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Anime » Inuyasha » Buscando un final feliz text size: (+) : (-)
Author: mysao
G - Spanish - Romance/Action/Adventure - Reviews: 26 - Published: 05-20-04 - Updated: 07-23-04 id:1871027

Cap.2

Recuerdos dolorosos

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- ¿Nerviosa?- le preguntó Miroku a una pálida Kagome

- ¿Tú que crees?- respondió ella

- Todavía ni siquiera llegamos al piso- suspiró Miroku- este ascensor te quiere, se demora bastante...

- Muy gracioso Miroku- comentó Kagome- para ti es fácil...

- Te equivocas, a Sesshoumaru no le gustan las malas noticias- suspiró el abogado- y este informe no dice maravillas...

- No me refiero a eso- dijo Kagome- por lo menos conoces a alguien, en cambio yo no, además es la primera vez que vengo a este lugar, ¿y si digo una estupidez, o no se que responder o...?

- Cálmate- le pidió él- si entras así en la sala de juntas tal vez pase todas esas tonteras que estás diciendo; pero te conozco lo suficiente para saber que harás un brillante trabajo

- Miroku...- dijo algo sonrojada- sabes si le dijeras ese tipo de cosas maravillosas a Sango seguramente nunca te rechazaría

- Con tu amiga no- comentó Miroku con unos ojos soñadores- ella no es el tipo de mujer que se deja llevar por unas cuantas palabras

- Se nota que te importa ¬ ¬ - dijo Kagome

- llegamos- respondió cambiando de tema

- O.K- Kagome suspiró y bajo del ascensor

- Cálmate- le volvió a pedir, mientras caminaba hacia la puerta- entra con tu mejor sonrisa y verás que todo estará bien

- de acuerdo- suspiró algo más calmada Kagome

Finalmente Miroku abrió la puerta y ambos entraron. Adentro había tres hombres, uno tenía el cabello largo y plateado, pero no era mayor sino joven; el otro tenía unos ojos dorados y el cabello negro y largo; y él último unos hermosos ojos azules y el cabello negro.

- Hola a todos- saludó animadamente Miroku- les quiero presentar a la nueva socia de la firma y además es la nueva encargada de la publicidad y de los eventos de la empresa: La señorita Kagome Higurashi

- Mucho gusto- saludó ella con su mejor sonrisa, tal como Miroku le había aconsejado

- Espero que sea más que una cara bonita Miroku- dijo seriamente Sesshoumaru- ya que no tenemos tiempo para desperdiciándolo en alguien incompetente

- descuida Sesshoumaru- contestó defendiendo a una ofendida Kagome- Kagome es la mejor abogada que esta firma ha tenido después de mí...

- Aun sigues siendo el mismo presumido de siempre- suspiró Kouga

- así es Kouga- respondió él sin dudar un solo segundo- a propósito felicitaciones por tu promoción

- No tienes idea cuanto le costo- comentó Inuyasha hablando por primera vez- aun no descubro a cuantas personas tuvo que sobornar...

- ¿te han dicho que eres un idiota, bestia?

- No Lobo rabioso!

- SILENCIO- dijo fuerte y firmemente Sesshoumaru- Miroku empieza de una vez con el informe

- Gracias- dijo él- Vamos Kagome, toma asiento

Ella aun algo asombrada por el comportamiento de aquellos hombres, avanzó hacia la silla que Miroku le señalo. La primera impresión que logró tener con ese espectáculo fue que era un milagro que esos tres personajes estuvieran en una misma habitación sin matarse.

- De acuerdo- dijo Miroku sacando a la abogada de sus pensamientos- solo tenemos malas noticias; para comenzar la clientela bajó considerablemente ya que los principales accionistas han decidido invertir en la competencia, en pocas palabras nos están abandonando por Naraku

Cuando Miroku pronunció ese nombre cada uno de los presentes experimentó distintas reacciones: a Sesshoumaru por unos segundos sus ojos tomaron un color rojo, Kouga cerró fuertemente sus puños haciendo sonar sus dedos, Inuyasha emitió un ruido de desagrado, Miroku ensombreció su mirada y Kagome miró fijamente hacia la ventana.

- Cómo demonios pasó eso- preguntó claramente molesto Sesshoumaru

- Por razones obvias- comentó Kagome hablando confiada

Miroku miró sorprendido a la muchacha, parecía que todos los nerviosos habían desaparecido y la cruel y calculadora abogada que contrató hace tres meses hacia su aparición.

- Disculpa- dijo algo confundido Kouga

- La inestabilidad que la empresa a mostrado se a hecho notar en varios ámbitos, la reducción repentina del personal, el despido del vicepresidente y la muerte del jefe, han dado la impresión de que estamos quedando en banca rota- contestó dirigiendo una mirada intimidadora- claro que a este paso, seguramente eso suceda...

- De donde salieron esos rumores- preguntó Sesshoumaru algo complacido por la actitud de la muchacha

- ¿de dónde?- respondió sarcásticamente- De la competencia, y en especial de nuestro querido amigo Naraku, la publicidad que le ha dado a nuestra crisis es admirable.

- ¿Publicidad?

- Rumores, documentos, fiestas organizadas por él para poner al corriente a todos los accionistas de la situación económica que tenemos...

- ¿Y cómo...?

- ¿Cómo no se enteraron?- adivinó Kagome- el mercado negro y la mafia son dos importantes carreteras de información. Y Naraku es el rey en esa área, lo que me sorprende es saber como es que aun no nos a liquidado; lo más probable es que tenga que ver con otro de sus trucos.

- Veo que eres una experta en ese tema- comentó Inuyasha con la intención de dejar mal a esa "chiquilla" que se daba aires de sabia

- Esa área, es mi trabajo- respondió desafiantemente Kagome

Inuyasha la quedó mirado algo sorprendido, esa mujer no era la misma que entró tímidamente a esa habitación, era otra persona completamente diferente.

- Veo que no mentías Miroku- comentó Sesshoumaru- esta vez si encontraste a alguien realmente útil

....

- estuviste fantástica- la felicitó Miroku al salir de la sala de juntas

- ¿Verdad?- preguntó tímidamente Kagome- vaya, yo estaba muy nerviosa

- No tengo idea como cambias derrepente de personalidad- dijo algo intrigado

- No digas eso- le pidió algo apenada- Bueno ahora me tengo que ir, ¡Nos vemos!

- ¿De verdad esa es la misma muchacha que dejó callado a Inuyasha hace unos cinco minutos?- preguntó Kouga al abogado

- Cuesta creerlo ¿no?- comentó Miroku- cuando trabaja tiene una personalidad completamente fría y despiadada; pero cuando es ella misma es la mujer más dulce y comprensiva del planeta...

- Se nota que conoce muy bien los contactos de Naraku ¿Tiene ella alguna relación con la mafia?- le consultó el OjiAzul

- ¿Kagome? No para nada- dijo él- a decir verdad, es nieta de un sacerdote

- ¿Un sacerdote?

- Sí, cuando estaba en la secundaria trabajaba en ese templo como sacerdotisa, además por lo que decía en su impresionante curriculum es una excelente tiradora, ya sabes tiene una buena puntería con las armas- recordó- creo que eso es lo más extraño en ella.

- Ya veo- suspiró Kouga

- ¿No le dirás a Inuyasha la verdad?- preguntó Miroku antes que él se fuera

- Ese idiota no me creería- rió él- jamás aceptaría que yo soy el espía que le salva el pellejo a la empresa de su padre...

- Creo que tienes razón- dijo el abogado

- Miroku- lo llamó Inuyasha que esta saliendo de la sala

- Adiós- se volvió a despedir Kouga

- ¿Que hacías hablando con ese idiota?- le preguntó molesto Inuyasha

- Conversaba- respondió con su tono sabio- no me digas que no sabes que es eso

-¿Quién era esa chiquilla que trajiste? - dijo simplemente él

- Si no te diste cuenta antes de empezar la exposición la presente- respondió algo molesto él

- Ya lo sé- contestó él- ¿¡pero que demonios le pasaba?!

- Inuyasha- respondió Miroku- no todas las mujeres son dulces y tiernas; Kagome es el ejemplo de eso

- Era como la versión femenina de Sesshoumaru; apuesto que ese idiota se enamoró de ella- dijo Inuyasha

- Aún me sorprende lo infantil que puedes llegar a ser- suspiró Miroku

- Feh- dijo ofendido Inu

- Ahora tengo un importante compromiso, me retiro- recordó Miroku

- ¿Una chica?- adivinó él

- No- contestó él- una doctora

- ¿una Doctora?

- Achuu!- estornudó Sango

- Salud- dijo Ayame- sabe cuando alguien estornuda derrepente es porque están hablando de ella

- No lo sabía- respondió ella- de acuerdo dentro de poco termina mi turno, y hoy fue otro tranquilo día, sabes Ayame, desde que estás acá todo es muy tranquilo

- no diga eso- pidió sonroja la pelirroja- Dígame, ¿ese guapísimo abogando no vino hoy?

- ¿Miroku?- dijo algo sorprendida ella- no ese idiota no ha venido, tal vez por fin se dio por vencido...

- ¿de intentar invitarla salir?

- De intentar conseguir clientes aquí- respondió molesta Sango

- Para mi no es eso- comentó Ayame- me parece una buena persona, lo más probable es que venía siempre para invitarla a salir...

- Deja de decir tonterías- pidió algo perturbada la doctora

- Se sonrojó doctora Sango ¬¬ - dijo la muchacha mirando a su maestra

- Podríamos concentrarnos en nuestro trabajo y no en disparatadas ideas sobre ese odioso mujeriego- comentó molesta por su sonrojo

- De acuerdo- asintió Ayame

Un incomodo silencio se creo mientras Sango revisaba algunos informes y Ayame ordenaba otros.

- Y cómo está tu amiga Rin- consultó rompiendo el silencio Sango

- Bien- contestó ella- pero el negocio mal...

- Lo siento- dijo Sango

- Lo que necesita es conseguir un importante encargo- dijo Ayame- así mucha gente conocería el negocio...

- Pero por lo general eso ocurre cuando alguien tiene contactos importantes- recordó Sango

- Ya lo sé- suspiró desanimada la pelirroja- no tiene idea lo inútil que me siento al ver como mi amiga va perdiendo su entusiasmo, Rin es una persona muy alegre pero ahora se ve tan... triste

Sango observó la muchacha fijamente, se notaba que quería mucho a su amiga ya que su voz se escuchaba muy deprimida al hablar sobre las desgracias de ella.

- Tengo una amiga que es abogada y publicista- le dijo a su asistente- ella seguramente sabe de eso. Aveces tiene que organizar fiestas...

Ayame miró maravilla a la mujer que tenía frente suyo

- Y por casualidad ¿está organizando alguna fiesta?- preguntó ansiosa

- No sé- respondió ella volviendo a posar su vista en sus informes- pero hoy la veré, le preguntar

- Muchisimas gracias señorita Sango!!!- gritó contentísima Ayame

Sango sonrió ligeramente, hace tiempo que no escuchaba a alguien que le diera las gracias. Eso sí que no le importaba mucho ya que ella no era doctora para que la felicitaran por lo que hacia, si no para poder salvar vidas.

- Señorita Sango- la llamó Ayame- mire, es hora de irnos. nuestro turno ha acabado.

...

Sango se despidió de una animada y feliz Ayame que cruzaba la calle. Esa muchacha era admirable, le recordaba mucho a su amiga Kagome, ambas irradiaban esa aura de confianza y optimismo, una aura que ella perdió hace mucho tiempo... siendo una niña de tan sólo once años.

Todo lo relacionado con esa edad la llenaba de angustia y dolor. Durante mucho tiempo se aisló completamente de todo, pensó que la soledad le ayudaría a olvidar un fatídico segundo... a veces cuesta creer lo que puede suceder en tan solo un segundo; cuantos cambios, cuantas vidas y destinos se crean y destruyen en tan solo un segundo.

Sango perdió su más grande tesoro en ese lapso de tiempo, todo fue tan rápido y a la vez lento: Era su cumpleaños... salió a caminar con su hermanito... cruzó primero la calle... un auto pasó con luz roja... volteo para ver si su hermanito la estaba siguiendo... vio como ese auto golpeaba a su hermanito... vio como su hermanito fue a caer tan lejos... tan lejos... y ella estaba ahí... parada... sola... sorprendida... todo fue tan rápido y al mismo tiempo tan lento, pero de igual forma ella no pudo hacer nada...

...

- Sango- un joven la llamó pero ella no reaccionaba, sus ojos tenía una mirada perdida fija al piso- ¿Sango?- la misma voz la llamó nuevamente, pero ella aun continuaba ahogándose en ese recuerdo, en ese segundo

- ... lo siento... - murmuró ella, el muchacho no comprendía nada

- ¿Qué te sucede Sango?- le preguntó preocupado el joven poniéndose al frente de ella

- ... lo siento... - volvió a murmurar Sango, una risa de un niño apareció en su mente, ella conocía esa risa- ...Kohaku...

- ¿¡Sango?!- la voz del muchacho ahora se oía preocupada

- ...lo siento Kohaku... – murmuró mientras de sus ojos caían lagrimas. Sintió un nudo en su garganta, su vista se nubló, sus piernas cedieron ante su propio peso y todo se volvió negro

- ¡Sango!

Ayame caminó rápidamente entre la gente mientras que prácticamente corría por la calle. Estaba tan impaciente, quería contarle a Rin las buenas noticias.

- ¡RIN!- gritó emocionada al entrar a la pastelería de su amiga

- Ayame- dijo algo asustada ella- ¡¿qué te pasa casi me matas del susto!?

- Adivina, adivina- decía sumamente contenta

- Dime- pidió algo extrañada Rin

- ¡Sango conoce a alguien que siempre está organizando fiestas y le dirá que conoce una excelente pastelería de una amiga de su estudiante!- le contó- ¡ y seguramente vendrá para hacer el pedido del siglo!

- ¿Es una broma?- dijo algo sorprendida- ¡Por que si es una broma te mato!

- No lo es!!- respondió ella- ¡Rin te contratarán para algo grande!

- ¡Ayame!- celebró casi llorando la muchacha- ¡GRACIAS!

- Vamos tenemos que celebrar- propuso Ayame- yo te invito

En unos cinco minutos, ambas se encontraban tomándose un helado mientras hablaban animadamente

- Aun no se como darte las gracias- dijo Rin

- a mí no- contestó ella- Tienes que darle las gracias a Sango

- Desde hoy la Doctora Sango recibirá diariamente pasteles y dulces gratis a domicilio- anunció Rin con un tono profesional- ¡Este es el día más feliz de mi vida!

- Ahora lo único que nos falta es conseguirnos unos novios- suspiró soñadoramente Ayame

- Ayame, ¿y si le preguntas a la doctora de nuevo?

- ¡Vamos, ella no es un genio!- rió la pelirroja

- Pero nunca se sabe- protestó Rin

- Además yo no soy de esas personas que creen en el amor

- Dices eso por nunca te has enamorado- comentó Rin- yo creo en el amor a primera vista...

- Vamos como si eso fuera posible- rió Ayame- Dime Rin, ¿te enamorarías del primer hombre que chocaría contigo en la calle?

Justo en ese momento Ayame choca con alguien perdiendo el equilibrio y cayendo encima de él. Luego sintió como unos brazos la sujetaban para evitar que cayera en la acera sino sobre el pecho de un hombre.

- ¿Te encuentras bien?- le preguntó un tanto adolorido muchacho

Ella levantó su rostro y se encontró con unos ojos azules.

- Oye- la volvió a llamar el muchacho

- Sí- contestó poniéndose de pie sonrojada- lo siento mucho

- Descuida- contestó él- ¡maldición los papeles!

Cuando sujetó a Ayame soltó unas carpetas que llevaba y ahora unos papeles estaban en el suelo

Rápidamente Ayame comenzó a recogerlos, el joven la miró algo sorprendido

- De verdad lo siento- dijo de nuevo avergonzada Ayame mientras recogía lo más rápido que podía las hojas antes que se volarán- ¡Rin! ¡Ayúdame!

Su amiga que había visto todo el espectáculo reaccionó y comenzó a ayudarle. El muchacho también se arrodilló y los tres juntaron las hojas. Ayame notó que quedaba solo una y alargó su mano para recogerla, pero su mano tocó la mano del joven que también quería recogerla. La muchacha se sonrojó y retiró su mano.

- Lo siento- murmuró avergonzada ella mientras se ponía de pie

- Fue un accidente- suspiró él- estaba leyendo mientras caminaba... ¿Te encuentras bien?

- Sí- dijo ella- también fue mi culpa esta hablado... ¡mi helado!

Con horror vio su rico helado en el piso.

- "Y no tengo dinero para comprarme otro"- pensó mientras veía como se derretía- "Tan rico que estaba"

- Te invito uno- propuso el joven con una linda sonrisa- en forma de agradecimiento por haberme ayudado

Ayame miró al muchacho que le sonreía, y por primera vez sintió mariposas en el estómago... algo no andaba bien con ella, ningún hombre le había hecho sentir eso

- ¡Se me hace tarde!- dijo Rin- nos vemos Ayame, ¡adiós! -

- Espera... Rin

- Qué dices- le preguntó el joven

- De acuerdo- aceptó finalmente ella- disculpa, pero ¿Cuál es tu nombre?

- Kouga, mi nombre es Kouga

Sango abrió lentamente sus ojos, ¿dónde se encontraba? lo último que recordaba era que se estaba despidiendo de Ayame.

- ¿Cómo te sientes Sanguito?- consultó un joven elegantemente vestido

- ¿Co... colita?- lo reconoció Sango- me duele la cabeza

- Recuerdas lo que te pasó?- le preguntó él

- No...- contestó ella- ¿dónde estoy?

- No me digas que no reconoces el lugar donde trabajas- le consultó sonriéndole

- ¿El hospital?- dijo extrañada- ¿Qué hago en el hospital?

- Te desmayaste tontita- respondió Miroku mientras tomaba la mano de la doctora- ¿No lo recuerdas?

- No- contestó Sango mirando hacia otra lado y alejando su mano de la del abogado

- Cuando te encontré estabas parada mirando el suelo, te llame varias veces pero no me contestaste, luego te pusiste a llorar...

- Yo no lloro- lo interrumpió ella intentando sentarse en la cama pero no pudo

- Cuidado- la sujetó con sus brazos- No hagas eso estas aun muy débil

- Yo no lloro- volvió a decir Sango

- De acuerdo- dijo Miroku- no lloras, pero tienes que descansar...

- Quiero irme a mi casa- pidió ella

- No creo que puedas aun- le dijo él mientras la volvía a recostar en la cama- tendría que hablar con un doctor

- Yo soy una doctora- dijo ella- y digo que ya me puedo ir

- Pero aun así...

- Y tu me llevarás a mi casa- continuó ella

- Disculpa?

- Por tu culpa estoy aquí, así que tu me llevarás a mi casa- respondi

- Yo te traje al hospital porque te desmayaste en la calle, para ser más especifico en mis brazos- contestó un poco molesto Miroku

- ¿Qué?

- Así es te desmayaste en mis brazos- repitió él- o sino te hubieras caído en el suelo...

- Hubiera sido mejor... - murmuró algo sonrojada la doctora

- Escuché eso- comentó Miroku- de acuerdo, te llevaré a tu casa

- Gracias- dijo algo cohibida la doctora

- ¡Qué es esto!- comentó maravillado Miroku- ¡La gran Sango me ha agradecido algo a mí, La quinta maravilla del mundo...!

- Y créeme que será la última vez- dijo sonrojada y molesta a la vez

- Eso lo veremos...

- Sango despertaste- dijo una doctora que estaba entrando a la habitación donde estaba los dos.

- Sí, ya me siento mejor- contestó ella

- Estás segura- le preguntó algo insegura la mujer

- Sí, lo único que quiero hacer ahora es irme a mi casa- le pidió- estoy bien, solo necesito descansar

- Pero no tienes a nadie que te lleve, sé que no tienes auto- dijo la mujer

- Yo la llevaré, distinguida dama, descuide- dijo Miroku con una sonrisa

La mujer se sonrojó al ver al galante hombre.

- Él me llevará- dijo molesta Sango

- De acuerdo- cedió al fin la mujer

- Iré a buscar mi auto- dijo Miroku saliendo de la habitación

- Vaya Sango no sabía que tenías novio, ¡Y que novio!

- ¡Te equivocas ese idiota no es mi novio!- dijo casi gritando Sango

- Vamos, no le diré a nadie- rió la mujer al ver la reacción de la muchacha

- ¡QUE NO ES MI NOVIO!- gritó Sango con todo lo que le quedaba de fuerza

- De acuerdo te creo- asintió asustada su colega- es que creí que lo era por la forma que se comport

- ¿De qué hablas?- preguntó Sango mientras la ayudaban a sentarse en una silla de ruedas

- Él llegó contigo en brazos muy preocupado, luego cuando te terminamos de hacer el chequeo no se separó ni un segundo de tu lado hasta que te despertaste, incluso no almorzó por estar aquí- le respondió ella

- No lo sabía- dijo algo nerviosa

- Aquí estoy yo- dijo alegremente Miroku entrando- vamos

Sango levantó su rostro y vio al abogado, él la llevó afuera y luego al estacionamiento. No pronunció ninguna palabra mientras él hacia eso. Luego la tomó en sus brazos para subirla a su auto. Pero ella se aferró a su cuello con sus brazos.

- ¿Sango?- dijo algo sorprendido y sonrojado

- Lo siento- se disculpó ella aferrándose más a él- Gracias por todo...

Ambos se quedaron así un buen rato, sin decir nada.

- Te lo dije- comentó él- me volviste a decir gracias...

Continuar

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