El león no es como lo pintan

por Saltamontes

Capítulo 5: "Entuertos y desentuertos"


La casa estaba hecha un desastre: Trunks lloraba en su cuarto y Vegeta trataba de calmarse cuando llegó Bulma, que habiendo sentido los gritos desde la calle se había apresurado a llegar a la casa. Al entrar casi se desmaya. "¿Pero qué fue lo que pasó aquí?", preguntó casi sin aliento al observar lo que alguna vez fue la sala. Vegeta estaba de espaldas a ella, entonces se le acercó preocupada. "Vegeta, ¿qué...?", pero no alcanzó a terminar la frase, Vegeta se había volteado hacia ella y "¡¡¡...JAJAJAJAJAJA!!! ¿¿Qué te pasó, Vegeta, dónde fue el carnaval que no me invitaste??", reía Bulma estrepitosamente sin poderse contener, lo cual no hizo ninguna gracia al Príncipe, que sentía cómo le hervía la sangre y despedía rayos por todo el cuerpo.

Vegeta le contó su versión de los hechos a Bulma, de todas las desventuras que había pasado en su viaje al centro de la ciudad, de lo humillado que se sentía y que además no podía quitarse la maldita pintura.

Esa última frase hizo saltar a Bulma como un resorte.

Bulma quedó boquiabierta, pero de inmediato la ira comenzó a reflejarse en sus ojos.

Ése había sido un golpe bajo. Vegeta cerró los ojos tratando de no alterarse, porque cuando Bulma quería podía volverse realmente insoportable y él ya tenía una jaqueca espantosa como para seguirle la discusión. Además, generalmente la dejaba gritar sin hacerle mucho caso.

Y Bulma le plantó directo en la herida un algodón empapado en alcohol.

Cuando Bulma terminó, guardó el botiquín y se encaminó al cuarto de su hijo, pero cuando estaba abriendo la puerta, Vegeta la detuvo.

Bulma se detuvo y volteó hacia Vegeta con cara de pregunta.

Bulma apretó la chapa de la puerta, inspiró profundo, pero no dijo nada y se retiró con rumbo al cuarto de su hijo para saber de su boca lo sucedido. Si algo sabía hacer Vegeta, era dejarla callada con dos palabras.


Gohan había llegado a su casa y se había retirado a su habitación que compartía con Goten, donde el pequeño le contó los acontecimientos del día con todos los pormenores y que estaba preocupado por no haber podido advertir a su amigo. Gohan compartió su preocupación "¿¿QUE HICISTE QUÉ?? ¿EN QUÉ ESTABAS PENSANDO? ¿ACASO QUIERES QUE NOS HAGAN POLVO A TODOS?" Supuso que las cosas podrían estar color de hormiga en la Corporación y podrían estarlo para ellos también. Resolvió que tenía que comunicárselo a Goku de inmediato y se encaminó a la puerta cuando el susodicho entró para darles las buenas noches.

Y le contaron toda la historia a Goku, que recién ahora venía a entender la extraña apariencia de Vegeta, por decirlo de alguna forma.

Goten le explicó que esa idea le vino a la mente cuando vio a Vegeta dormido y recordó la conversación sobre las caricaturas del colegio y que él sólo quería hacerlos felices a todos, en especial a Trunks. Goku sabía que Goten era muy ingenuo y comprendió que había actuado sin mala intención, pero le explicó que esas cosas sólo pasaban en la televisión y que no podía creerlas.


Bulma abrió lentamente la puerta del cuarto de Trunks. La lámpara estaba encendida y encontró al pequeño bajo las mantas de su cama, todavía sollozando. Entró y se sentó al borde de la cama mientras lo acariciaba.

Trunks bajó la vista recordando que tan inocente no era; había quebrantado una prohibición que ella le había impuesto.

Bulma lo besó en la frente, lo arropó y partió de vuelta a su cuarto donde Vegeta la estaba esperando. Le confirmó lo que Trunks había dicho desde el principio, pero él no estaba del todo convencido.


Goku seguía hablando con Goten tratando de hacerle entender cuándo una idea es buena o cuándo puede resultar catastrófica. En eso sonó el teléfono y minutos más tarde se escuchó a Milk gritando como sargento de caballería: "¡¡GOKU, VEN A LA SALA!!"

Y efectivamente así fue. Como Milk contestó la llamada, Bulma le contó lo ocurrido y luego pidió hablar con Goku que a su vez ordenó a Goten que no se moviera de su cuarto, por su propia seguridad.

Milk por su parte juraba que su hijo era un rebelde sin causa y muchas cosas más y prometió darle un castigo ejemplar y no dejarlo volver a ver esos terribles dibujos animados norteamericanos que les llenaban de tonterías y violencia la mente a los niños.


En ese momento apareció Goku frente a Vegeta, quien se encontraba sentado al borde de la cama y al verlo se incorporó rápidamente para tomarlo por el pecho.

Con eso era suficiente. Vegeta sabía de sobra que a Goten le caerían todas las penas del infierno o en otras palabras que el infierno sería un paraíso comparado con lo que le esperaba.

Goku les explicó toda la historia según lo que Goten le había contado, luego se despidió y se teletransportó a su casa. Bulma, por su parte, ordenó a Vegeta que se disculpara con Trunks, ya que el niño no había tenido nada que ver en el asunto, pero el príncipe se negó rotundamente. ¿Cómo él iba pedirle disculpas a un infante? En realidad sabía que era lo justo, pero su orgullo se interponía. Finalmente accedió hacerlo al día siguiente.

Ése fue otro golpe bajo, él ya había cumplido su parte del trato y ella se estaba negando a cumplir la suya y encima le quitaba su postre.

Acto seguido, Vegeta iba llegando al cuarto de Trunks murmurando infinidad de juramentos.


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