Nº26// 6 de Junio de 1998. Año II

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de estas páginas, os ruego paséis por el siguiente cuestionario y me
ayudéis a valorar determinados aspectos de estas páginas. Grácias.
Las cartas de esta semana son:
JUBILO CIBERNETICO (por Anais)
UNA HISTORIA (Anónimo)
HOMENAJE CIBERNETICO
(por Anais)
Estimado Froggy,
Ayer recibí una llamada telefónica ,como supe después, de larga distancia.
Una voz que me resultaba conocida me ordenaba, casi más que me pedía, que
entrara en el IRC y que le enviara un DCC chat, a cierto nick, pues quería
hablar conmigo largamente; recuperar los casi tres años que hacía que no
nos veíamos...!Era Marta¡.
Marta fue (y es) siempre, una mujer inquieta. Lo quería hacer todo, saber
todo, cumplir con todo; y dar lo mejor de ella en todo momento. La
compañera de trabajo, fiel y cariñosa, que todos queremos tener y que te
toca una vez en la vida. (Y yo tuve esa suerte). Siempre tenía una palabra
de aliento para quién la necesitaba . Como ves, era muy difícil conocer a
Marta y no tomarle cariño. Así que cuando me comunicó que se jubilaba, por
motivos de enfermedad, me quedé de piedra. No podía imaginar a Marta fuera
de su ambiente de trabajo. De lo que formaba parte, del mayor porcentaje,
del tiempo de nuestra vida. Y como me confesó meses más tarde: ella
tampoco .
Pero, mi querida compañera y amiga, amaba demasiado a los niños, para no
cumplir con ellos como creía que debía hacerlo. Hacía unos dos años que
su salud se había resentido. Sufría fuertes dolores de espalda que, cada
vez más frecuentemente, le impedían incluso escribir en la pizarra o
desplazarse hasta el centro de trabajo. Y que le obligaban a estar de baja
laboral. Así que cuando le ofrecieron la "aparentemente opcional"
jubilación, Marta la aceptó. Y con ella, hizo oposiciones obligatorias :
a la inactividad, la desidia y la falta de interés por las cosas...
Demasiado joven aún para sentirse bien, jubilada. No encajaba en ningún
sitio. Sólo se había jubilado su espalda y ella tenía que "sufrir" la vida
que este hecho implicaba.
Marta regresó a su lugar de origen, nada la retenía en mi ciudad. Y en la
correspondencia que mantuvimos en los años siguientes, me hablaba de su
desencanto, su vacío, sus deseos de hacer cosas, sus intentos por hacerlas.
..Y que todo terminaba en una pregunta: ¿Ya para qué?. Lo intentó casi
todo: viajar, pintar, escribir, hacer cursos, leer y hasta el
"petit point" emulando bellos cuadros de pintores..., pero el vacío que
anidaba en su interior seguía ahí..., minando su espíritu y su falta de
ánimo. El salto había sido demasiado brusco y no lograba "caer bien".
Y allí estábamos Marta y yo, como años atrás, compartiendo ilusiones, hablando
de temas diversos, luchando contra el tiempo que siempre se nos hacía corto;
ella es como un pozo sin fondo, que intenta llenar de conocimientos.
Me contaba cómo conoció por casualidad el mundo informático y cibernético
y las satisfacciones que le proporcionaba; porque encontró algo nuevo,
diferente a lo que había dejado atrás, pero igual de atractivo para ella.
Ya no se preguntaba ¿Y ahora para qué?. Ahora todo el tiempo le parecía
poco para estar al día. Tenía mucho que descubrir, que aprender...Y lo
que más le gustaba: que podía seguir en contacto con los compañeros que
había dejado atrás (a los que animaba a que se compraran un módem y
perdieran el miedo al ratón J ) y que echaba tanto de menos. Adquiría
conocimientos a través de la Web y no se preocupaba por la huelga de
correos; gran parte de sus cosas las solucionaba con e-mail. A la vez
que le servía de excusa, para acudir a cursos de informática, Internet...,
haciendo nuevas amistadas con las que compartía su recién descubierto hobby.
Marta vivía de nuevo. Y yo me alegré por ella y por mi; pues la recuperaba
como compañera. Esta vez, compañeras "cibernéticas". Y porque La Red
sirviera (como en este caso) para algo más, que Telefónica cotizar en
bolsa, acosta de nuestros sufridos bolsillos.
Discúlpame Froggy, si tus ojos raniles, están cansados de leer. Pero...
¿No crees que Marta se merecía este pequeño homenaje?. ¿Y todas aquellas
personas que, un día cualquiera, sienten que "se les paró el tren" y no
saben cómo ponerlo en marcha?.
Un abrazo y hasta siempre: Anais
SIEMPRE CON FROGGY...
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UNA HISTORIA
(Anónimo)
Estimado Froggy,
Quisiera contarte mi historia, estaba yo en mi charca, un pequeño estanque
a la afueras de Tacoronte, cuando aparecieron Hiroshi y Rampuchi, dos
dibujos animados despiadados, que convirtieron mi precioso día en una
aterradora tarde.
Después de haber martirizado a numerosos animalitos silvestres, como por
ejemplo los palomos, lo lemures y las zarigüellas, dieron conmigo, y me
torturaron cruelmente haciendome ver el programa de Leticia Sabater.
SIEMPRE CON FROGGY...
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