ANIMALES SECUESTRADOS

  Muchos animales son raptados de sus hábitats, encerrados en prisiones y exhibidos a nuestro capricho en delfinarios, circos, zoológicos, safaris, parques naturales, tiendas de animales o exposiciones itinerantes o aquariums. También son cautivos de nuestros caprichos y modas muchos animales de compañía a los que obligamos a vivir en nuestras casas, lejos de su hogar, como loros, iguanas o peces tropicales. Únicamente los perros y los gatos, que viven con nosotros desde tiempos inmemoriales, están por ello están tan adaptados como el ser humano a nuestros hábitats.

  La Asociación para un Trato Etico con los Animales quiere resaltar la inutilidad de estos centros de coleccionismo y exhibición, que no son de ningún modo educativos. Mantener animales en cautividad supone violar sus derechos más fundamentales. Ningún niño puede aprender nada en un zoológico, excepto la absurda idea de que el ser humano puede encerrar en él, a su voluntad, a toda clase de animales inocentes que, inevitablemente, van a sufrir las consecuencias de la prisión y la represión de sus instintos más elementales.

  Si a nosotros no nos gusta pasar todos los días de nuestra vida en una jaula, a un gorila, a un pez o a una cotorra, tampoco. La contemplación de chimpancés con expresiones ausentes, aburridos y desesperados; de delfines a los que se obliga a saltar por aros y que son convertidos en bufones; del león, el tigre o el elefante convertidos en bestias que se inclinan ante nosotros para que nos divirtamos... ¿Qué puede enseñar todo esto a un niño, si no es la idea de que podemos esclavizar a otros?

  Además, todo ello no hace sino fomentar la idea de que también en nuestros domicilios podemos tener “mascotas” tan poco recomendables como las serpientes, iguanas, tigres o peces tropicales tan bonitos que vemos en los zoos o acuarios. Y el fomento de este tipo de “mascotas” incide de forma directa en el tráfico ilícito de animales y en la extinción de especies.

  Si lo pensamos un poco, hay posibilidades mucho más respetuosas, baratas, atractivas e interesantes para aprender y observar a los animales en acción, en su propio ambiente y sin causarles daño. En lo que respecta a los zoos, parques, acuarios y delfinarios, tienen una excelente alternativa: Internet, los documentales de la televisión y los libros sobre animales en libertad nos permitirán aprender sobre ellos mucho más que cualquier jaula o pecera.

  Desde ATEA invitamos a todas las personas respetuosas y sensibles a que no fomenten con su presencia y participación este tipo de cárceles de animales, por muy idílicas que parezcan; a que no tengan cautivos en sus casas a otros seres que estarían mejor en su hábitat natural; a que mantengan, en general, una actitud más respetuosa con el resto de las especies, sin provocarles sufrimientos innecesarios; y a que no olviden que la única forma de vida aceptable, para ellos y para nosotros, es, como siempre, en libertad.

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