Si los frutos de Amor que cuidabas en tu huerto
ahora se ven pequeños, sin apenas vida;
si su fuerza se ha escapado por la herida
que te causó la busca de un destino incierto,
y si a la vez te sientes liberado
de los lazos que te unían a la Tierra,
¿ que más te da morir en Paz o en Guerra,
cuándo vivir ya no es un fruto deseado?

Cuando tu Cuerpo y tu Alma ya han gozado
con el Alma y el Cuerpo de otras gentes,
y notas que los odios y amores que ahora sientes
en nada se parecen a los amores y odios del pasado,
sé feliz aunque estés por el tiempo limitado,
no dejes que te venza la amargura,
agota hasta el final la cómica aventura
que suponen tu presente y tu pasado.

Si te crees desgraciado, y la desgracia tuya
comparas sin querer con la felicidad ajena,
no pierdas la razón, no te des pena,
tu tristeza de hoy, mañana será suya.
Que vivir o morir, llegar por fin a puerto,
es solamente una cuestión de suerte,
¿ como puedes tener miedo a la Muerte,
si cuando miras dentro, ya estas muerto ?

Si temes conocer lo que te fue desconocido,
y te asusta que se separen Cuerpo y Alma,
no tiembles por lo que es tan natural, ten calma,
recuerda los momentos felices que has vivido.
Que la Muerte es el fin de todos los nacidos,
y la Vida tan solo la distancia fatal
que separa en el Hombre su principio y final,
y es el camino entre la Nada y lo desconocido.