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Un joven abogado caminaba por un pasillo lleno de puertas, en sus brazos llevaba a una muchacha un poco más joven que él.
- Sango- la llamó él- ¿Cuál es tu departamento?
- El tercero a la izquierda- contestó ella
- ¿Aquí?
- Sí, aquí es
Sango le entregó la llave, y el muchacho dificultosamente logró abrir la entrada.
- De acuerdo, llegamos a tu casa- dijo con su tono alegre de voz el abogado- ¿quieres que llame a alguien?
- No- respondió Sango bajando de los brazos de él
- Miau- la recibió una gatita dorada con líneas negras
- Kirara- la llamó Sango, la gatita automáticamente se dirigió hacia donde estaba la doctora- Te extrañe...
- Vaya, tratas a esa gata mejor que a mí- rió Miroku
- Tu también lo harías si la conocieras- contestó ella algo más alegre
- Creo que ya no me necesitas aquí- suspiró Miroku- ¿segura que no necesitas nada?
- No te preocupes- dijo Sango algo cohibida por la preocupación del abogado- estoy bien
- ¿No quieres que le avise a Kagome?- insistió Miroku
- No descui.... ¡Ay no!- gritó horrorizada
- ¡¿ Qué te ocurre!?- preguntó asustado Miroku avanzando hacia ella
- se me olvido que tenía que ir a almorzar con Kagome, conociéndola todavía debe estar esperándome- recordó Sango tomando su cartera y se dirigió a la puerta
- ¿estás loca?- la detuvo Miroku- ¡no puedes salir!
- Mira te agradezco que me hayas traído y ayudado, pero tengo algo que hacer- dijo ella- ¡no pudo dejar plantada a Kagome!
- ¿Se te olvidó que hace unas horas te desmayaste en la calle y que estuviste en un hospital?- dijo algo molesto por la terquedad de la joven
- Tu lo dijiste, HACE UNAS HORAS- contestó desafiante Sango intentando salir
- ¡Qué clase de doctora eres!- le preguntó él- No quiero imaginar a tus pobres pacientes, si ni siquiera sabes cuidarte a ti misma
- No te metas con mi trabajo, colita- lo interrumpió Sango aún más molesta
- ¡¿es que no conoces los teléfonos?!- dijo Miroku subiendo por primera vez el tono de su voz- ¿¡Dime, no se te ocurre llamarla para decirle que te pasó?!
Sango se quedó callada.
- "¡Diablos! Tiene razón"- pensó molesta ella. Intentó no perder su semblante y se dirigió hacia el teléfono
Miroku miró a esa muchacha, mientras ella estaba marcando el número en el teléfono, y no pudo aguantar la risa, aunque no estaba muy seguro que era lo que era lo que se la ocasionó, lo más probable era la terquedad de Sango o el hecho de que no quería aceptar que se había equivocado.
- ¿Te puedes callar?- le pidió aun molesta Sango mientras colgaba el teléfono
- ¿Qué te dijo?- le preguntó algo más calmado Miroku
- Que descansara- respondió Sango, algo agotada, al parecer la discusión no le hizo nada bien
- Será mejor que me vaya- comentó él- ahora debes dormir
- Sí... tengo que dormir
Un silencio incomodó reinó en la habitación
- Nos vemos- se despidió Miroku avanzando hacia la puerta
- Nos vemos- contestó Sango, mientras veía como el abogado se retiraba- ¡espera!
Miroku se detuvo y miró a la muchacha.
- Gracias- dijo nuevamente Sango pero esta vez su voz estaba llena de sinceridad e inocencia, y su mirada transmitía una infinita ternura
- ...- él no supo que responderle, simplemente la quedó mirando.
- Miroku, ¿te sientes bien?- le preguntó algo preocupada al ver la reacción que tuvo
- Sonreíste- susurró asombrado- es la primera vez que te veo sonreír sinceramente...
- A... eso...- comprendió avergonzada
- Bueno, me voy- dijo nuevamente él, y esta vez si lo hizo
Sango quedó mirando durante un largo rato la puerta, hasta que Kirara la sacó de sus pensamientos
- Es verdad, tú todavía no has comido
- Conque eres el vicepresidente de la famosa empresa Shikon No Tama- repitió atónita Ayame- ¡eso es increíble!
- No es para tanto- sonrió Kouga mientras le pasaba un helado
- Es que yo pensaba que solo la gente mayor desarrollaba cargos tan importantes- contestó la pelirroja mientras recibía su helado
- Bueno, eso no es cierto- dijo él- "en realidad ese cargo es un disfraz para m
- Yo soy simplemente una aprendiz de enfermera- suspiró algo avergonzada- no es una trabajo tan impresionante como el tuyo
- Pienso que es sensacional- contestó Kouga- mientras yo estoy administrando una enorme empresa tú estas salvando vidas...
Ayame se sonrojó por ese maravilloso comentario, por lo general cuando conversaba con un hombre, nunca él se ponía a preguntarle que era lo que hacía ya que estaban más preocupados por invitarla a salir que conocerla.
- Y dime, ¿qué tienes que hacer exactamente?- consultó entusiasmada Ayame
- Bueno...- dijo algo nervioso Kouga- tengo que encárgame que todos lo problemas secundarios que suceden e intentar no molestar al presidente por ellos.
- Ya veo- comprendió ella asintiendo con su cabeza- ahora yo sólo tengo que poner mucha atención a lo que dice mi supervisora e intentar solucionar emergencias
- Eso es 100 veces más complicado de lo que yo hago- comentó Kouga sonriéndole
- Vamos no digas eso- le pidió algo halagada
- Y en que hospital estas haciendo la práctica- consultó él
- En el hospital de Tokio- contestó ella
- Yo en este edificio- dijo Kouga indicando la enorme construcción que estaba en la calle de al frente
- ¡Es gigantesco!- admiró Ayame- ¿nunca te has perdido en él?
- Aun no, la primera vez que entré en él estaba acompañado con mi jefe- respondió Kouga- pero te puedo asegurar que todavía no lo conozco por completo
- Algún día me gustaría entrar- suspiró aún maravillada la pelirroja
- Créeme, no es tan maravilloso por dentro como por fuera- comentó algo nostálgico
- ¿Por qué?- preguntó algo confundida
- Olvídalo, no dije nada- le retractó Kouga- ¡Diablos!
- ¿Sucede algo?
- Es que se me hizo tarde tengo que volver a la oficina- se disculpó Kouga que estaba mirando su reloj
- Entiendo- suspiró decepcionada
- Ayame ¿te gustaría almorzar conmigo mañana?- la invitó amablemente el joven
- A Almorzar?- dijo Ayame- Claro
- Que bien, ¿a las 3:30?- propuso él
- de acuerdo- asintió feliz ella- pero yo te iré a buscar
- ¿Por qué?
- Por esa sería una excelente oportunidad para conocer el edificio- contestó sonriente la pelirroja
- Entonces nos vemos- se despidió él mientras se alejaba de ella
- Nos vemos- dijo una feliz Ayame
Kagome caminaba algo apurada por la calle, por estar esperando a Sango se le hizo tarde, claro que su amiga nunca se presentó porque tuvo un accidente; lamentablemente no le avisó antes, y la abogada se quedó sin almorzar y además ahora estaba atrasada.
Entró al enorme edificio que pertenecía a la empresa a la cual ella trabajaba, aun le costaba creer que su plan se estaba haciendo realidad lentamente. Hace casi unos tres meses había firmado un contrato con la firma de Miroku, él cual le ofreció el puesto de ser la segunda titular a cargo en la administración legal de la compañía Shikon No Tama y ella naturalmente lo aceptó. El primer paso de su venganza se estaba cumpliendo.
Subió al ascensor, el cual estaba vacío, apretó el botón del último piso y luego cerro sus ojos. En su mente empezó a recordar el propósito de su venganza, y porque le vendió su alma prácticamente al diablo para poder llevarla a cabo.
Naraku.
Naraku, la mismísima maldad hecha hombre. Ese desgraciado le destruyó la vida a su madre y a ella. Sus mentiras y falsas promesas engañaron a su padre, llevándolo a la ruina, a la desesperación y finalmente al suicidio.
Aun recordaba como lloraba su madre mientras abrazaba a su hermanito. Luego del funeral juro sobre la tumba de su padre que se vengaría por todos los medios de ese bastardo. Al principio no sabía como hacerlo, ¿cómo una muchacha cualquiera destruiría al rey de la mafia, a un asesino cruel y despiadado, un estafador multimillonario y poderoso?
La respuesta le vino cuando termino la preparatoria, lo único que ella podía hacer era desenmascarándolo frente a todos, mostrándole al mundo quien era ese bastardo verdaderamente. Y la única forma de hacerlo sería tener un conocimiento legal, se convertiría en una abogada. Pero aun así no tendría los recursos para realizar la investigación. Pero el último consejo que le dio su padre antes de dejar este mundo la guió, y esas palabras jamás se le olvidaría: "El enemigo de tu enemigo es tu mejor amigo"
Si lograba contactar a la mayor competencia del imperio de Naraku lograría encontrar los ingresos para comenzar su plan. No se demoró mucho encontrar a su futuro aliado, la compañía Shikon No Tama. En ese tiempo era dirigida por un hombre tan poderoso que lo llamaban el gran Comandante, y él era el peor enemigo de Naraku.
Kagome se concentró y se dedicó en convertirse en la mejor abogaba de todo Japón. Cuando estaba en la Universidad conoció a Sango, una estudiante de medicina. La cual era muy reservada y solitaria, en la universidad se rumoraba que cuando tenía once años vio un accidente que la dejó traumada por un año, en ese periodo no pronunció ninguna palabra. Tal vez eso fue lo que le llamó la atención de ella e intentó hablarle, después de todo después que su padre se suicidó, Kagome también experimento un impacto parecido.
Sango resultó ser una persona maravillosa y su única amiga en esa etapa de su vida, ya que le brindó un apoyo incondicional en esos momentos. A pesar de eso Kagome nunca le mencionó la verdadera razón de porque estaba estudiando para ser una abogada y aún hasta ahora, no se lo había dicho.
..
Las puertas del ascensor se abrieron, había llegado. Salió de ahí y avanzó hacia la oficina de su jefe, el hijo del hace poco fallecido gran Comandante... o mejor dicho hace poco asesinado. Por su puesto que ella sabía que Naraku lo eliminó y estaba segura que su hijo mayor también lo sabía.
- Señor Sesshoumaru- dijo Kagome mientras entraba a la oficina de su jefe.
- Llegó puntual señorita Higurashi- comentó él que se encontraba sentado dándole la espalda a la puerta y mirando por el inmenso ventanal que daba hacia la calle.
- Sí señor- asintió ella
- Dígame que a averiguado- dijo él con su frió y calculador tono de voz
- Según las encuestas, lo más recomendable sería realizar un evento donde se demuestre que la compañía no esta atravesando un periodo de crisis- contestó ella- lo más recomendable sería llevar a cabo una fiesta invitando a los más grandes inversionistas y a la competencia
- Ya veo- dijo Sesshoumaru- ¿A Naraku también?
- Sería bueno mostrar imparcialidad- dijo Kagome- y si ese hombre es invitado le mostraremos que no le tememos
- Me parece un buen punto de vista
- Gracias señor, si me disculpa debo retirarme...
- Antes de eso, dígame señorita Higurashi
- ¿Sí señor?
- Cuándo se refiere a que no le tememos, ¿está hablando de la compañía o de usted?- consultó Sesshoumaru volteándose para verla
Kagome se quedo callada por unos segundos, y luego en su rostro se dibujó una inocente sonrisa.
- Por ambos señor- contestó ella
......
- Lo siento Señor Inuyasha, pero el presidente está ocupado en estos momentos y no debe molestarlo- dijo una secretaria
- Feh, ese cretino siempre está ocupado cuando tengo que hablarle- se quejó Inuyasha dándose media vuelta y caminando hacia su oficina
- Que tenga un buen día señorita Higurashi- dijo la secretaria detrás de Inuyasha, se estaba despidiendo de alguien que acababa de salir de la oficina de ese bastardo de Sesshoumaru
- "¿Higurashi?"- recordó él ya había escuchado ese apellido antes- se volteó y vio a una bellísima muchacha de un cabello negro y reflejos azulados- "la abogada que nos presentó Miroku esta mañana"
- Señor Inuyasha- lo reconoció ella- buenas tardes
- Hola- contestó secamente él- ¿tú eras la persona con la que Sesshoumaru estaba hablando?
- Sí- respondió continuando su camino
- De que estaban hablando- le preguntó Inuyasha
- Creo que lo mejor sería si tu se lo preguntarás a él- le contestó ella- después de todo ambos son los socios principales
- A mí no me interesa para nada los malditos problemas relacionados con esta estúpida compañía- la interrumpió él haciendo una mueca de asco
- Entonces no le importa de lo que hablé con su hermano- le contestó Kagome siguiendo su camino al ascensor
Inuyasha se molestó notoriamente por la respuesta de esta última, no estaba acostumbrado a tratar con mujeres así.
- Si sigues con esa actitud, no duraras mucho aquí- la amenaz
- Curioso, hace poco su jefe me dijo lo contrario- respondió ella mientras entraba al ascensor y las puertas se cerraban- nos vemos, Señor Inuyasha
- ¡No es mi jefe!- dijo molesto Inuyasha, y con el mismo mal humor entró a su oficina. Verdaderamente esa mujer lo volvía loco.
- Como te envidio, Kirara- suspiró Sango mientras miraba como su gatita tomaba su leche- tu no tienes que preocuparte por nada...
Sango caminó lentamente hacia su habitación, el sueño dentro de poco la vencería y no deseaba quedarse dormida de pie. Como siempre su pieza estaba limpia y ordenada; esa mañana había dejado la ventana abierta, así que se sentía una agradable brisa en toda su habitación. Avanzó hasta el borde de su cama y se dejó caer.
- tenía que ser él- dijo algo molesta- tenía que ser colita...
En su mente la sola pregunta que resaltaba en esos momentos era porque tuvo que tener tanta mala suerte, su peor enemigo tuvo que ayudarla... ¿enemigo? ¿Cuándo Miroku se había convertido en su enemigo?
.....
- Sango ¿quieres reaccionar?- Kagome estaba algo molesta con su distraída amiga
- Disculpa Kagome, es que estoy muy aburrida- se disculpó ella
- Te advertí que esta reunión sería aburrida, pero tu comenzaste a insistir...
- Tu fuiste la que insistió que YO viniera aquí- la interrumpió Sango- no me vengas con otros cuentos
- Ahhh, tienes razón- recordó la distraída abogada
- ¿Cuánto falta?- preguntó aguantándose un bostezo
- Miroku tiene que dar un discurso y listo- contestó Kagome- vamos, sé que puedes resistir 15 minutos más
- ¿Miroku?
- Miroku, mi jefe- respondió ella- ¡es cierto!, tú aun no lo conoces. Después de todo sólo llevo trabajando en su firma unas dos semanas
- Pero aún así te invitan a las fiestas de los clientes- suspiró Sango- no entiendo como me obligaste a venir a aquí...
- Mira ahí está Miroku- comentó Kagome, señalando a un joven bien parecido y sonriente que subió al escenario de la sala donde se llevaba a cabo la gran fiesta de celebración de la firma por su reciente triunfo en un caso
- Gracias a todos por haber venido a la fiesta - dijo Miroku con una voz sabia y clara- de paso debo pedir disculpas por lo aburrida que es...
La atmósfera mágicamente se volvió amena, solo por la presencia de ese joven.
- Volviendo al tema- comentó él- les pido a los presentes que comiencen a comportarse como si estuvieran celebrando algo, ya que irónicamente eso es lo que estamos haciendo; luego de tres meses de arduo trabajo por fin podemos decir que hemos logrado lo que deseábamos, todo gracias en gran parte por la maravillosa llegada de la preciosa Kagome... - aplausos se escucharon cuando Miroku la mencionó haciendo que ella se sonrojara- y a ustedes por su gran apoyo, ahora si me disculpan tengo que saludar a la bella amiga que acompaña a mi querida asistente.
Ahora fue Sango la que sonrojó.
- Ese es mi jefe- dijo Kagome mirando a su amiga
- Kagome, es bueno saber que viniste- la saludó Miroku- y ahora dime, quien es esta bella muchacha
- Miroku, te presento a mi amiga la señorita Sango Himura- dijo Kagome- Sango, mi jefe Miroku Asakura
- Mucho gusto- dijo él galantemente
- Hola- lo saludó cortantemente ella- sabes Kagome, mañana tengo que ir a trabajar... nos vemos
- Espere- la detuvo Miroku- dígame señorita, ¿usted tiene novio o algún tipo de compromiso con alguien?
- ¿Disculpe?- preguntó algo avergonzada
- le pregunté si...
- Si escuche eso- lo interrumpió Sango- pero me sorprende que me esté invitando a salir
- yo no veo el problema- sonrió él- encuentro que usted es muy hermosa y le consulté si esta disponible para salir conmigo
Sango miraba con asombro a ese impulsivo abogado, es decir, lo había conocido hace menos de un minuto y en cuanto supo su nombre este repentinamente la invitaba a salir?
- ... nos vemos kagome- dijo ignorando a Miroku y caminando hacia la puerta
- Vamos, señorita Sango, no sea tímida- le pidió descaradamente- es solo una cita... y se llegase a terminar en alguna otra cosa... pues... ya veremos
Y esa fue la gota que derramo el vaso...
- Si en determinado caso yo aceptase salir con usted- comentó tranquilamente Sango- dudo mucho que llegue a impresionarme a tal punto de terminar así nuestra supuesta "cita"
- Bueno eso da cuenta que usted no me conoce- dijo nuevamente de una manera poco apropiada Miroku- entonces... que me dice?
Sango se dio la vuelta y avanzó hasta la salida.
- ¡Tomaré eso como un sí!- dijo alegremente Miroku- Nos vemos mañana Sanguito
- "¡¿Sanguito!?"- Sango se detuvo, se volteó para mirar a Miroku, decidió no mostrarse molesta para no darle en gusto a ese descarado abogado- Lo dudo mucho... colita
....
- "Ahora lo recuerdo"- asintió Sango- "por eso, no lo soporto"
- ¿Saldrás con ese maravilloso empresario?- dijo casi gritando por teléfono Rin- ¡Ayame que suerte tienes!
- Vamos no me dejes sorda- le rogó la pelirroja alejando un poco su oreja de su celular
- Disculpa- dijo inocentemente ella- es que me emocioné...
Ayame ya se encontraba en su departamento, y se le ocurrió llamar a su amiga Rin para contarle lo sucedido después que ella la dejará sola con Kouga.
- Aun no puedo creer la suerte que tienes, Ayame- suspiró Rin- tropezaste con el hombre perfecto mientras decías que no creías en el amos verdadero...
- espera un momento querida, aun no creo en el amor verdadero- la interrumpió Ayame
- Vamos, no me digas que no te gustó Kouga
- Es un sujeto interesante, simpático, todo un caballero...
- ¿Y como sabes eso? Solo hablaste unas horas con él- consultó Rin
- Rin, recuerda que yo he salido con casi todos los hombres de Tokio- contestó Ayame- créeme yo sé de esas cosas
- Culturízame y dime como sabes que ese Kouga es todo un caballero y no una cara bonita que quiere aprovecharte de ti por ejemplo- le pidió ella
- Cuando estabamos conversando- explicó Ayame- él me miraba al rostro, y no a mis pechos ni a mi trasero, Rin un hombre que hace eso... es un caballero
- Amén por eso
- Volviendo al tema... - continuó diciendo Ayame- es todo un caballero, es un joven vicepresidente de una gran empresa, pero lamentablemente no es mi tipo
- ¡¡Y dime entonces que tipos de hombres te gustan!!- gritó indignada Rin
- "Los sujetos que no me hacen sonrojar"- pensó avergonzada ella- "tampoco los que hacen que mi corazón lata tan rápido"
- Aló, tierra llamando a Ayame- la voz de Rin la sacó de sus pensamientos
- Como decía. Kouga no es mi tipo- contestó con su tono característico de voz
- Ya me lo dijiste- respondió su amiga- ¡Por eso yo te pregunté como diablos es tu hombre ideal si el grandioso Kouga no lo es!
- No me gustan los hombres tan perfectos- contestó ella- estoy 100% segura que todo terminaría mal, yo no soy la señorita perfección
- Vamos Ayame
- ¿Qué?
- Tu si eres la señorita perfección..
- no me molestes Rin- la amenazó Ayame
- De acuerdo- se rió- ahora si me disculpas tengo que seguir cocinando
- Sigue cocinando entonces, y yo seguiré estudiando- dijo Ayame- nos vemos
- Adiós- se despidió Rin colgando
Ayame apagó su celular y lo miró por un momento. Luego lo arrojó sobre su cama.
"Vamos, no me digas que no te gustó Kouga"
Las palabras de Rin comenzaron a acosarla. En realidad si le gustó Kouga, mucho a decir verdad, pero ella no era esa clase de chica que tienen relaciones duraderas, y no quería llegar a lastimar a ese maravilloso muchacho
- "Vamos Ayame, estas pensando como si tuvieras algo serio con él"- pensó ella mientras se sentaba frente a su escritorio- "Conversaste con él, resultó ser simpático, te invitó a almorzar, aceptaste y ahora te encuentras pensando que es el hombre de tus sueños"
Luego de analizar la situación varias veces, le resultó cómica. Se rió de su imaginación y comenzó a estudiar. Aunque aun no entendía por comenzaba a actuar como una muchachita inocente e inexperta cuando estaba con él.
- ¿Una fiesta?- dijo algo extrañado Kouga
- A Higurashi se le ocurrió- contestó Sesshoumaru, mientras se sentaba detrás de su escritorio y giraba su silla para quedar mirando a Kouga, el cual estaba parado al lado de la puerta- creo que será una estupenda ocasión para volver a ver a ese bastardo de Naraku nuevamente
- ¿¡Piensa invitar a Naraku?!- dijo completamente sorprendido el OjiAzul
- Así es- comentó él con una sonrisa- quiero ver si ese desgraciado es tan valiente como dice. Por su propio bien tendrá que venir...
- Miroku sabe algo?- consultó Kouga
- No- respondió verdaderamente molesto Sesshoumaru- se supone que ya debería estar aquí y además no responde a su celular
- ¿Y ese parásito de Inuyasha?
- Tendrá que estar informado- comentó irritado- pero como también es dueño tendrá que asistir, solo espero que no nos deje en ridículo
- ¿Y Higurashi se encargará de todo?- consultó Kouga a su jefe
- Eso parece- dijo él- pero le diré a Inuyasha que le ayude, así hará algo para variar
- Pero esa bestia no hace nada bien- recordó Kouga
- La razón por la cual Inuyasha trabajará con Higurashi es para vigilarla- contestó Sesshoumaru- si ese zángano está a su lado ella no podrá actuar como se le dé la gana, y aunque Inuyasha sea un incompetente estoy seguro que se dará cuenta si Higurashi hace algo sospechoso...
- ¡Disculpen la demora!- dijo al entrar Miroku- ¿Tuve que atender un problema cuando venía para acá!
- Por fin llegaste- dijo notablemente enojado Sesshoumaru, ya que a él nunca le ha gustado las impuntualidad
- Sí, lamento mucho la hora- se disculpó- a decir verdad esta es la primera vez que llegó tarde a una reunión
- Y espero que sea la última por tu propio bien, Miroku- comentó Sesshoumaru con su fría voz
- Lo será, y de que estaban hablando?
- Tu socia le presentó al jefe un plan para evitar que los accionistas estén abandonando la empresa- dijo Kouga al abogado- piensa que lo mejor será hacer una fiesta...
- A mí me parece una estupenda idea- asintió Miroku- les dije que Kagome es una genio en ese tema
- Y al parecer tenías razón- dijo Sesshoumaru- dile a tu socia que no trabajará sola
- ¿Cómo dices?- preguntó extrañado el abogado
- Inuyasha será su asistente- contestó algo complacido Kouga con solo imaginar la reacción de este al enterarse de la noticia
- Inuyasha?- escuchó algo sorprendido Miroku- no creo que sea necesario Sesshoumaru
- Es una orden- dijo él- estoy cansado que ese cretino no haga nada, esta será una oportunidad de demostrar que es útil para algo
- si tu lo dices- suspiró resignado- creo que lo mejor será que yo le de la noticia
El abogado se retiró dejando solos nuevamente a Kouga y a su jefe
- Desea decirme algo más señor- consultó Kouga
- Quiero que vigiles a Kagome Higurashi- le pidió él- creo que sabe más de lo que aparenta
- A usted también le dio esa impresión?
- Sí, mientras esté con Inuyasha no podrá hacer mucho, aprovecha esa oportunidad para averiguar lo más que puedas acerca de ella
- Sospecha algo en particular, Señor?
- Hay rumores que Naraku quiere infiltrar a un espía en nuestra compañía, tal vez ella sea- dijo Sesshoumaru- y si lo es, elimínala
- Sí señor
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- ¿¡VOY A HACER EL ASISTENTE DE ESA CHIQUILLA PRESUMIDA?!- gritó indignado Inuyasha al escuchar a su amigo
- Vamos Inuyasha, lo dices como si eso fuera algo malo- comentó Miroku tomando asiento frente a su alterado amigo
- ¡Lo es, no recuerdas lo desagradable que era!- contest
- Primero que nada Kagome no es desagradable, segundo es la persona más encantadora de este mundo y tercero es una de las mujeres más bellas del país- respondió él- mientras que tú eres caprichoso, obstinado y generalmente estas de mal humor; creo que Kagome es la más afectada aquí...
- Con amigos como tú quien quiere enemigos- suspiró molesto Inuyasha- ¿Y tú como no me ayudaste?
- Créeme, lo intente pero como llegué tarde no me atreví a insistir mucho- contestó Miroku
- Diablos...
- Míralo por el lado positivo- continuó él- como te dije kagome no es una mala persona y además tal vez termines enamorándote de ella
- ¡Qué estupideces dices!- dijo casi gritando- ¡cómo crees que me podría fijar en una mocosa engreída como ella!
- Te conozco Inuyasha, y sé que te fijarás en Kagome- apostó Miroku- ya que ella y tú tienen algo en común muy importante
- Lo dudo- contestó enojado él- ¿Y que demonios es?
- A ambos no les agrada seguir el camino que otros les han dado- respondió él
Inuyasha abrió los ojos, y no se dio cuenta que su amigo había dejado su oficina. ¿Sería verdad? A esa muchacha también la acosaban esos fantasmas que a él lo perseguían.
- ¿Y por que quiere trabajar en esta empresa señorita?
- Siempre he deseado ser parte de la empresa "Shikon No Tama"- contestó una hermosa mujer, que se encontraba haciendo una entrevista. Estaba en una fría habitación junto a una hombre mayor
- Veo que tiene un impresionante curriculum para su edad- dijo impresionado el hombre
- A pesar de tener 23 años soy una persona capacitada- comentó ella- como puede ver ya he sido secretaria en otras importantes empresas
- Así es- asintió el hombre- ¿podría decirme porque razón no duró más de un año en ninguna de las empresas que menciona aquí?
- La mayoría de mis jefes quería tener un trato informal conmigo, y eso yo no lo tolero- contestó ella- y espero que si llego a tener trabajo aquí no sufra el mismo problema...
- Descuide señorita, aquí le aseguro que no le pasará nada relacionado con ese problema- respondió el hombre
- Es bueno saberlo- sonrió ella
- De acuerdo, no veo ningún problema... señorita Dysel bienvenida a la compañía
- Muchas gracias señor, prometo no defraudarlos- dijo contenta la mujer- y dígame, de quien seré secretaria?
- De uno de los dueños, señorita Dysel- contestó el hombre- del señor Inuyasha
- Ya veo- dijo sonriente ella
- Comenzará a trabajar desde el próximo Lunes, de ocho de la mañana a las cuatro de la tarde- le avisó- tendrá derecho a almorzar en la cafetería de la compañía y no trabajará en los fin de semanas ni feriados
- Eso quiere decir que dentro de cuatro días más- dijo la muchacha
- Así es, ahora el señor Inuyasha es muy estricto, no le gustan que lo molesten y que le hagan perder su tiempo- continuó hablando el hombre- si no lo hace le garantizo que no la despedir
- ¿Eso es todo?
- Así es señorita Dysel
- por favor, dígame simplemente Kykio
Continuar
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DENTRO DE POCO CAP.4 MANDEN REVIEWS!!!!!!!!
Se Despide
Mysao