Se
trata de un terópodo pequeño, de 70 cm de largo
que cazaba a sus presas a la carrera. En su estómago se
han hallado diez huevos y un esqueleto, lo que en un primer momento
hizo pensar que paría asus crías viva, aunque se
comprobó que eran restos de su última comida, se
trata de un veloz reptil llamado Bavarisaurus, lo que evidencia
las dotes cazadoras de Compsognathus. Tenía los huesos
de las extremidades huecos y una cola larga y delgada que equilibraba
su cuerpo durante la carrera. En 1972 se descubrió en Francia
un especimen de Compsognathus de mayor tamaño.