Consideraciones sobre niños ciegos.
Los niños ciegos o con grandes deficiencias visuales, carecen de muchos de los puntos de referencia que tienen los niños videntes con respecto al mundo que les rodea, por lo que en muchos aspectos, el comportamiento de los padres con ellos, debe ser completamente diferente. He aquí algunos consejos útiles a tener en cuenta.
Indice:
El recién nacido.
Bebés ciegos.
Niños ciegos pre-escolares.
Niños con deficiencia visual.
Niños ciegos recientes.
Cuando hay que llevarlos al médico.
Es importante ser muy cauteloso con los recién nacidos, cuyo sistema nervioso puede no estar maduro para tolerar aún estímulos mínimos. Todas las energías deben dirigirse a su supervivencia.
Hablelé antes de levantarlo o tocarlo:
Si le hablamos antes de tocarlo,
conseguiremos que anticipe los cambios y de esta manera, evitaremos
que se sobresalte y se asuste.
Fijesé en todo su cuerpo:
A diferencia de los bebés
videntes, los ojos de su bebé no le dirán gran cosa,
por lo que deberá buscar las respuestas de lo que le pasa, en
todo su cuerpo.
Tenga en cuenta que este bebé no ha establecido lazos afectivos con los otros ni que comprende que hay "otros".
Desarrolle esquemas fijos para actividades regulares:
De esta manera, le condicionaremos
para que se anticipe a los hechos. Si cuando le da el biberón
siempre dice "a comer" y le toca suavemente la nariz,
aprenderá a reconocer la experiencia.
Los bebés ciegos y disminuidos visuales necesitan un cuidado especial a fin de que no se aislen del mundo exterior. Recuerde que los bebés ciegos están rodeados de sonidos, olores y sensaciones que carecen de sentido si no se le ayuda a asociarlos con algo. Los bebés ciegos no reciben mensajes visuales que le prevengan de la incomodidad o que los alerten ante situaciones desagradables. Debe cuidarlo para nutrir su curiosidad y sus deseos de participar en el mundo.
Hable al bebé:
La voz humana provoca la
interacción, aún si no entiende las palabras, los
sonidos establecen una relación entre usted y el bebé.
Llame al bebé por su nombre:
Haciéndole conocer que es
"parte de la acción". Aprenderá a
concentrarse en otros mensajes para comprender lo que pasa.
Anuncielé las sensaciones desagradables:
Compórtese siempre de la
misma forma antes de una acción desagradable para el
bebé. Un suave taconeo antes de una inyección, por
ejemplo, hará que el bebé asocie el ruido con una
acción desagradable. Esto le ayudará a prevenir
rechazos y hace que el bebé responda al contacto humano.
Toque sus manos antes de entregarle un objeto:
Así evitará la falsa
idea de que las cosas aparecen y desaparecen.
Toquelé con frecuencia:
Toque al bebé tanto como
pueda. Las únicas asociaciones que los bebés ciegos
pueden hacer, se centran en el contacto físico. Si no se lo
refuerza puede perderlas.
Digales las partes del cuerpo:
Vaya diciendo las partes de su
cuerpo cuando lo toque. Haga que sienta sus caricias y tome
conciencia de su cuerpo.
Cojaló con frecuencia:
De esta manera le ayudará a
comprender que forma parte del mundo y no que es un mundo aparte.
Juegue con el bebé cuanto le sea posible:
En estas tempranas etapas necesita
interacciones positivas. Malcríeló un poquito y juegue
con él todo cuanto pueda.
Guielé las manos:
Guielé las manos por
diferentes objetos, para que sienta distintas texturas, estimulando
así la curiosidad táctil.
Los niños ciegos pre-escolares normales poseen ciertas bases para comprender el mundo. Tienen conciencia de la "permanencia del objeto" y comienzan a comprender las relaciones causa-efecto. La movilidad ha satisfecho su curiosidad y saben qué pasa a su alrededor y las descripciones verbales tienen sentido. A esta edad el aislamiento puede ser trágico; representa rechazar el mundo del cual poco conocen.
Para evitar el rechazo:
Llame al niño por su nombre al entrar en una habitación:
Esto reforzará el contacto
humano y reducirá sentimientos de aislamiento.
Expliquelé lo que hace:
Digalé que está
vertiendo agua, escribiendo o barriendo. El niño
comprenderá qué es lo que está pasando, lo que
reducirá el temor a lo desconocido.
Hagaló caminar tanto como le sea posible:
El niño ciego pre-escolar
adquiere la percepción espacial a través del movimiento
por lo que es conveniente potenciar éste al máximo.
Enseñelé objetos y permita la
exploración manual:
Por ejemplo: muéstrele
dónde está ubicada la comida en el plato, el
jabón y la toalla en el baño. Esto lo hará
caminar hacia su independencia y sentirá cómo sus
propias acciones mantienen relación de causa-efecto.
Expliquelé los procedimientos en lugares desconocidos:
Por ejemplo: si en su casa el
niño no está en la cuna y de golpe se ve rodeado de
barrotes se sentirá atrapado, aún más de lo que
siente un niño con vista.
Evite hablar de la condición del niño
en su presencia:
Los niños registran
más de lo que aparentan.
Mantenga apagada la radia y la TV:
Evite tener continuamente la radio
o la televisión encendidos. De esta manera, estimulará
al niño a que trate de comprender otros sonidos del medio.
Describalé los lugares en donde se encuentra:
Cuando le lleve de un lugar a otro
descríbale los lugares por los que pasa, así asocia la
información auditiva y olfativa.
A veces se piensa que los niños con baja visión ven más de lo que en realidad ven. Además, la baja visión puede distorsionar el mensaje visual e interferir con la percepción. El uso funcional de la visión limitada puede inhibirlo debido a un ambiente desconocido o a la separación de la madre.
Fíjese estos objetivos:
Llame al niño por su nombre e identifiquesé:
Haga esto cuando entra a una
habitación o cuando hace algo con el niño, para hacerle
conocer quiénes lo rodean.
Expliquelé como se hacen las cosas:
Ayúdelo a interpretar lo que
pasa mostrándole los instrumentos que usa, así
relaciona acciones con sonidos.
Deje que explore los objetos con el tacto:
De esta manera, reforzará la
sensación visual que haya percibido de los objetos.
El niño ciego reciente tiene problemas y temores especiales que debe aprender a enfrentar. Su ayuda es crítica para su temprana adaptación.
Recuerde:
Ayude al niño ciego a comprender que no
está solo:
Al no ver se sentirá aislado
y puede mostrarse ansioso cuando se le deja solo.
Reduzca el temor hablando con calma:
Puesto que todavía no tiene
la capacidad de entender las inflexiones de la voz, haga que su voz
le cree comodidad.
Dele cuantos contactos físicos positivos pueda:
El niño ya no percibe los
sutiles signos visuales, como miradas de aprobación que le
demuestren que todo está bien. Compense la falta de
visión con el contacto físico.
Estimule pensar en términos táctiles:
Coloque los objetos en sus manos y
pídale que los describa. Quizás muestre una actitud de
"defensa táctil", de manera que no se apure.
Cuando hay que llevarlo al médico.
La visita al médico o al hospital tensiona a cualquier niño. Los pacientes ciegos o con baja visión no tienen las herramientas para comprender lo que pasa.
Recuerde:
Describa la habitación:
Permita al niño que la
explore para que le resulte conocida. Por ejemplo: si en la sala hay
un lavabo podrá relacionarlo con el ruido del agua cuando el
medico se lave las manos.
Lleve juguetes para la espera:
Las revistas que habitualmente hay
en las salas de espera son inútiles para los niños
ciegos, por lo que es conveniente que se lleve algún juguete o
cualquier cosa que le distraiga mientras esperan que llegue el
momento de la consulta.
No diga: "No te dolerá":
Aunque usted sepa que se trata de
una visita de rutina, sin vista para poder distraer sus pensamientos
mientras espera, el niño podría recordar otras visitas
que sí "dolieron".
Presentelé el lado positivo:
Deje al niño escuchar lo que
en él está bien y evite hablar en su presencia de lo
que está mal.
Haga que el médico conozca estas notas:
Estas notas para manejar a los
niños ciegos, pueden ser útiles para el médico
que no esté acostumbrado a tratar a este tipo de pacientes.
Indíquele que le llame por su nombre; que le explique lo que
pasa y lo que le va a hacer; que le permita tocar y explorar los
instrumentos que va a emplear, que mantenga contacto físico
con el niño, etc.
Ensaye la visita al médico:
Cuando sea posible, juegue al
doctor con el niño. Los padres pueden representar cómo
medir la altura o el peso, tomar la temperatura y golpear las
rodillas buscando reflejos. Haga que el niño respire hondo y
escuche los latidos de su corazón. Hágalo jugar al
doctor con los hermanos, los amigos o un muñeco. Si Vd. sabe
de antemano qué se le hará, expliqueseló lo
mejor que pueda. Sea honesto. Hágale saber que todos los
niños pasan por lo mismo. En el ensayo incluya la sala de
espera, los teléfonos y otros ruidos.
Para redactar este artículo,
he utilizado partes del trabajo "Touch the
baby" escrito por Lois Harrel
y publicado por la American blind fundation en 1984.
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El elfo Ancor
Página actualizada el 17 de Junio de 1998.
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