Lo
sentimos. Hasta aquí llegan nuestras habilidades
terapeúticas. Si después de sesiones intensivas de
Mimi Rogers no has superado la adicción, no hay nada
que podamos hacer, excepto:
a)
Mandarte a un Iglú en el polo Sur.
b)
Decirte que des rienda suelta a tu adicción. Al fin y
al cabo somos muchos. Baja al contenedor y rescata tus
cintas. Date una buena sesión de Detour, PMP,
Dreamland, How the ghost stole Chrsitmas, Empedocles,
riangle, Small Potatoes, Reduz, Requiem, Paper Hearts,
SUZ, Closure, Emily, el piloto, Tooms, Irresistible,
Amazing Malleni, Pusher, Dead Alive y por supuesto,
Existence. Ve la última escena tantas veces como
quieras (o te lo permita tu ordenador/vídeo).
Manda un
email a quién haga falta para hacerte de nuevo con tu
lista de Favoritos de Internet (si es que no te sabes
ya todas las direcciones de memoria... que lo podías
haber dicho antes y nos hubiéramos saltado esa parte
de la terapia, ¿no?). Coge un buen paquete de pipas,
una lata de té helado, y ponte a leer fanfic durante
horas.
Haz
collages, aunque no tengas ni idea de cómo. Escribe.
Haz vídeos, y si no tienes capturadora, has slide
shows. Suscríbete a todas las listas de la red. Llama
Scully a tus amigas y Mulder a tus amigos. Llama
Frohike, Byers y Langly a tus mascotas. Sospecha de
todo aquel que fume. Busca la letra X en cualquier
parte. Grita cuando veas una abeja. Repite "No
confies en nadie" contínuamente. Tíñete el
pelo de rojo. Emociónate con todos los padres con niños
que veas por la calle e imagina cómo le quedarían a
Mulder en brazos.
Qué más
da ser adicto. Es una adicción maravillosa.
(Esperamos
haberte ayudado. Son 10.000)