Historia de Depeche Mode

Después de Music for the Masses


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¿ Padres del house ?

Para muchos, como se ha apuntado antes en esta página web, Depeche Mode eran los padres de la música house y Kraftwerk los abuelos. Aunque Depeche renieguen de esos lazos familiares y aseguren que su vida jamás ha dependido de los grupos electrónicos de la primera generación, lo cierto es que en el año de despedida de los ochenta, Depeche se interesaban cada vez más por los entresijos de la "house music" y de la "Electronic Body Music" europea. De todas formas da la impresión de que la conexión entre Depeche Mode y todos estos tipos de música de discoteca está más, la mayoría de las veces, en la mente de sus fans o de la crítica que en la del grupo en sí. En un artículo aparecido en la revista The Face, John McCready habla de una visita del grupo a Detroit (la cuna de la música house) y en él se observa lo importante que resulta la banda para la mayoría de los grandes nombres de la movida musical de la ciudad y la ignorancia absoluta, por parte del grupo, de buena parte de los postulados de esta música que dice haber bebido de las fuentes de los de Basildon. Kevin Saunderson, el compositor de la mayoría de las canciones de Inner City reconoce que cuando era DJ pinchaba sin parar los discos del grupo.

"Solía poner las canciones de Depeche -reconoce- antes de que supiera quienes eran. En esa época su música era muy caliente, especialmente discos como "Strangelove". Nosotros estamos muy influenciados por su sonido. Es auténticamente música de baile progresiva, tiene ese toque tan europeo, tan limpio... te hace bailar en cuanto lo oyes".

Por otra parte, el mítico Derrick May, uno de los grandes artífices del "techno de Detroit", no tiene más que alabanzas para con el grupo. "Depeche Mode han creado escuela. En América son capaces de gustar casi a cualquiera, desde un chico como yo, que soy un adicto a la música de baile más dura, a la muchedumbre que llena los estadios de futbol. Están de acuerdo con su tiempo, imprimen el sonido adecuado a sus sintetizadores además, no pueden evitarlo".
 
Alan Wilder A Depeche Mode, en el fondo, todo eso les hacía gracia y, por supuesto, les parecia magnífico. El auge de la música house, la ascensión laboral de los DJ y el respeto absoluto por la electrónica musical que pocos años antes había estado completamente desprestigiada favorece los propósitos de la banda aunque, sin poder evitarlo, en el fondo les hace gracia que, de pronto, lo electrónico sea lo último.

"Hace un par de años -declaraba Andy Fletcher a la revista The Face- en una entrevista nos preguntaron que cómo nos sentíamos haciendo música tan anticuada. Eso fue antes de la explosión del house -una época realmente oscura para la música electrónica- . Era un tiempo en el que "electrónico" era una palabra sucia, casi tabú. A la gente le dio por hablar de guitarras y de sonidos acústicos. Aquello era como preguntarnos : "Como os sentís estando acabados". Dave estuvo a punto de asesinar al periodista".


Rosa roja sobre fondo negro

Tras otra meta conseguida, cumpliendo la máxima de Daniel Miller al principio de la carrera del grupo, que decía : "Primero no puedes creerte que estes dentro del Top 70, después te resulta increíble haber entrado dentro de los 20 primeros; más tarde no puedes creer que hayas llegado a número uno en Inglaterra y después te parece casi normal ser disco de platino en varios países del mundo", Depeche Mode comenzaban la nueva década con una responsabilidad para acabar con la paciencia de cualquiera. "Con "Violator" nos sentimos como si estuvieramos empezando de nuevo. Siempre hemos pretendido que este disco fuera muy directo, casi minimalista -hasta donde Depeche Mode pueda serlo-. Ya sé -confesaba Martin- puede resultar pretencioso, pero considero que "Violator" es un disco muy maduro, sólido, un Lp. sin adornos. Después de esto la gente nos considerara un grupo auténtico. Eso me gusta. Quién sabe lo que puede pasar después de este disco". El concepto de volver a empezar, regresar a las raíces y dar pinceladas, aunque sólo fuera de pasada, a los temas que les pusieron en el candelero unos cuantos años atrás están más que presentes en "Violator" (1990) un disco oscuro, más cercano a "Black Celebration" que a "Music for the Masses", por poner un ejemplo , y en el que, una vez instalados en el Olympo, Depeche Mode podían hacer exactamente lo que les apetecía. El primer single del disco, "Personal Jesus" fue un éxito absoluto en todo el mundo. En EEUU llego a número uno (algo que sólo habían conseguido con "People are People") y con él tuvieron, por primera vez en su carrera un disco de oro en norteamérica pero continuando con la saga de "escándalos" iniciada con "Some Great Reward", "Personal Jesus" tuvo que obligarles a volver a verse las caras con la censura británica. La culpa la tuvo la promoción previa al lanzamiento del disco; en una serie de anuncios de prensa y vallas publicitarias una frase : "Si llamas a este número de teléfono tendrás un Jesus muy particular", invitaba sin más a que el público oyera un adelanto del single, pero la censura vio implicaciones blasfemas y la creatividad publicitaria se fue al traste.
 
Dave
Dave
Con "Violator", estos músicos que al principio de su carrera confesaban no acabar de entender porqué sus discos tenían tanto éxito en las discotecas, si a ellos no les gustaba en absoluto acudir a ellas, el status de grandes gurús de la música de baile se confirmó más que nunca. Los remixes de "Enjoy the silence" y "Personal Jesus" invadían las discotecas de todo el mundo. E incluso los herméticos "Warepartys" y los templos del rave más radical, de vez en cuando, hacían un guiño a las raíces y desempolvaban discos de Depeche.
Cuando el Lp salió a la calle el grupo no estaba muy seguro de la dirección a tomar. Se produjo una crisis existencial (parecida, pero menos grave que la del 85), en la que la banda se replanteó su vida. "Llega un momento -declaraba en el 90 un Dave Gahan entonces felizmente casado y padre de un niño- en el que comienzas a plantearte cuánto de tu vida le has dado al grupo. Yo espero que si seguimos con esto dentro de cinco o diez años, que podamos continuar ofreciendo nuevas cosas al público. Me pregunto si manteniendo este ritmo, tour tras tour, disco tras disco, dentro de un tiempo continuaremos siendo tan creativos... Creo que de ahora en adelante vamos a intentar frenar un poco; hacer giras menos largas, distanciar más la edición de los discos. Con el tiempo nos hemos dado cuenta -y podemos permitirnos el lujo- de que los discos hay que hacerlos cuando uno está preparado para ello y no cuando el mercado lo reclama". Pese al ansía de tranquilidad y con la conciencia tranquila, después de saber que casi todo el deber estaba ya cumplido, Depeche Mode se embarcaron en una gira casi suicida para dar a conocer "Violator". Jonathan Roberts, uno de los técnicos del tour explica en el fanzine Bong los entresijos de un espectáculo magnífico (en el que eran teloneados por Electribe 101) que él califica de "pesadilla técnica".  Dave

"Cuando vas a ver a Depeche Mode en concierto, ¿ qué es lo que oyes? : un cantante, tres sintetizadores y una caja de ritmos... eso es más o menos cierto; porque lo que escuchas realmente es el resultado de un montón de meses de trabajo. Todos los efectos que Depeche incluyen en el disco serían imposibles de llevar en una gira mundial, así que lo que se hace con ellos es samplearlos (en el caso de este grupo con el sampler E-Max II turbo) y se van disparando a medida que se necesitan. En la gira de "World Violation" hay dos sintetizadores delante de cada músico, pero sólo se usa uno; el otro está perfectamente sincronizado para que si falla el primero no ocurra nada. Martin y Andy también tocan a lo largo del concierto percusiones electrónicas, que también están dentro del programa del sampler. Con estas percusiones el grupo tiene la posibilidad de mostrar una puesta en escena más dramática, especialmente en canciones como "Master and Servant" o "Everything Counts". Alan también toca la percusión en esta gira y se le ha construido un aparato especial para que además de poder disparar los sonidos de batería desde su sintetizador, que pueda golpear las percusiones electrónicas y que el efecto suene. Con la caja de ritmos hacemos lo mismo que con los sintetizadores; hay dos perfectamente sincronizadas, gracias al computador general, y si una falla, la otra continúa perfectamente. Si preparas un concierto para 50.000 personas no puedes permitirte el lujo de que todo se venga abajo porque una caja de ritmos se estropea".

Después de la gira, grabación de los vídeos del disco con Anton Corbijn (el de "Personal Jesus" estaba hecho en Almería) y la edición de un libro de fotos, con el grupo en Andalucía, Estambul y otros países que visitaron durante la gira, Depeche Mode se dedicó a actividades paralelas, como la de intervenir en la banda sonora de "Hasta el Fin del Mundo", de Wim Wenders; participar en el disco de Nitzer Ebb, celebrar el 30 cumpleaños de Martin y Andy (que también por esas fechas tuvieron sendos hijos) con una fiesta loca, en la que Gore interpreto, junto a Wayne Hussey de The Mission, canciones del glam de los 70, como "Hello Hello, I'm back again", de Gary Glitter; "Dancing Queen", de Abba o "20th Century boy" de T Rex; Martin y Alan continuaron con sus proyectos en solitario; Martin Gore y Recoil, respectivamente; Andy -el cerebro cabal del grupo- se dedicó a asegurar su vejez abriendo un restaurante en Londres (llamado "Gascogne") y Dave dió un vuelco total a su existencia, se separó de su mujer y volvió a casarse con una norteamericana, al parecer, conectada con el mundo de la industria discográfica.



Un cambio vital

Todo esto, en dos años, el tiempo transcurrido desde el final de la gira de "Violator" y el principio del 92, un año exclusivamente consagrado a "Songs of Faith and Devotion", el séptimo disco del grupo en estudio, que salió a la luz en Abril del 93. Los gustos ocultos de Martin y Dave, su pasión por los Stones, Elvis y el rock más guitarrero, absolutamente opuesto a lo que ellos han simbolizado durante años, se resume en este disco distinto, un salto hacia el lado salvaje, dentro de la carrera de Depeche Mode, que parece resumir las transformaciones vitales que han sufrido los miembros del grupo durante el periodo de vacaciones. "Este ha sido -declaraba Wilder a la revista Vox- un disco realmente difícil, no cabe duda de ello. Es el resultado de nuestras actividades en solitario. Nos hemos tomado un respiro entre nosotros; llevábamos mucho tiempo juntos y en este par de años nos hemos desintoxicado; tuvimos hijos, viajamos... todos hemos vuelto con una visión distinta del grupo, de lo que es en sí y lo que significa para cada uno. Nuestras relaciones se han solidificado de nuevo; durante los últimos tiempos había roces entre nosotros, estábamos un poco hartos de todo y ahora hemos vuelto con más energía".
DM Songs & Faith of Devotion

En este disco, con el que confiesan haberse preocupado más por la puesta en escena, componiendo canciones en las que "Alan toque más la batería en directo, Martin las guitarras y los arreglos puedan reproducirse en vivo", las obsesiones de Martin continúan presentes. Especialmente el tema religioso, que además de pesar sobre el título del Lp -"para el nombre del disco queríamos algo con connotaciones religiosas, pero a la vez ambiguo. "Songs of Faith and Devotion" (Canciones de Fe y Devoción) sonaba muy devoto; pero al mismo tiempo, uno podía preguntarse: ¿ fe en qué, devoción a qué ?"- impregna canciones como "Condemnation" o "One Caress", en la que hay frases como "Debo creer que el pecado me hará un hombre mejor".
 
Dave   Quizá sea en el contenido, en lo ambiguo y obsesivo de las letras, en lo único que Depeche Mode han conservado la semilla original. El sonido de este disco, grabado a medio camino entre Madrid, Londres y Hamburgo, supone una ruptura con muchas de sus normas anteriores y especialmente la parte técnica, de la que se han ocupado el productor, Flood (que ya trabajó con ellos en Violator) y Alan, ha sufrido una trasformarion considerable "Reconozco -dice Alan- que hemos intentado que Dave diese lo mejor de él. Tratamos que cantara más alto de lo normal, elevando el registro de la voz o que no usara cascos para que sonara absolutamente distinto a cualquier cosa que se haya hecho hasta ahora".

Dave reconoce estar satisfecho con el resultado, pero es que además, a raíz de su separacion y su nuevo matrimonio, confesaba nada más salir a la luz "Songs of Faith and Devotion", que había descubierto que su auténtica vida era el grupo. "A veces te pierdes -declaraba un Dave con un aspecto absolutamente cambiado, melena a lo "grunge", barba, tatuajes, patillas y más delgado que nunca- y no te das cuenta de qué es lo que realmente te hace sentir bien. Yo pasé una época difícil dentro del grupo; las giras continuas, estar fuera de casa y ese tipo de cosas te descontrolan. Ahora, después de separarme y de sentirme realmente mal durante mucho tiempo porque he vuelto a hacer con mi hijo lo que mi padre hizo conmigo cuando era pequeño : abandonarle, me doy cuenta de que la música es muy importante para mí. Por primera vez en muchos años sé qué es realmente lo que quiero".

Los papeles ya estaban repartidos y la energía, al parecer, más enervada que nunca.


Lo más Ultra

Después de varios años sin sacar un disco a la venta, llegó 1997 para presentarnos el último disco de los chicos de Basildon.

 En el ULTRA siguen con el cambio iniciado en el Songs of Faith and Devotion, mejorando este último en calidad sonora (a mi opinión, ya que para mi el peor disco de DM ha sido hasta ahora el Songs of Faith and Devotion).
Por ahora han sacado los singles: Barrel of a gun (CDBONG 25), It's no Good (CDBONG 26), Home (CDBONG 27)
 



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