BREVE HISTORIA DEL TÍBET El Génesis del Tíbet Si bien los restos arqueológicos encontrados en el Tíbet sitúan a sus primeros moradores hace unos 10.000 años antes de J.C., debido al carácter nómada de las tribus tibetanas, no es hasta hace 2.300 años cuando el Tíbet empieza a tener una presencia clara en la historia. Para cubrir este período los tibetanos recurren a la mitología
y, en algunos viejos textos, se narra que los primeros moradores del Tíbet
fueron un mono y una diablesa. Sus descendientes, mitad mono y mitad diablo,
tras numerosísimas reencarnaciones cobraron su actual forma humana.
Sus maestros, divinidades procedentes de siete reinos celestiales, les
enseñaron a comprender el Universo a la vez que les enseñaron
a dominar la naturaleza. Así, les enseñaron la agricultura,
el dominio del fuego, el arte de la medicina, la herrería o las
sutilezas del gobierno y de la política.
Los arqueólogos, por el contra, aseguran que la población
tibetana emigró a la región desde el valle de Huang He y
desde las regiones de Asia Central habitadas por grupos nómadas
túrquicos.
Más recientemente, hace unos 2.300 años, un rey mítico
llamado Nyakhri Tsampo inició una dinastía de 30 reyes que
gobernaron hasta que apareció el primer rey budista en el siglo
VII de nuestra era. Ésta dinastía militar se estableció
inicialmente el valle de Yarlung y, gradualmente, fue expandiendo su dominio
al planialto tibetano entre China, Birmania, Bhutan, La India y el Nepal
próximo a las montañas del Himalaya.
El Tíbet budista
En el siglo VII de nuestra era, un nuevo rey mítico asume el
poder, se llamaba Songtsen Gampo, coronado a los 13 años de edad
y que, según la leyenda vivió hasta los 206 años.
Entonces, aún en plena juventud, dejó el trono y se retiró
a un lugar desconocido para poder rezar y meditar, lugar en el que todavía
hoy continua.
Al margen de su figura mitológica Songtsen se casó con
dos princesas budistas, una de origen chino, fruto de una alianza matrimonial
con la dinastía Tang y la otra de origen indio, lo que le dio oportunidad
de conocer ambas civilizaciones y, sobre todo, descubrir la tradición
budista del Mahayana (Gran Vehículo), por lo que decidió
transformar la nación tibetana de un sistema feudo - militar, a
un imperio más pacífico. A fin de poder llevarlo a cabo,
Songtsen, envió estudiantes a la India donde aprendieron el sánscrito
pudiendo así empezar a traducir la vasta literatura budista a la
lengua tibetana. Bajo el mandato de este rey el Tíbet alcanzó
su zenit unificando sus 17 feudos, expandiendo sus fronteras y llegando
a tener 40 millones de habitantes.
Songtsen construyó muchos templos imperiales con Jokhang o Ramoche
(ambos en la nueva capital tibetana: Lhassa). Sus sucesores continuaron
la transformación cultural costeando las traducciones, organizando
conferencias y creando diversas instituciones.
A finales del siglo VII las fuerzas tibetanas comenzaron a atacar las
regiones fronterizas chinas y las caravanas de la ruta de la seda. Esta
actitud culminó en el año 763 cuando las tropas tibetanas
entraron en China, entonces inmersa en la rebelión de An Lushan,
y tomaron la capital Chang'an (La actual Xian).
En el año 790 con el emperador Trisong Detsen fundó el
monasterio de Samye, con la ayuda de los maestros Padma Sambhava, literalmente
"nacido de loto" y de Shantirakshita. Además de los estudios budistas,
diversas artes y ciencias florecieron en éste período: matemáticas,
medicina, psicología, anatomía, neurología, química,
botánica política, arquitectura, poesía, etc. Los
especialistas en estos temas llegaban desde la India, Mongolia o desde
la China.
Tras este período de auge y esplendor, el Tíbet pasó
por unos momentos de confusión motivados por una revuelta en la
familia real que hizo que dicha dinastía se colapsara, haciendo
que la nación se fragmentara y el budismo fue temporalmente perseguido,
dado que la vieja tradición Bon se negaba a desaparecer, hecho que
aún hoy en día todavía perdura pues sigue impregnado
al lamaísmo (en tibetano blama "superior") de numerosas prácticas
chamánicas.
Un siglo después las instituciones budistas vuelven a resurgir.
En el año 821 el Tíbet firma un tratado de paz con China.
Bajo la influencia del indio Atisha, que vivió en el Tíbet
entre el 1.042 y el 1.055, año en el que murió. Con Atisha
los estudios volverán a florecer, la construcción de monasterios
aumentó y, la traducción de textos canónicos fue concluida,
dando lugar a la producción de textos realmente tibetanos. Debido
a la gran influencia del budismo la "Política de la No-Violencia"
impidió el resurgimiento de nuevas dinastías.
El dominio mongol
Las familias nobles que gobernaban áreas locales fueron perdiendo
su influencia a favor de las instituciones monásticas. A principios
del siglo XIII Gengis Khan conquista China y, el Tíbet, también
se verá sometido a la dominación mongola hasta el año
1.368, año en el que recobró su independencia tras la caída
de la dinastía Yuan, de origen mongol.
Bajo el imperio mongol, el Tíbet es dividido en trece regiones
administrativas. Cada una de estas regiones era gobernada por una familia
noble y por una jerarquía monástica, aunque algunas de origen
no tibetano, como las familias Khon o la jerarquía Sakya, promovidas
por Khublai Khan. En 1247 Khublai Khan nombró a un importante lama
como Virrey temporal en el Tíbet.
A finales del siglo XIV la dinastía nativa de Pagmodru pasó
a controlar el Tíbet. En esa misma época el lama Je Tsong
Khapa inició un "renacimiento espiritual" del budismo tibetano realizando
el Gran Festival de las Oraciones en la ciudad de Lhassa en 1.409. El Gran
Festival de las Oraciones o Monlan Chenmo era conmemorado anualmente en
el Tíbet hasta 1.960, año en que los chinos reforzaron la
invasión y limitaron las actividades religiosas.
Los Dalai Lama
El Tíbet siguió con una política de No Violencia.
En los siglos XV y XVI la cantidad de militares disminuyó y la de
monjes aumentó. Gendun Drupa, un joven discípulo de Je Tsong
Khapa, empezó a liderar una nueva escuela budista llamada Geluk
("modelo de virtud"), también conocidos con el nombre de "Gorros
amarillos", por el color de los sombreros que llevan sus mas altos dignatarios.
En esa nueva escuela se impartían nuevas doctrinas, se escribían
nuevos textos y se construían monasterios como el de Tashilhunpo,
fundado en 1.445 por el propio Gendun. Después de su muerte, un
niño tras ser sometido a varios test y que éste realizara
varios milagros, fue proclamado como la reencarnación del propio
Gendun y el chico fue llamado Gendun Gyatso. En la siguiente reencarnación,
nuevamente rodeada de test y de milagros, el niño fue llamado Sonam
Gyatso, en su visita a Mongolia en 1.573, Sonam recibió del emperador
Altan Khan, debido a la erudución y sabiduría exhibidas por
Sonam el título de Dalai "maestro (tan grande o extenso como) el
océano"; tradicionalmente se le ha venido en llamar Océano
de Sabiduría. Además, como era la tercera reencarnación
de Gendun, Sonam pasó a ser conocido como Su Santidad el Tercer
Dalai Lama.
Dado que el Dalai Lama se puso bajo la protección de Altan Khan,
éste penetró con sus ejércitos en el Tíbet.
Una secta rival, formada por la aristocracia tibetana y por los viejos
funcionarios, denominada Karmapa ("Gorros Rojos"), se opuso a esta invasión,
pero fueron derrotados y, desde entonces los Gorros Amarillos han gobernado
en el Tíbet.
Su Santidad el Quinto Dalai Lama Losang Gyatso (1617-1682), "El Grande",
fue proclamado rey del Tíbet y fundó los palacios de Ganden
y el Pótala. "El Grande" desmilitarizó totalmente el país
promoviendo el desarrollo de las instituciones monásticas y continuando
con la política de No - Violencia. La independencia del Tíbet
fue garantizada por Shun Chih, emperador de los manchú. El "Grande"
también contribuyó a que los mongoles practicaran el budismo
y que los manchúes defendieran a las sociedades budistas desmilitarizadas
a través de un protectorado y que, a la vez, el Dalai Lama fuese
el guía espiritual del emperador chino, este acuerdo, llamado por
los tibetanos Cho-Yo (Patrón dispuesto), fue firmado en 1.652 La
pacificación y desmilitarización de los mongoles, por parte
de los tibetanos, fue una de las mayores transformaciones de la historia.
En 1.720 los chinos de la dinastía manchú, aprovecharon la disensión tibetano -mongola, para conquistar, al menos nominalmente el país. El ejército de los Qing entró en Lhassa para expulsar a los mongoles. Los manchúes aprovecharon la ocasión para reorganizar la administración tibetana e imponer una "supervisión" imperial. En 1792 el emperador Qianlong envió sus tropas al Tíbet para expulsar a los Gurjas procedentes del Nepal. Mientras tanto, los oficiales coloniales británicos de la India intentaron asegurarse un enclave en la región, sin éxito dado que los británicos habían apoyado la invasión gurga. El Tíbet en estos momentos está muy próximo a caer bajo la órbita china. Después de la muerte de Qianlong en 1795, el Tíbet empieza a recuperar poco a poco su libertad. Los manchúes no tomaron parte en las guerras del Tíbet con Ladakh en 1842 o con Nepal en 1858.
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