The Lord of the Rings
The fellowship of the ring





El Señor de los anillos: La comunidad del anillo, esta basada en el primer libro de J.R.R. Tolkien.


Por Nicolás Picatto



Para transcribir al cine una obra de la literatura tan conocida y alabada, se necesitan tres cosas: gran pasión por la obra misma, ser lo suficientemente valiente para lanzarse a un proyecto de esa magnitud, y el dinero y tiempo necesarios para recrear un mundo y a sus habitantes, desde cero.

Peter Jackson se encargó de reclutar casi exclusivamente a amantes de dicho autor y de convencer a los que no lo eran. De atrevido está él, pero también la productora New Line Cinema, quien invirtió los 270 millones de dólares que costó la filmación de tres películas al hilo, o más bien un sólo rodaje para las tres partes, que suman un total de siete horas de un nuevo mundo. En cuanto al tiempo, se tardaron cuatro años y medio para crear en conjunto con WETA, el instituto de efectos especiales, escenografías y maquillaje más creativo de Nueva Zelanda, todos los seres que aparecen en el libro y sus detalles, un ejemplo de esto son los 16 mil pares de pies largos y peludos, pero confortables y adecuados para correr y batallar, de ahí un par nuevo casi para cada escena, fueron creados para los jóvenes actores que interpretan a los hobbits.

La visión global del mundo de Tolkien tenía que ser común para todos en el set, asi que Peter Jackson se rodeó de un grupo de ingenieros y diseñadores para recrear el universo imaginario de la manera más fiel posible. Las computadoras obviamente ayudaron mucho más de lo que nadie pudo haberse imaginado. ¿Se acuerdan de la película sobre la inteligencia artificial, y todo lo que escucharon a lo largo de cenas en las cuales un nerd comentaba sobre las maravillas que hoy se podían hacer con las nuevas tecnologías? Pues ya le podrán callar la boca, como lo huizo el responsable de WETA en la conferencia de prensa (llevada a cabo en Cannes), describiéndonos la impresionante escena de batalla creada por computadora, en donde cada criatura era replicada hasta en 20 mil ejemplares si fuera necesario dotada de una mirada y un cerebro con vida propia.

El otro factor de éxito de las cintas es Nueva Zelanda: un país con una muy baja densidad de población y todo tipo de paisajes, incluyendo montañas, grutas y desiertos. La ventaja absoluta del país de elección de Peter Jackson es su aislamiento del resto del mundo; sólo así se podía convencer a un equipo de tantos profesionistas a lanzarse a una odisea de más de un año, dejando de lado todo lo que podían ser amistades, familiares y otros proyectos de trabajo. Una divertidísima aventura al final, según los actores (salvo para Liv Tyler, que no se atrevió a vivir allá y prefirió acumular millas al viajar de ida y vuelta).

La veracidad de la transcripción cinematográfica llegó al extremo de recrear un idioma, el lenguaje de los elfos. Sin duda, Tolkien escribió las palabras, pero también describió el sonido como una "música divina", "una melodía llena de armonías de un mundo sobrenatural", y no siempre el acento inglés norteamericano puede ser considerado como tal. Así que estudiaron los idiomas más melódicos, para llegar a obtener una mezcla de tailandés y gaélico que cumpliera con las descripciones de Tolkien.

En resumidas palabras, una película más histórica que de acción, pero en un mundo que no conocemos, o sea una aventura para el espectador. Y además totalmente construída, ya que las partes sucesivas no son simples proyectos ni remakes brutos, sino que constituyen parte integral de la creación de este mundo y de una historia. Los finales de las dos primeras son únicamente pausas en un relato de mucho mayor auge.

Y la primera parte saldrá en los cines simultáneamente -o casi- en 10 mil copias y 40 idiomas... La duda que permanece es si los actores (los que tenían ahí su primera oportunidad) iban a poder salir del estereotipo, debido al impacto de la obra y de la realización de Peter Jackson.

Se dijo (un periodista del Times, si no me equivoco) después de la publicación de los libros, que el mundo ahora se dividía en dos partes: los que había leído El Señor de los Anillos, y los que lo iban a leer. Me pareció arrogante ver esto en la contraportada del primer tomo que ni le hice caso. Ahora me pregunto si se podrá decir lo mismo de la película, y pronto tendremos la respuesta...