HISTORIA COMPARADA DE BRETONIA
Y SUS LEGENDARIOS PERSONAJES

 

A pesar de que Warhammer es un mundo fantástico lleno de seres inimaginables, bien es cierto que sus diseñadores beben de la mitología clásica, de las razas fabulosas creadas por Tolkien, Howard o incluso Lovecraft y de la propia historia de la Humanidad. El Mundo Antiguo donde se desarrollan las aventuras de Warhammer es a ojos de todos una extraña Tierra confeccionada a gusto de los diseñadores, pero que difícilmente puede escapar de un análisis siquiera ligero: Los reinos humanos son sencillos de descubrir, pues Estalia es España, Italia se convierte en Tilea y el Imperio de Karl Franz no es más que una versión diluida del Sacro Imperio de Carlomagno y de las posesiones Austro-húngaras de Francisco José; así, Sylvania es una lejana Rumanía (Transilvania) llena de vampiros, y Kislev nos recuerda poderosamente a Kiev, importante ciudad de la antigua Unión Soviética (actualmente Ukrania). Podemos pensar que, a pesar de que las otras razas poco tienen que ver con los humanos, siguen una extraña pauta: Los Altos Elfos, a pesar de que parecen vivir en una resurgida Atlantis, lo cierto es que encarnan perfectamente la blancura de los ingleses (habitantes, cierto es, de una isla), y que sus primos lejanos, los Elfos Oscuros, habitan en un lugar extrañamente similar a los actuales Estados Unidos de América, y su traición se asemeja (a ojos de los hijos de la Gran Bretaña), a la que cometieron los criollos americanos cierto cuatro de julio de un año no tan lejano...

Este es un análisis serio pero no somero algunos de los personajes más importantes del folklore bretoniano, aparecidos en el Libro de Ejércitos - Bretonia de la 5ª Edición, y cuyas miniaturas todavía pueden encontrarse con relativa facilidad, o bien de aquellas tradiciones medievales que Games Workshop ha adaptado para componer la filosofía de nuestro bienamado ejército.

BRETONIA

La noble Bretonia es, en sí, una mezcolanza entre Francia e Inglaterra, tomando el espíritu de la Baja Edad Media (donde las relaciones entre ambos países, aún no formados en su totalidad, podían considerarse amables e incluso fraternales), a pesar de que su transfondo corresponde a una época especialmente amplia, entre los últimos dos siglos del primer milenio (años 800 a 1000), donde comienza a aparecer el sistema feudal e Inglaterra se desvincula de Roma, a mediados del siglo XV, por las razones que veremos a continuación.

Bretonia es, a su vez, un término franco e inglés, que refiere desde la Bretaña francesa a la misma Gran Bretaña. La simbología bretoniana se reparte entre la fleur de lys (símbolo, por otra parte, en dorado y sobre azur, de la corona francesa), y el Grial (el Santo Cáliz de la Última Cena, buscado por caballeros, templarios y cruzados desde los tiempos de Arturo, que en la actualidad se encuentra custodiado en la Catedral de Valencia -España-*). A pesar de que la varias ciiudades bretonianas recuerda fonéticamente a ciudades reales de Francia (Bordeleaux -Burdeos-, Lyonesse -Lyon-), y que muchhos de sus nombres sean auténticamente franceses (Armand de Aquitaine, Jules el Bretón...), lo cierto es que existen parecidos suficientes con la Inglaterra de los normandos y los sajones (Bertrand y Hugo, así como el Rey Louen son copias calcadas de Robin Hood y su compañero Little John, así como de Ricardo Corazón de León), y la antigua Bretaña artúrica (La Dama del Lago, Morgiana, el Juicio de Dios...), como para considerar a Bretonia un lugar fantástico totalmente "francés".

EL HADA MORGIANA (Morgan Le Fay)

El hada Morgiana de Bretonia se nos presenta como una mujer temperamental pero bondadosa, de grandes conocimientos arcanos, profetisa de la Dama del Lago; monta en un hermoso Unicornio, viste una enjoyada capa bordada con flores de lis y alza en su mano un cáliz de pociones que recuerda poderosamente al Grial que buscan tanto los caballeros bretonianos como buscaban los caballeros cruzados.

Pero nada más lejos de la realidad: Morgan Le Fay, personaje fantástico perteneciente a las crónicas artúricas, fue un modelo de maldad y perversión. Hermana del rey Arturo por parte de madre, fue enclaustrada de niña en un monasterio donde aprendió las artes nigrománticas; no tardó en ambicionar el trono de Inglaterra y no dudó en engañar a su esposo, entregándose voluptuosamente a un noble al que forzó a enfrentarse a Arturo en combate, robando para ello la mágica Excalibur. Después de fallar en su intento, tejió con sus propias manos una capa enjoyada, que encantó para acabar con la vida de quien la vistiese, y la entregó como presente a Arturo, en acto de reconciliación. La intervención de la maga Nyneve salvó la vida del rey, pero esto no impidió que siguiera conjurando para matarlo, cosa que consiguió, después de muchos intentos, en el ocaso de Camelot y la Tabla Redonda**.

En un mundo dominado por una fe ciega en Dios, Morgana encarnó los siete pecados capitales en una mujer: Envidió el coraje de Arturo y sus caballeros, se encendió en ira mortal contra él, lo que la llevó a atentar contra su vida en más de una ocasión y, sobre todo, se dejó arrastrar por la lujuria, entregándose a tantos hombres como pudo para hacerlos caer bajo su embrujo y, así, poder lanzarlos contra Arturo. Es por ello incomprensible que pudiera montar un unicornio como se nos asegura en el perfil del personaje, puesto que estos fantásticos animales solo pueden ser montados, tocados y domados por muchachas de doncellez intachable, es decir, vírgenes y puras como el agua de manantial; en pocas palabras, de las muchas mujeres que podrían haberse acercado a un unicornio, probablemente Morgana habría sido la única corneada y coceada a partes iguales.

Es comprensible que, para el aficionado no versado en temas artúricos, Morgana suena como más hechicera que cualquiera de las otras magas de las crónicas, más puras, pero menos conocidas; Así, por ejemplo, la propia Nyneve del Lago (no confundir con la Dama del Lago), que en su juventud enamoró a Merlín y acabó encerrándolo bajo una montaña, aprendió magia del legendario druida y, durante su madurez, ayudó a muchos caballeros, impartió justicia e incluso salvó la vida de Arturo en una ocasión; nadie refiere contacto carnal de esta maga, por lo que resulta mucho más apropiada para el personaje de Hada de Bretonia que la pérfida Morgiana (así que este es un buen momento para desterrar ese nombre de nuestras hojas de ejército).

 

LA DAMA DEL LAGO, ESCALIBUR y EL SANTO GRIAL

Según el trasfondo bretoniano en Warhammer, La Dama del Lago custodia el Santo Grial y entrega éste a los Caballeros Andantes verdaderamente valerosos para que beban de él; en la auténtica leyenda artúrica, la Dama del lago y el Santo grial son dos elementos completamente distintos y diferenciados, sin ninguna relación entre sí, como veremos a continuación.

Al comienzo de las aventuras de Arturo como Rey de Inglaterra, Merlín lo conduce a la enigmática Dama del Lago, que, a su vez, lo lleva a una laguna de aguas cristalinas donde encuentra la mítica Excalibur, tomándola de un brazo enjoyado de mujer que surge de las profundidades del lago. A pesar de que suponemos que la Dama del Lago es una hechicera de grandes poderes o incluso un espíritu del bien, esta encuentra la muerte a manos de un caballeros vengativo, sin que se encuentre un motivo en los textos para ello**. Tras la muerte de la Dama, no vuelve a tomar parte del ciclo de Arturo salvo modernas excepciones y la influencia del cine, que nos han hecho creer que la importancia de la Dama del Lago fue mucho mayor en la historia de Camelot. Por cierto, según las crónicas más antiguas que hablan de Arturo, la espada en la piedra que éste toma para convertirse en rey por derecho no corresponde a Excalibur como mucha gente cree, aunque en este punto las opiniones varían mucho y difícilmente puede formarse una opinión auténtica pues, no lo olviemos, hablamos de leyenda y mito.

Por otro lado, el Santo Grial es una reliquia cristiana, correspondiente al cáliz con el que Criston bendijo la Última Cena junto a sus discípulos y que contuvo el agua -la sangre-, y, como se refiere en la Misa, este es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna que será derramada por vosotros y todos los hombres, lo que muchos consideraron una declaración de inmortalidad y de tránsito de la impureza a la pureza. El Santo Cáliz se encuentra actualmente en la Catedral de Valencia; aunque muchos incrédulos siguen afirmando que la reliquia (comparable en lo religioso a la Sábana Santa de Turín), es parte del tesoro de los Cátaros, son muchos los que creen de corazón que el Grial que se encuentra en la Catedral de Valencia es aquel que utilizó Cristo durante la última cena (en definitiva, el Santo Grial que buscaban los caballeros de la Edad Media, que corresponde con el Santo Grial custodiado por la Dama del Lago en nuestro juego).

 

REPANSE DE LYONESSE (Juana de Arco)

No el difícil comparar la historia de la Doncella de Orlèans con la aguerrida Repanse; la diferencia estriba, por supuesto, en que la revelación religiosa de aquella se convierte en fervor por la Dama del Lago y el Santo Grial en el caso de la joven bretoniana, y que en el primer caso los enemigos del Reino son los ingleses y en la ficción son los Orcos (apuntemos que los ingleses también pueden considerarse bretones a efectos geográficos en Warhammer, por lo que de haber seguido la historia al pie de la letra se hubiera producido una paradoja).

Lo que se oculta al joven aficionado al hobbye es que donde termina la leyenda de Repanse comienza el calvario de Juana: Tras la victoria de la joven bretoniana se pone punto y final a su historia, mientras que la Doncella de Orlèans fue víctima de las conjuras palaciegas y acabó siendo juzgada y condenada a la hoguera por blasfemia (al asegurar que era paladín de una misión divina), a pesar de haber contado hasta entonces con la bendición del Delfín de Francia, el rey Carlos VI, así como el apoyo incondicional del pueblo. Solo a principios del siglo XX, la Iglesia rectificó su error y acabó santificando a la heroína, santa ya para el pueblo francés.

A pesar de que Repanse pertenece a una edición pasada del juego (la 5ª), no debemos olvidarnos de su figura en plomo, de hermosa factura, y animarnos a buscar un personaje alternativo "legal", pues resulta más que apropiado para enfrentar al ejército bretón con una legión del Imperio encabezada por Cazadores de Brujas o Sacerdotes Guerreros, de iconografía próxima a la Inquisición, que puede enmarcar una batalla histórica muy similar a las que la Doncella de Orlèans mantuvo durante el apogeo de la Edad Media en Francia.

 

LOUEN LEONCOEUR (Ricardo Corazón de León)

No montaba un Hipogrifo, ni fue Rey de un reino verdaderamente unido y ni mucho menos tuvo la brillantez de la Armadura mágica que su homólogo ficticio portaba, pero Ricardo Corazón de León fue un monarca valeroso y arrojado, que encabezó una de las primeras Cruzadas hacia Tierra Santa y que, según crónicas y leyendas, fue traicionado por su hermano Juan Sin Tierra y encarcelado hasta que una revuelta campesina entre los sajones (sojuzgados en aquella época por los normandos, en el albor de Inglaterra), legendariamente encabezada por Robin Hood y sus bandidos de Sherwood, permitió al Rey regresar para reclamar su trono.

La traducción de Leoncoeur no ofrece lugar a dudas para reconocer al Rey Ricardo en el personaje montado en la terrorífica bestia; a pesar de ello, hemos de recordar que los bretonianos no domesticaban a los monstruos, sino que acostumbraban a matarlos como parte de sus gestas. Es difícil imaginar a un gran señor de Bretonia montado en una bestia alada que causa Terror, pero mejor no levantar mucho la voz, que, como está el patio, puede que alguien relacionado con Games Workshop nos escuche y tengamos que conformarnos con caballitos de madera para que nuestros Comandantes lideren a sus aguerridos Caballeros hacia la batalla...

 

 

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Notas:

* Algunos expertos aseguran que el Cáliz conservado en Valencia pertenece al tesoro de los Cátaros, y no es realmente el que Nuestro Señor Jesucristo utilizó durante la Última Cena

** Para más detalles, puede leerse Los hechos del Rey Arturo y sus nobles caballeros (John Steinbeck) o bien la más antigua La muerte de Arturo de sir Thomas Malory.

 

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