Nš64 // 28 de Agosto de 1999. Año III

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ECLIPSE
(por Nando)
Estimado Froggy,
Ya de vuelta de vacaciones, me dispongo a escribirte una carta semanal, ya que
hace tiempo que no escribía alguna.
Quiero hacerte partícipe de esa experiencia que vivimos hace unos días el
mundo entero y que todo un acontecimiento presuponía, no es otra que
el último eclipse del siglo. Fueron muchos los que predecían el advenimiento
del fin del mundo, desde personajes famosos, modistos e incluso el mismo
Nostradamus lo predijo en sus famosas profecías.
En definitiva todo un acontecimiento social surgió entorno a dicho acontecimiento
de la naturaleza, productos relacionados con el eclipse surgieron por doquier,
toda una campaña de marketing que como siempre está atento del bolsillo
de las personas buscando sacar hasta la última peseta de un fenómeno que
es de los pocos gratuitos que nos ofrece la naturaleza, pero que la sociedad
de consumo persigue con sus campañas en convertirlo en una inversión rentable,
pues tengamos en cuenta que el eclipse apenas alcanza los dos minutos en determinadas
zonas de la tierra.
Pues bien, como se predecía el fin del mundo ese día (miércoles) me dirigía
al trabajo como siempre, pensando que hay que tener mala suerte de morir
trabajando, esperando que llegasen aproximadamente las 12 del mediodía
que es cuando se podía visualizar, pero como no tenía gafas especiales para
observarlo me quedé sin verlo, oía a la gente de la calle que entraba, decir
que se podía ver el eclipse, yo me asomé a la puerta y miré al cielo que ni
mucho menos oscuro aparecía, lógicamente donde yo me econtraba no era un eclipse
total.
Pasaban los minutos y algunos comentaban que lo habían visto con gafas de
soldador, otros que se habían comprado unas gafas especiales para verlo,
mientras yo esperaba que un meteorito o algo así cayese del cielo, los minutos
transcurrían y la vida seguía igual. Terminó la jornada laboral y camino de casa
me preguntaba seré el único superviviente al no haber visto el eclipse, seré de
los pocos que quedan en planeta, pero pronto dicho pensamiento se desvaneció
cuando vi a unos niños cruzarse en mi camino hablando entre ellos como si
nada hubiese sucedido, seguí caminando y vi los atascos en las calles, el
ruido de la gente, los mismos problemas, las mismas creencias, sufrimientos y
miserias, por lo que me di cuenta de que la vida seguía y que ningún avispado
puede realmente predecir lo que sucederá, simplemente sabemos lo que ocurrió, por
todo ello aprendí que vivamos al máximo el presente por que no sabemos lo que
ocurrirá dentro de un minuto, más aún no sabes lo que ocurrirá cuando termines
de leer esta carta, simplemente presupones lo que harás.
SIEMPRE CON FROGGY...
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