Son muchos los kilómetros que nos han separado en nuestra vida, distancia tras distancia hemos ido viviendo un sueño que no termina de llegar, lo peor no ha sido el no vernos, sino por el contrario el desencuentro y es que el volver al lugar en el que estuvistes, ver los sitios que compartimos o simplemente realizar aquellos actos que en una vida cotidiana no tiene la mayor trascendencia, hacen que el retorno a la normalidad sea doloroso y sufra los latigazos propios de un amor que nunca llega a cumplirse en su plenitud.

Al son de los fuegos artificiales de una fiesta que termina en una ciudad que me cobija y retiene en sus entrañas, no dejo de pensar si seremos como esa traca hermosa y llena de color que comienza su camino en un único halo de luz para terminar explotando y dando lugar a miles de pequeñas ráfagas de color y brillo cada una en una dirección controlada , cumpliendo así un objetivo marcado en un principio.

Y ahora que me encuentro en el mismo lugar que tú pisastes e inundastes cada rincón con tu perfume y juventud , no dejo de pensar si realmente he de sentirme afortunado por tener un desencuentro o simplemente esto es parte del amor que nos hace desear más a la otra persona y sin momentos como estos nunca sabremos cuánto queremos a nuestra pareja .