La
oruga azul
¡Te
gustaría saber lo que pasó a Alicia después que se alejó del
Cachorro? La verdad es que era un animal demasiado grande, ¿no lo
crees?, para jugar con ella. (Seguro que a ti no te gustaría mucho
jugar con un hipopótamo joven ¿verdad? ¡Estarías pensando todo
el tiempo que te iba a dejar como una tortilla con esos pies enormes
y pesados!). Así que se marchó corriendo mientras él estaba
distraído.
Bueno,
pues estuvo andando sin rumbo, y no sabía qué podía hacer para
volver otra vez a su tamaño normal. Naturalmente, sabía que
tendría que comer o beber algo: ya sabemos que ese era el sistema
habitual, ¿lo recuerdas?, pero no se le ocurría qué hacer.
Sin
embargo, pronto se encontró ante una gran seta, tan alta que para
ver la parte de arriba tuvo que ponerse de puntillas. ¿Y qué crees
que vio? ¡Una cosa con la que estoy seguro que tú no has hablado
en toda tu vida! Era una gran Oruga Azul.
En
seguida te contaré lo que hablaron Alicia y la Oruga; pero primero
vamos a mirar bien el dibujo.
Ese
extraño aparato que hay delante de la Oruga es un «narguile», y
sirve para fumar. El humo sale por ese tubo largo que se enrolla
como una serpiente.
¿Ves
la nariz alargada y la barbilla de la Oruga? Vamos, parece que son
la barbilla y la nariz ¿verdad? Pues en realidad son dos de sus
patas. Ya sabes que las orugas tienen muchísimas patas. Un poco
más abajo puedes ver algunas más.
¡A
las orugas debe parecerles una pesadez tener que contar tantas patas
todas las noches, para comprobar que no han perdido ninguna!
Y
otra cosa pesadisima debe ser el tener que decidir qué pata les
conviene mover primero. ¡Yo creo que si tú tuvieras cuarenta o
cincuenta pies y quisieras dar un paseo, tardarías tanto en decidir
con qué pie ibas a empezar, que nunca darías el paseo!
¿Y
de qué hablarían Alicia y la Oruga?
Bueno,
Alicia le explicó lo desconcertante que era eso de andar cambiando
de tamaño.
Y
la Oruga le preguntó si le gustaba el tamaño que tenía en ese
momento.
Y
Alicia le respondió que le gustaría ser un poquitín más grande
--¡Tres pulgadas es una estatura tan raquítica! (marca en la pared
tres pulgadas, más o menos el largo de tu dedo corazón, y verás
la estatura que tenía Alicia).
Y
la Oruga le dijo que un lado de la seta le haría crecer, y el otro
le haría menguar.
Así
que Alicia cogió dos trozos de seta, y dándoles mordisquitos
consiguió ponerse de un tamaño bastante adecuado antes de ir a
visitar a la Duquesa. |