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Anime » Inuyasha » Buscando un final feliz text size: (+) : (-)
Author: mysao
G - Spanish - Romance/Action/Adventure - Reviews: 24 - Published: 05-20-04 - Updated: 07-23-04 id:1871027

Cap.4

Conociendo a mi jefe

        ........

- La doctora Himura tuvo un incidente?!- gritó preocupada Ayame- ¿Qué le sucedió?

- Por lo que escuché sufrió un desmayo cuando iba para su casa, pero no le pasó nada malo- comentó una chismosa enfermera- lo interesante fue quien la trajo, no me vas a creer que dicen que fue su novio...

Ayame verdaderamente le molestó la actitud intrusa de esa mujer, estaba agradecida que le haya informado del accidente de su supervisora pero no tenía derecho de comenzar a inventar historias por ello

- Eso escuché, pero lo importante es como es- rió ella- me dijeron que parecía todo un actor...

- Un actor?- escuchó ella- entonces debe ser Miroku

- ¿¡Lo conoces?!- preguntó emocionada la enfermera- vamos dímelo todo!!

- No creo, es algo de su vida privada- dijo ella- gracias por haberme contado

Ayame siguió su camino, dejando atrás a una molesta chismosa la cual regresó a lo que estaba haciendo antes de encontrarse con ella

- me pregunto que haré ahora- suspiró la pelirroja

Pero su atención se concentró en la persona que ingresó al hospital, era Miroku y parecía algo preocupado.

- Señor abogado colita!!- lo llamó ella

- "la muchacha que estaba con Sango"- la reconoció él- buenos días, discúlpame pero ¿sabes dónde está Sango?

- Hoy no vino a trabajar señor- contestó Ayame- escuché que ayer tuvo un incidente, nada grave por cierto

- Sí, ya lo sé- contestó Miroku- lo que sucede es que ella es tan testaruda que pensé que hoy vendría a trabajar después de todo

- Vaya, usted si la conoce- comentó Ayame- se nota que es su novio

- No, te equivocas no lo soy... aun... - dijo él galantemente

- Entonces le deseo suerte

- Dime, sabes si está en su casa?- consultó Miroku

- Sí, una enfermera me lo comentó cuando llegué, llamó temprano para disculparse- recordó la OjiVerde

- Gracias- dijo él dándose la vuelta

Ayame sonrió al ver el hermoso ramo de rosas que Miroku escondió toda la conversación detrás de su espalda. Aun le costaba creer que su maestra aun no cayera por los encantos de ese personaje.

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Sesshoumaru revisaba una de las carpetas de hace poco su secretaria le había dejado sobre su enorme escritorio, no tenía palabras para describir lo desagradable que le era hacerlo. Esa rutina le aburría, pero era preferible a los problemas que tenía: terminar los asuntos pendientes de su padre.

Bajo sus hombros estaba la responsabilidad de venganza la muerte de él y evitar que su asesino se quedará con lo que a su padre le perteneció una vez, y ahora era suyo, bueno casi todo en realidad porque su hermanastro también estaba involucrado con la herencia, por lo tanto también en la venganza; pero estaba el detalle que Inuyasha no tenía idea de nada, no porque no quisiera participar, si no porque nunca le mencionó nada...

El sonido del teléfono lo sacó de sus pensamientos

- disculpe que lo moleste señor Sesshoumaru- escuchó la voz bastante asustada de su secretaria por el teléfono- pero aquí hay una señorita sin cita que exige verlo

- ¿Quién demonios es?- preguntó molest

- Dice que se llama Kagura Ayanami

- Déjala entrar- ordenó él

En unos segundos una mujer muy elegante y bien parecida entró a su oficina, sus llamativos ojos rojos inexpresivos se posaron en Sesshoumaru y acto seguido le dedico una sonrisa.

- Kagura- la saludó él- que demonios haces aqu

- ¿Esa son formas de recibir a una dama?- comentó ella mientras se sentaba en la silla frente al escritorio donde se encontraba él- veo que tus modales siguen siendo los mismo

- Contesta mi pregunta- dijo molesto

- Que te puedo decir- suspiró ella- mi padre me manda un recado y me pidió que te lo entregara personalmente

- Así que ahora Naraku manda a una de sus hijas para hablar conmigo- rió Sesshoumaru

- Mi padre se enteró que será invitado a una fiesta, donde el anfitrión serás tú- dijo ella- vengo a aceptar la invitación por adelantado

- Como siempre Naraku está informado antes que nadie- comentó él

- Pero eso no es todo, ya que también vine para darte unas noticias interesantes- agregó Kagura

- De que se tratan- escuchó Sesshoumaru- recuerda que no tengo tiempo para tus estúpidos tratos- comentó- pero antes dime por qué quieres perjudicar a tu padre diciéndome cosas secretas sobre él, ¿sabes que me estás dando una valiosa información?

- Sesshoumaru, vamos, tú sabes que odio a mi padre y me encantaría verlo muerto- sonrió Kagura- lamentablemente yo no puedo hacer nada, mi vida le pertenece por el momento, así que me gustaría que tú hicieras el trabajo sucio por mí...

- no soy la marioneta de nadie- dijo molesto- no me incluyas en tus patéticos planes

- Lo siento, pero tú y tu hermano son los protagonistas de uno de ellos, además créeme que esto te interesará; la primera noticia es que mi padre tiene un espía en tu empresa- dijo ella- es una mujer, no logré averiguar su nombre ni su foto, lo más probable sea una de sus amantes, lo único que sé es que es joven y muy bonita; te aconsejo que cuides al idiota de tu hermanastro

- Lamento decirte que ya lo sabía y creo saber quien es- dijo sonriendo fríamente el peliblanco

- Entonces no te sorprenderá saber que tienes a tu servicio a un potencial enemigo de mi padre- suspiró ella mientras sacaba un cigarro de su cartera y lo encendía- a propósito, parece que mi padre planea algo relacionado con la nueva socia de tu abogado, creo que es ella la que lo está asustando

- ¿Higurashi?

- Sí, ella planea algo grande contra mi padre, y por lo que escuché anoche, a la pobre muchacha no le queda mucho tiempo de vida; Naraku no quiere para nada que se siga involucrando más con tu empresa- recordó ella mirándolo- veo que por fin encontraste a alguien útil en tu pequeño negocio

- "Eso cambia muchas cosas"- pensó Sesshoumaru- "pensábamos que ella era la espía"

- Te ves sorprendido- rió entretenida Kagura- creo que lo mejor para ti es que la ayudes para que no se lleve todo el crédito cuando elimine a Naraku, ¿no crees?

- Lárgate – le ordenó molesto Sesshoumaru- y no vuelvas sin aviso, Kagura

- Cada vez que lo hago, me dices lo mismo- comentó apagando su cigarro y poniéndose de pie- hasta la fiesta

Kagura caminó hasta la puerta y la abri

- Casi se me olvidaba- comentó ella- según Kanna, te enamorarás

- Tu hermana está cada día más loca- dijo enojado él casi riendo- ¡yo no pierdo tiempo en esa clase de estupideces!

- No subestimes las habilidades de clarividente que ella tiene- le dijo- recuerda que es ella la consejera de Naraku, y Naraku nunca se equivoca.

Diciendo eso se retiró de la habitación.

- Qué opinas- preguntó Sesshoumaru a un joven que escuchó desde las sombra de la oficina toda la conversación

- Que dentro de poco se va enamorar jefe- comentó Kouga saliendo de su escondite- Kagura tiene razón, Kanna nunca se equivoca

- No vengas tú también diciendo esas misma tonterías- le ordenó el peliblanco más molesto de lo común

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- Déjame ver si entiendo- dijo Kagome mientras hablaba por su celular y caminaba por el centro de la ciudad- quieres que trabaje junto a tu amiguito Inuyasha, que por cierto es el hombre más testarudo y desagradable de toda la compañía, en el proyecto que tengo que realizar en tiempo récord, el cual seguramente será el más importante de toda mi vida, sin olvidar que estamos hablando del mismo proyecto que determinará mi permanencia en la empresa, y que a mí se me ocurrió personalmente... Lo que me estas diciendo es que tu amiguito quiere ayudarme para seguramente después llevarse todo el crédito... dime Miroku, ¿eso es lo que me estás diciendo?!!!!

- En palabras más dulces y suaves, seguramente sí- contestó éste

- Por supuesto que no!- contestó indignada

- Verás Kagome, lamentablemente no es lo que tú o él lo deseen- explicó el abogado- es una orden directa de Sesshoumaru

- Del señor Sesshoumaru?- repitió horrorizada- puedes preguntarle que parte de la oración, "para salvar la empresa" no entendi

- Vamos Kagome estás reclamando más que Inuyasha...

- ¿¡Que sucede?!, ¿al señorito Inuyasha no le agradó la idea de trabajar conmigo?- preguntó algo ofendida

- Casi me mata- suspiró él con el solo hecho de recordarlo- pero lo convenc

- Bien por ti, pero a mí no- dijo Kagome- lo siento Miroku, pero tú sabes que a mí me gusta trabajar sola, además tu amigo...

- Que curiosamente también es uno de tus jefes- comentó interrumpiéndola

- ...no me agrada lo suficiente como para trabajar junto a él una semana- dijo Kagome- y apuesto que es un incompetente que no hace nada solo

- en eso te equivocas- lo defendió Miroku- sabe vestirse solo

- Con amigos como tú, quién necesita enemigos- suspiró sonriendo ella calmándose un poco

- Eso fue lo mismo que me dijo Inuyasha- recordó él- ¿Ves? Son el uno para el otro

- Por favor Miroku, no mal interpretes una tonta coincidencia- le pidió Kagome ya perdiendo la paciencia

- Lo dejaré de hacer cuanto aceptes de buena gana trabajar con Inuyasha- propuso Miroku- te prometo que muy, pero muy, pero muy en el fondo el una excelente persona; claro tienes que ganarse su confianza para conocerlo en realidad

- Aunque te creyera- dijo Kagome- recuerda que tengo que encárgame de organizar una fiesta, no crear lazos de amistad

- te prometo que si te abres con él no la pasarás mal y trabajará como un angelito- le rogó Miroku

- demonios...- suspiró dándose por vencida- muy bien trabajaré con Inuyasha...

- ¿Y?

- Intentaré soportarlo- agregó Kagome

- Gracias, Kagome- le dijo aliviado- por lo menos me demoré menos que cuando hablé con Inuyasha, ¡Además logré mejores resultados! El muy simpático decía que no te podría soportar más de un minuto...

- ¡Ah, el señorito se cree un mártir por trabajar conmigo!- dijo casi gritando- ¡pues dile que se pude ir al diablo y poco más allá!

- Por favor Kagome, no empieces de nuevo- le pidió cansado Miroku

- No lo haré pero te lo advierto no cambiaré ni un poquito por ese niño malcriado- aceptó ella colgando el teléfono

En ese momento dejó de caminar e ingresó al edificio donde vivía Sango. Aún se encontraba preocupada por lo que le había sucedido ayer, y por eso decidió irla a visitar antes del trabajo...

- Quién es?- preguntó Sango al escuchar que alguien llamaba a su puerta

- Soy yo- dijo Kagome- ¿cómo te sientes Sango?

- Kagome- la reconoció la doctora abriendo la puerta- pasa

- Hola Kirara- saludó animadamente a la gatita

- Dime, ¿qué sucede?- preguntó Sango mientras cerrada la puerta

- Te vine a ver amiga- contestó ella- estaba muy preocupada

- No tienes que preocuparte- sonrió la doctora- estoy bien, incluso no sé por qué no fui a trabajar hoy

- Que bueno que no fuiste,- suspiró Kagome- imagínate que te hubiera ocurrido algo

- Por favor Kagome, ya te lo dije estoy bien- insistió ella

- Pero dime Sango, ¿qué fue lo que te sucedió?

- "qué me sucedi"- repitió mentalmente Sango, lo que le sucedió fue algo que hace ya mucho tiempo no le pasaba y le traía malos recuerdos

           .....

- "Dime querida, recuerdas cuál es tu nombre?"- una mujer vestida de blanco estaba sentada al lado de una niña de no más de unos once años, la cual llevaba puesto un camisón de hospital. Ambas se encontraban en una habitación blanca y amplia, donde sólo había una cama y al lado de ella una silla, dónde la mujer de blanco estaba. En la cama se hallaba la niña la cual estaba sentada y abrazaba sus piernas con sus brazos- "Vamos, sé que puedes hablar"

La niña no pronunciaba ninguna palabra, y ni siquiera miraba a la mujer, sólo miraba fijamente sus rodillas.

- "Llevas casi doce meses sin decir nada, ¿no crees que ya es hora que lo vuelvas a hacer?- comentó la mujer- Tú no tuviste la culpa de lo que le sucedió a tu hermano, todo eso fue por deseo del destino...".

La niña por primera vez en todo el tiempo que la tuvieron confinada en ese lugar, miró a la mujer.

- "Eso es Sango, no estás sola- dijo emocionada la mujer- por fin te diste cuenta que estaba aquí... ¡eso es un gran progreso!"

- "¿EL destino?"- repitió en casi un susurro la niña

- "¡¡Esto es fantástico!! ¡Sango has hablado!- la mujer de blanco estaba muy feliz, pero aun le contestaba la pregunta- seguramente ganaré un gran reconocimiento, ¡Hice que hablarás!

La mujer se puso de pie y salió apresuradamente de la enorme habitación blanca.

- "Entonces, entonces... ¿¿POR QUÉ EL DESTINO SE LO LLEVO??- gritó Sango- DÍGAME, POR QUÉ?! ¡¡POR QUÉ SE LLEVO A MI HERMANO!!"

    ....

- ¿Sango?- la llamó Kagome

- Dime- reaccionó ella

- Qué te sucedió?

- Nada, recordé algo- comentó ella algo melancólica

- Demonios- maldijo Kagome al ver su reloj- Me tengo que ir

- Gracias por haber venido a visitarme- dijo Sango acompañándola hasta la puerta- nos vemos luego

- No podré venir en la tarde- recordó Kagome- tengo que trabajar con el idiota de uno de mis jefes en los preparativos de la fiesta...

- Hablando de fiestas- comentó Sango- Ayame, me comentó que tiene una amiga que es una excelente cocinera que está dispuesta a ser pedidos de gran envergadura en poco tiempo

- ¿Verdad?- consultó algo entusiasmada Kagome- Y dime, es responsable?

- por lo que me comentó, sí- asintió Sango

- ¡eso es sensacional!- dijo animada Kagome- ¿Sabes dónde queda el negocio para ir a hablar con ella?

- No pero mañana se lo preguntaré- prometió la doctora

- Diablos, que tarde es!!- gritó horrorizada Kagome- prométeme que lo harás, ADIOS

Kagome salió casi corriendo del departamento.

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- Disculpe señorita, ¿se le ofrece algo?- una secretaria miraba despectivamente a la muchacha pelirroja que acababa de salir del ascensor, ya que juzgando por su ropa no era una persona importante.

- Busco al señor Kouga Kamiya- dijo algo moleta por el tono de voz de la secretaria

- Lo siento pero no lo puede ver sin una cita- respondió ella- le aconsejo que se vaya

- Pero se supone que tenía que reunirme con él- dijo ella sin moverse un centímetro de donde estaba – y seguramente esta esperando, puede ver si mi nombre esta en su agenda, me llamo Ayame Kinomoto...

- No señorita, estoy segura que no está- respondió cortantemente sin ver la agenda

- Puede aunque sea llamarlo- pidió ella molesta por la actitud de la mujer

- No lo haré, ahora vayase- le orden

- No me iré hasta que lo llamen- contestó desafiante Ayame- sé que si lo hace él vendrá a hablar conmigo

- Lo dudo mucho- se rió la secretaria- el señor Kouga es uno de los hombres más importantes de la compañía. Dudo que se mezcle con gente tan vulgar como usted

- para empezar, yo no soy para nada vulgar; segundo, Kouga no es una persona superficial; y tercero, usted no tiene derecho a juzgarme por mi apariencia- dijo enojada Ayame- así que llame a mi amigo Kouga, AHORA

- Si no se va llamaré a seguridad- la amenaz

- Oiga, no tiene derecho a hablarme así- se quejó Ayame nuevamente

- No me diga después que no se lo dije- dijo la mujer levantando su teléfono

- ¿Ayame?- la llamó Kouga, él acababa de salir de su oficina, cuando vio a la pelirroja discutiendo con su secretaria

- Hola Kouga- lo saludó contenta Ayame- te vine a buscar, pero tu encantadora secretaria no me creía

- Señor, ¿conoce a esta muchacha?- dijo atónita la secretaria

- Sí- asintió él avanzando hacia ellas- ahora vamos a almorzar Ayame

- Sip- lo siguió ella pero antes le mostró la lengua a la secretaria

- ¿Qué fue eso?- preguntó divertido pero a la vez extrañado Kouga mientras las puertas del ascensor se abrían

- Me despedía de tu cordial secretaria- contestó ella entrando al ascensor

- Ya veo- rió él- ahora dime, ¿dónde quieres ir?

- Eso decídelo tú- dijo Ayame- estoy segura que conoces más lugares que yo...

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Naraku miraba atentamente a su hija, mientras que ella ordenada un grupo de cartas en la mesa. Ambos estaban sentados frente a frente y los separaba una pequeña mesa no muy alta.

- ¿Y bien?- preguntó impaciente

- Las cartas han hablado- comentó Kanna- un peligroso enemigo está creciendo bajo la protección de tu peor rival

- Es esa muchacha- recordó Naraku- la nueva abogada

- Así es- respondió secamente ella- pero te aconsejo que no la mates aun

- Pero que diablos estas diciendo?- se sorprendió su padre- si me acabas de decir que es un peligro para mis planes

- pero es también una valiosa ayuda- dijo mientras volteaba otra carta- es muy inteligente, además se transformará en una importante posesión

- Explícate Kanna

- Inuyasha- contestó ella- el hermano de Sesshoumaru se encaprichará con ella, hasta el punto de quererla sólo para él

- Con que ese niño se enamorará- escuchó atentó él- dice algo más?

- se creará un trío amoroso- continuó diciendo al dar vuelta otra carta- la tercera persona será uno de tus títeres

- Kikyo- la reconoció Naraku

- Ella traerá caos en la vida del hermano de tu rival y de la muchacha que te amenaza- dijo- pero no será suficiente

- Que aconsejas- consultó Naraku

- Secuestra a la niña- recomendó- así torturaras Inuyasha y mientras ella aprenderá que nadie se puede oponerse a ti. Además en el estado que la devuelvas le demostrará a Sesshoumaru que no tienes piedad con nadie

- Me gusta como suena eso- sonrió maléficamente

- Tienes alguna otra pregunta padre- preguntó Kanna mientras volvía a barajar sus cartas

- Cuéntame sobre lo que sucederá con Sesshoumaru, ya sabes la relación que dentro de poco llevará acabo con alguien- preguntó Naraku

Kanna revolvió lentamente sus cartas y nubló aún más sus ojos grises, luego colocó al azar seis cartas en la mesa

- Las cartas han hablado- dijo nuevamente ella dando vuelta sólo una de las seis cartas- tu mayor rival por fin tendrá un punto débil fácil de atacar, una mujer

- Háblame sobre ella

- Será hermosa- contestó ella luego de voltear otra- contará con un maravilloso corazón, seguramente eso será lo que le atraerá a Sesshoumaru

- Dice algo más- la interrumpió impaciente

- Humilde- contestó Kanna repitiendo la acción- no a sido contaminada ni con la avaricia ni celos de este mundo; Amable, dulce...

- No dice nada más útil

- posee un antiguo dolor- dijo al dar vuelta la última carta- una pena pasada que no ha superado del todo; fue una gran perdida que le dejó una herida permanente

- Así que la señorita perfección tiene un defecto- sonrió lentamente Naraku- Kanna, ¿Tendré el honor de conocer a esa jovencita?

- espera un momento Padre- contestó ella sacando tres cartas del mazo y dándolas vuelta sobre la mesa

- ¿Y bien?- preguntó él algo extrañado por la cara que puso su hija

- Por lo más que quieras padre, no te acerques a esa mujer- respondió Kanna algo asustada- según esto despertarás algo en Sesshoumaru que te destruir

- No digas tonteras Kanna- dijo Naraku poniéndose de pie y dirigiéndose a su escritorio- tú misma me dijiste que Sesshoumaru aun no tiene los medios suficientes para enfrentarme

- Pero el odio y los celos que provocarás si te acercas a esa mujer serán le darán lo que le falta- dijo Kanna mientras volvía a barajar sus cartas- por lo que más quieras o llegues a desear a esa mujer padre, no te le acerques; no necesitamos a ninguna Helena de Troya aqui

- No soy tan estúpido- comentó él- además, con Kikyo es suficiente para saciar ese tipo de necesidades

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- Buenos días señor Ishida- dijo fríamente Kagome al entrar a la habitación que Sesshoumaru le asigno para trabajar en el proyecto

- Feh- murmuró claramente molesto Inuyasha, el cual se encontraba sentado con sus brazos cruzados y una mueca de desagrado.

- Lo mejor será que comencemos cuanto antes- propuso animadamente Kagome dejando su maletín obre la mesa y sentándose a una considerable distancia de donde el PeliNegro estaba

- Por qué estás tan lejos?- le preguntó él

- Y para que quieres que me siente más cerca de ti- consultó la abogada mientras sacaba un impresionante numero de carpetas del maletín y las ponía también sobre la mesa

- porque desde ahí no puedo ver nada de lo que haces- contestó molesto Inu- y se supone que tenemos que hacer esto juntos, al menos eso fue lo que Miroku me dijo

- para empezar, estoy segura que yo haré todo sola por lo que me comentó el señor Sesshoumaru de usted...

- Que diablos te dijo sobre mí?!- la interrumpió él alterado

- Que no eres muy competente- dijo tranquilamente mientras abría una de las carpetas y chequeaba algo en ellas- me comentó que lo más probable sería que solo me ayudarías en usar el aire de la habitación...

- Ese desgraciado no sabe nada!!- se defendi

- Aja- asintió kagome ignorando el ataque de ira de su "asistente" y continuando con su tarea concentradamente

- ¡Yo no tengo ninguna maldita razón para estar aguantando sus idioteces- gritaba Inuyasha- ¡ni siquiera debería estar aquí!

- Pienso lo mismo- comentó ella

- Verdad?

- Sip, no sé que demonios haces aquí si no eres útil para nada- agreg

Inuyasha se puso de pie y miró lleno de rencor a la abogada. Nunca ninguna empleada le había hablado así.

- Sabes que puedo ponerte de patitas en la calle por lo que me acabas de decir Higurashi?- dijo lentamente

- Por señalar lo obvio?

- Nadie piensa eso- dijo defensivamente

- Tal vez nadie te lo ha dicho a la cara, pero sí lo piensan Inuyasha- dijo mirándolo por primera vez

Inuyasha estaba VERDADERAMENTE molesto, esa muchacha no tenía ningún derecho a hablarle así pero antes de responderle, ella le dijo algo nuevamente.

- la verdad me sorprende que me mires así- comentó Kagome- después de todo tu sabes que digo la verdad

- Tú no tienes idea de nada- dijo furioso Inuyasha- tú no me conoces

- Tienes razón- suspiró ella- no soy nadie para juzgarte, mejor olvidemos esto y concentrémonos en el proyecto

Inuyasha miró sorprendido a la muchacha

- eso es todo- consultó algo sorprendido- no seguirás burlándote de m

- Nunca me burlé de ti- respondió ella- además no tengo tiempo para gastar en discutir sobre lo que hace o no

- está loca- dijo poniéndose en la misma posición que esta cuando Kagome entró en la habitación

    ....

- Tengo hambre- se quejó Inuyasha

- Ve a almorzar si quieres- dijo Kagome

Inuyasha se puso de pie y caminó hacia la puerta.

- No vienes?- le preguntó indiferentemente él antes de abrir la puerta

- No tengo hambre- dijo pero su estomago la traicionó y emitió un gruñido

- Vienes?- preguntó Inuyasha levantando una de sus cejas y mirando a una avergonzada Kagome

- No puedo- dijo sin atreverse a mirarlo- aun no termino con esto...

- Como quieras- dijo saliendo

Kagome miró la puerta después que se cerró, habían sido las cinco horas más desagradables de su vida. Inuyasha no dijo ninguna palabra después de su discusión y tampoco hizo nada; mientras que ella aun no estaba segura por qué estaba tan nerviosa por la presencia de él en la habitación, algo en los ojos dorados hacia que su muro de frialdad la abandonara, entre más tiempo pasaba cerca de él más sentía la necesidad de ver eso ojos.

- Disculpe señorita Kagome- dijo una mujer desde la puerta donde antes estaba dirigida su mirada

- dígame- dijo con una sonrisa

- El señor Inuyasha me pidió que le enviara esto- contestó ella poniendo un plato de colación de cafetería en la mesa- me dijo que estaba muy ocupada y no bajaría a la cafetería a almorzar

- ¿Él... él dijo eso?- preguntó sorprendida Kagome

- Sí, aquí se lo dejo- respondió la mujer y luego sali

Kagome quedó mirando la comida de un excelente aspecto que la mujer dejó sobre la mesa; al parecer Inuyasha no era tan indiferente como todos decían

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Sango miraba como su gatita tomaba animadamente su comida.

- Tenias mucha hambre Kirara- dijo ella desde la silla donde estaba sentada almorzando.

Hace mucho tiempo que no almorzaba en su casa, ya que se le había hecho una costumbre reunirse con Kagome. Ahora se encontraba en su departamento comiendo y hablando su gata.

Por supuesto que eso era mejor que estar sola, pero Kirara por linda y adorable que fuese no le podía contestar ni una palabra, así que Sango sentía como sus palabras se perdían en el aire.

En eso estaba cuando sonó el timbre de la entrada, lo cual era bastante raro por cierto ya que la única que la podía visitar era Kagome ya sólo ella sabía donde vivía. Pero su amiga le había dicho que hoy no la podría ir a visitarla porque tenía que quedarse trabajando horas extras con uno de sus jefes.

- Miroku?

- Hola Sanguito- la saludó él luego que ella abrió la puerta- ¿Cómo estas?

- ¿Qué... es decir, Cómo... Porqué... Qué haces aquí?- preguntó extrañada Sango

- Verás, esta mañana cuando fui a dar mi ronda en tu trabajo, me enteré por tu adorable asistente que no fuiste a trabajar, así que aproveché el privilegió de saber donde se encuentra tu casa para venirte a visitar o mejor dicho a fastidiar o saber cómo te sientes...- le explicó con su desesperante tono tranquilo y sabio de voz

- Me siento bien- contestó ella- a decir verdad, no tengo idea porque no fui a trabajar

- Pienso que hiciste lo correcto- dijo Miroku- un poco de reposo no mata a nadie

- Eso parece- suspiró Sango

- Bueno veo que te interrumpí- comentó el abogado al ver la mesa servida- ten

Le entregó un hermoso ramos de rosas, lo cual dejó algo cohibida a la doctora

- En la mañana lucían mejor- se disculpó Miroku- pero usaré el recurso de "el detalle es lo que cuenta" y ojalá sea suficiente para que te gusten

- Gracias- dijo recibiendo el ramo- son bellísimas

- Nos vemos- se despidió él

- Espera- lo detuvo- por casualidad almorzaste?

- No aún no- respondió él

- Me pregunto, si por casualidad no te molestaría acompañarme, es que no estoy acostumbrada a comer sola y Kirara no es una gran compañera de charlas...

- Me encantaría- aceptó él sonriéndole- solo espero que no me envenenes Sanguito

- Muy gracioso Colita- comentó ofendida pero sonriente

Miroku entró por segunda vez al departamento de la doctora Himura y tomó asiento en una de las cuatros sillas de la mesa del comedor.

- Espérame un momento- le pidió Sango que entró al parecer a la cocina, Miroku aprovechó mirar con más detenimiento el comedor. Pudo ver que la gatita de Sango estaba mirándolo con sus enormes ojos sangre, mientras ladeaba ligeramente su cabeza

- Tu nombre es Kirara- recordó él, la gatita asintió cerrando por un instante sus ojos y ronroneando- dime Kirara, ¿quieres mucho a Sango?- la felina volvió a hacer lo mismo, lo cual le pareció muy divertido a Miroku- ¿y es buena cocinera?- nuevamente asintió- ¿Y crees que tengo una oportunidad con ella?

Kirara corrió a su regazo y luego de subir a él comenzó a ronronear más fuerte y frotar su cabeza con el brazo d Miroku

- Tomo eso como un sí- sonrió Miroku

- Aquí tienes- dijo Sango que salió de la cocina con un plato- Kirara! Sal de ahí, ¿dónde están tus modales?

- No es para tanto Sango- comentó él- o e que estás celosa

- ¿qué tonterías estás diciendo?- dijo algo sonrojada ella mientras ponía el plato frente a Miroku

- Esto huele delicioso doctora- comentó Miroku mientras Sango tomaba asiento

- Gracias

Sango conversó con el abogado todo el almuerzo, y al terminar él se ofreció a lavar los platos lo cual Sango aceptó gustosa. Luego que juntos guardarán la loza se fueron al sentar al living

- Debo aceptar que me sorprendiste Sanguito- dijo él- no sabía que cocinarás tan bien

- Y Yo no tenía idea que lavaras platos, así que lo dejaremos como un empate- comentó ella

- Siempre quieres decir la última palabra- rió él- seguramente eso es lo más llamativo en ti

- Hablas como si me conocieras desde siempre- comentó ella

- eso es porque soy un abogado y es mi trabajo conocer a la gente en poco tiempo- respondió Miroku- para algunos es muy difícil pero yo desde siempre he podido hacerlo

- Ya veo- dijo Sango mientras miraba fijamente esos ojos zafiros de él

- Pero no fue por eso que decidí ser abogado- continuó contando él- ya que desde pequeño siempre quise serlo, como mi padre. Dime Sango, ¿Siempre deseaste ser doctora?

- No- contestó ella mirando el suelo

- Que extraño- comentó Miroku- yo pensaba que sí, como siempre estás contenta y sonriendo en el hospital creía que s

- Me gusta mi trabajo- explicó Sango- pero no estudié para ser doctora porque eso era el sueño de toda mi vida

- ¿Y porqué lo hiciste?

- Para aliviar el dolor- murmuró ella poniendo sus ojos almendras vidriosos

- No te entiendo- dijo él preocupado por la reacción de la muchacha

- No me hagas caso!- sonrió rápidamente ella- a veces digo cosas sin darme cuenta, Kagome ya está acostumbrada...

- Si tú lo dices... Ahora doctora si me disculpa tengo que marcharme- dijo Miroku poniéndose de pie- el deber me llama

- ve entonces- asintió ella parándose también y acompañándolo a la salida- gracias por a aceptar mi invitación a almorzar

- Fue todo un honor dama- comentó él- y espero que dentro de poco acepte una de mis invitaciones

Sango sonri

- Para quedar a mano?- dijo ella

- ¿Se encuentra libre mañana?

- Si- asintió ella

- Entonces, nos vemos mañana Sanguito- se despidió Miroku retirándose

- Hasta mañana colita- contestó Sango

Cerró la puerta, se dio una media vuelo quedando de espaldas a ella y luego cayó lentamente sentándose y sin darse cuenta dejó escapar un suspiro. Al parecer Colita había logrado convenserla; finalmente aceptó salir con él

Continuar

YA SÉ QUE ME QUED" CORTITO PERO ESPERO QUE IGUAL DE LINDO COMO LOS ANTERIORES, MUCHAS GRACIAS POR LOS REVIEWS QUE ME MANDARON Y GRACIAS POR ADELANTADO POR LOS QUE ME ENVIARAN ¬¬

FALTA POCO PARA QUE LA PUTA... PERD"N LA PUTA DESGRACIA DE KIKYO APARESCA, PERD"N POR ESO PERO, LAMENTABLEMENTE SIN ESA DESGACIADA NO SERÍA LO MISMO... ¿QUIÉN SERÍA ENTONCES LA INFELIZ DE LA HISTORIA? Se Despide

Mysao