Déjame en libertades el alma
y déja mis manos libres
ajena tú, de amores
de los que el pecho taladrán
acantilados de arecifes fríos
déjame con este amor que gimiendo vive
conquistando, redes, ilusorias de esperanzas.
Déjame en grito doliente
con este amor que tú no comprendes
filo de plata devorando primaveras
como espada clavada de ansias
sé que te esperaba te esperaba
vuelo tembloroso del ave
que en su huída jamás se escapa.
Surcando sin remedio su cielo en anhelos
capturando del sentir nubes blancas
Luna de plata, luceros, tus ojos negros
que al cielo en destellos engalana.
déjame las manos libres
para en tu poderío ser nube regalada.
Déjame gritar ir traspasando la montaña
amarte en delirio ciego
donde amando se muere la lágrima
y tú en lejanía absoluta
aún ajena sin saber nada
Déjame las manos libres
para tatuarte en besos la mirada
déjame en llamarada te lo imploro
las manos libres
para ir bordándote las mañanas
enredadera del manto de pieles
en tu piel de amor, crucificada
déjame las manos libres
para poder en silencio
regalarte jasmines, rosas
perfumar de lluvia
lozanías en tu cara
Amarte en el secreto moribundo
pequeñeces que se agrandan
por los ventanales obscuros
de las noches claras
déjame quererte en mis locuras
como los amantes se aman.
Borrachera que duele
cuando tus labios
de los míos dolientes se escapan.
Déjame las manos libres
déjame libre el alma
regalarte el sol y anocheceres
si se te antojarán
después si mi amor
no te alcanzará
en desafíos que duelen
déjame en un solo beso
al menos
arráncarme el corazón
en tus deseos siempre.
Postrarme de angustias
en mares de esmeraldas
mares de los te quieros
ahogarme de pasión
abrazándome a tu playa.
Déjame las manos libres
para tallar los recuerdos
que aún me falta.
de primaveras desnudas
el otoño las reclama
déjame el alma libre
sin tu amor me muero
si el corazón en ironías
ya sin tí me faltaba.
©Derechos Reservados 2000
9/25/2000
Puerto Rico Yira