A UNA NARIZ - (dos versiones)
Autor: Francisco Gómez de Quevedo y Villegas (1580-1645)


A UNA NARIZ
Soneto

Erase un hombre a una nariz pegado, 
érase una nariz superlativa, 
érase una nariz sayón y escriba,
érase un peje espada muy barbado.

Era un reloj de sol mal encarado,
érase una alquitara pensativa,
érase un elefante boca arriba,
era Ovidio Nasón más narizado.

Erase el espolón de una galera,
érase una pirámide de Egipto,
las doce tribus de narices era. 

Erase un naricísimo infinito,
muchísima nariz, nariz tan fiera
que en la cara de Anás fuera delito.

A UN HOMBRE DE GRAN NARIZ *
Soneto

Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una alquitara medio viva,
érase un peje espada mal barbado;

era un reloj de sol mal encarado,
érase un elefante boca arriba,
érase una nariz sayón y escriba,
un Ovidio Nasón mal narigado.

Érase el espolón de una galera,
érase una pirámide de Egipto,
las doce tribus de narices era;

érase un naricísimo infinito,
frisón archinariz, caratulera,
sabañón garrafal, morado y frito.

* "Los epigrammatarios griegos tropezaron mucho en las narices grandes; y ansí fatigaron, con no poca agudeza, a los narigudos muchas veces. En el libro II de la Antología, cap. 13 (Antología griega) se hallarán buen número de epigrammas que prestaron el argumento a éste, y conceptos también." (González de Salas, erudito de la época y editor de Quevedo).
Sobre este soneto vid el comentario de F. Lázaro Carreter en "Sobre la dificultad conceptista" recogido en su libro Estilo barroco y personalidad creadora, Madrid, Cátedra, 1974 (2ª ed.).
13. frisón: "caballo fuerte de pies muy anchos y con muchas cernejas" (Covarrubias). Cuando sabemos que la cerneja es el mechón de pelo que tienen las caballerías detrás del menudillo, entendemos por qué Quevedo utiliza el término frisón, redundante pues en el sentido con el que Lázaro Carreter describe en barbado. 
caratulera: porque las máscaras o carátulas de los cómicos llevan enormes narices.
14. garrafal: "epítheto que se aplica a cierta especie de guindas, mayores y más dulces que las regulares u ordinarias y por extensión se dice de otras cosas que exceden de la medida regular de las demás de su especie" (Dicc. de Autoridades). Quevedo juega a la vez con el sentido de tamaño y con el de color morado.