La lágrima oculta que jamás aflorará a mis pupilas
la que ruje en silencio entre desafíos, entre dientes!
La lágrima que nace sin morir cual ave adolorida,
en suspiros acorralados por las esquinas del vientre.
Esa lágrima que gime que rasga en el velo de mi vida,
jamás aflorará a mis ojos la maldita.
¡Esa lágrima no la veran jamás ustedes!
Entre alegrías rutinarias, entre baúles de esperanzas,
callada oculta la lágrima sin queja solitaria muere.
La que navega en ilusorias decapitadas añoranzas,
la que llorando en nostalgías en mís adentros se pierde,
por la escalinatas entre baldíos arrabales
distancias negras acobardadas
entre el cielo azul y en llanuras verdes.
La que se acobarda en desaires
con la espada traspasando
en lluvia los umbrales
del débil y del fuerte.
Esa lágrima maldita
que se aferra a mi garganta
como los gavilanes
que van acechando
ironías en falsedades.
¡La que rayos en maldiciones
el alma te va arrancando
sabiéndo como duele!
Esa lágrima en la corriente,
se estanca.
Entre agua dulce, agua salada,
que se cristaliza en el sol naciente.
Para que no se desborde,
cual llanto de cascada.
Ahogándose en el pecho,
frío inmerzo de arrogancia.
¡Esa maldita lágrima
jamás la veran ustedes!
Esa lágrima guardian
de mis secretos amoríos
de noches de luna
cuando anunciaba
los albores escondidos
entre el morivivi
la albahaca y laureles.
La que se aferra a tú cintura
cuando en ópalo la luna
a la mente en disputa, entretiene.
Esa lágrima mía,
la que se asomo en
mis ojos uno que otros
atardeceres.
y se beso a solas
con el rocío.
¡Cuando las penas,
penas negras duelen!
Esa lágrima, que fue alabanza
desgarrando los sollozos
taladrando efímeros pozos
de nostalgias.
Para cuando el dolor
sediento que duele tanto
se ahogara en su bruma
ocultando la amargura
de algun amor deshecho.
Los que me robaron el aliento
cuando los amorios
en tristuras
en alas del olvido
al final se ausenten.
¡Esa maldita lágrima
jamás la veran ustedes!
Lágrima que en fogata
de inquietudes
quema los sentidos
ardiendo de pasión
de miedo de padeceres.
La que en bravura gime
araña quiebra tus poderios
en tardes de horas vuelve
esa lágrima que se preña
de mariposas siempre,
muertas en el intento volando
en el suelo de rabia
del desespero hiere.
¡Esa maldita lágrima
jamás la veran ustedes!
Quizás en aparente descuido mío,
al fin algún día sin darme cuenta
la liberte.
Atraves de mis ventanales
opacados y dolientes.
Se asome en silencio
ladrona infame,
a mis pupilas dormidas
se derráme sobre mi mustio
cesped.
Y en fríos otoñales
se abracen dólidos
el recuerdo y el olvido.
En gemido, en angustia y recen.
Entonces la lágrima
me habrá vencido
y el profundo dolor herido
y en cascada salvaje
sin rumbo se asomara
entonces será como el todo
será como la nada,
ancestrales impios suspiros.
¡Me habrá ganado,
maldita sea
la lágrima, la batalla!
Y en ausencia de mí,
el llanto desvalido
cuando mi cuerpo
quieto, inerte, herido
en nubes de ignorancía
se asómara en asombro,
a mis ojos
la maldita lágrima.
Pero jamás ni por un instante
veran en mi el enojo
los sinsabores en caudales
aflorando en lamentos
y aunque en lloro discreto
se tiñan de rojo ó de negro
mis ojos durmientes.
La lágrima aunque ausente,
jamás la veran ustedes.
En riendas desinquietas
del lloro prisionero
que por tanto tiempo
en grises congojas
mantuve silente
la maldita lágrima
que hoy inerte y sin vida
al final de mis días
la lágrima insistente, mia
habiase asomado sin que jamás
llorando
la vieran ustedes.
Llorando soledades
partiéndose en gemidos
como si hubiese sabido
que mi vida estaba trunca
se asomo en desconsuelo
desde mis entrañas dolientes.
y mi cuerpo ya sin vida
le abrio de mis ojos
los ventanales
para que al fin se escapara
en libertades del sendero.
Y la maldita lágrima
para que no la vieran ustedes
quiso morirse en mi propio silencio!
cerrandose mis ojos en mi ultimo
suspiro
la lágrima gimiendo y llorando
en desquite, se murío conmigo!
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