Yo
no sé, mira, es terrible cómo llueve. Llueve todo el tiempo,
afuera tupido y gris, aquí contra el balcón con goterones cuajados
y duros, que hacen plaf y se aplastan como bofetadas uno detrás de
otro, qué hastío. Ahora aparece una gotita en lo alto del marco de
la ventana; se queda temblequeando contra el cielo que la triza en
mil brillos apagados, va creciendo y se tambalea, ya va a caer y no
se cae, todavía no se cae. Está prendida con todas las uñas, no
quiere caerse y se la ve que se agarra con los dientes, mientras le
crece la barriga; ya es una gotaza que cuelga majestuosa, y de
pronto zup, ahí va, plaf, deshecha, nada, una viscosidad en el
mármol.
Pero
las hay que se suicidan y se entregan enseguida, brotan en el marco
y ahí mismo se tiran; me parece ver la vibración del salto, sus
piernitas desprendiéndose y el grito que las emborracha en esa nada
del caer y aniquilarse. Tristes gotas, redondas inocentes gotas
Adiós gotas. Adiós.
Julio
Cortázar
"Material
plástico" 1962
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