, que mis orillas beses!
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Lunes, Enero 24, 2000
Puerto Rico Yira
