¿PARTICIPACIÓN O HUMILLACIÓN DEL PÚBLICO?
Traducción del artículo editorial "AUDIENCE PARTICIPATION OR AUDIENCE
HUMILIATION ?", tomado de la revista MAGIC
, febrero de 1994
Autor: Danny Orleans
El otro día recibí una llamada telefónica de un mago amigo, quien lleva
a cabo presentaciones para niños. Hablamos acerca de los méritos del
truco del sombrero de papel cortado - uno de los pequeños milagros de
la magia - . Él me contó que ha tenido mucho éxito efectuando una
versión del truco al estilo "haz lo mismo que yo ". Escuché cuando él
hizo una descripción detallada de su presentación :
"Después de mostrar los dos pedazos de papel por adelante y atrás,
corto cada uno a la mitad y le doy una mitad al niño que me ayuda,
solicitándole que haga lo mismo que yo. Corto mi pedazo a lo largo.
El niño intenta cortar el suyo, pero no lo logra porque lo hace en
contra de la fibra. Su esfuerzo usualmente provoca la risa del público.
Finalmente, él logra cortar el papel, pero nunca en línea recta. Esto
provoca otra risa. Después los dos cortamos los pedazos otra vez. Yo
hago una bolita con mis pedazos y ejecuto un "French drop",
desapareciéndolos. Él me imita pero, por supuesto, sus piezas no
desaparecen. Otra risa ! Yo tomo sus pedazos y los convierto en un
sombrero, el cual se lo pongo en la cabeza tapándole los ojos. Otra
risa..."
Este tipo de rutina - que utiliza los errores de un niño asistente, su
inexperiencia y frustración para provocar risas - es desafortunadamente
una estructura común en el repertorio de muchos magos. Muchas veces en
nuestra prisa por encontrar medios de entretener, ignoramos lo que los
jóvenes voluntarios pueden sentir.
Muchas rutinas en magia incluyen situaciones donde los niños
voluntarios están destinados a fallar en una tarea, por ejemplo,
detener varitas mágicas o abanicos que se desarman, encontrar un
pañuelo que se ha desvanecido y se encuentra colgando de su espalda, o
enlazar y soltar anillos de acero sólido. Obstáculos desafiantes o
situaciones con las cuales hay que enfrentarse y vencer son permitidas
en magia para niños. Sin embargo, necesitamos considerar recompensar
los momentos de falla o frustración de un voluntario con un momento de
mayor éxito, celebración o tal vez incluso heroísmo. Una ronda de
aplausos después de una experiencia humillante no es suficiente.
¿Cómo completa nuestro amigo el mago su rutina?
"Después de esto, le doy al niño un vaso de unicel y le pido que
continúe haciendo exactamente lo mismo que yo. Pongo agua en mi vaso.
Él pone agua en el suyo. Yo tomo un lápiz y perforo mi vaso. Él hace
lo mismo. Cuando el agua de su vaso comienza a tirarse, Yo volteo mi
vaso. Cuando él me imita, el agua de su vaso se riega en el escenario.
Esto provoca una inmensa risa..."
La descripción de esta rutina motiva dos cuestiones:
- ¿Por qué un hombre mayor, quien ejecuta magia para niños, escoge
construir rutinas mágicas con un alto factor de humillación?;
- ¿Cómo podríamos nosotros reescribir estas rutinas conservando su
valor de entretenimiento?
En esta columna, examinaremos una solución para la última cuestión,
dejando la primera para otro artículo. Echemos otro vistazo a dos
aspectos de la rutina de nuestro mago:
- La trampa de cortar en contra de la fibra. Esto es ingenioso, y
ciertamente tiene potencial para comedia, pero ¿no es acaso natural
para un niño que experimenta frustración pedir ayuda a un adulto
cercano, especialmente a uno que puede fácilmente aliviar la
frustración ?. En lugar de quedarse parado, dejando a un niño
revolverse en su incompetencia, el mago puede convertirse en un
salvador, volteando el papel en las manos del niño "ayudándolo" a
tener éxito en la tarea. No ayudar al niño no solamente es cruel, sino
teatralmente incorrecto, dado que esto no satisface las espectativas
del público.
- La desaparición usando French Drop. Antigua pero útil. Aquí el
niño trata esforzadamente de seguir las instrucciones del mago, pero
falla ! . En lugar de asumir una actitud de "Yo si puedo y tú no", una
solución paternal, instructiva podría ser más apropiada. Tal vez
diciendo "Hacer magia no es fácil, déjame ayudarte". Tome los pedazos
del papel del niño, agregando secretamente los pedazos que formarán
el sombrero y póngalos nuevamente en sus manos. Las palabras clave
aquí son "déjame ayudarte". Esto transforma la conciencia de la
frustración del niño y su desconcierto enfrente de sus amigos. También
le dice al niño que tiene su apoyo y ayuda, y que usted lo sacará de
ese momento difícil. Usted podría decir, "Toma, colócalos enfrente de
ti, entre ambas manos y pronuncia las palabras mágicas". Cuando sus
manos se abren, diga "Mira, lo que has hecho es mucho más mágico! el
papel no solo se ha vuelto a unir, sino que tú has hecho un magnífico
sombrero de cumpleaños, el cual te queda perfectamente." Esto le dice
al niño que él ha cumplido e incluso superado su destreza mágica,
porque él ha creado mágicamente el sombrero.Esta frase no sólo reconoce
el mérito del niño, sino que además incrementa la probabilidad de que
él use el sombrero y, como cualquiera que haya hecho un sombrero de
papel para niños o adultos sabe, no cualquiera desea usar un sombrero
de papel!. Desde luego, colocar el sombrero en la cabeza del
espectador es el gran momento en esta rutina, la entrada para los
aplausos. No hay nada peor que poner el sombrero en la cabeza de un
niño mal dispuesto, para que al llegar a su lugar se lo quite y lo
aviente al suelo.
Esta solución muestra un mago cuidadoso y compasivo que trata de
enseñar a un pequeño su primer truco de magia. Durante la rutina, él
se da cuenta de las dificultades del niño, simpatiza con él, lo guía
hacia el éxito, instruyéndolo y haciendo de él una estrella enfrente
de su familia y amigos.
El reto para todos los que trabajamos con niños voluntarios es examinar
nuestra rutina y hacernos las siguientes preguntas :
¿Esta rutina entretiene o desconcierta?
¿Mi voluntario se siente halagado o humillado?
¿Cómo puedo hacer del asistente la estrella y no el tonto?
Cuando trabajamos con un voluntario, nuestro público experimenta
nuestra magia a través de los ojos y oídos del voluntario. Cuando
hacemos de nuestro niño asistente una estrella, en lugar de usar su
inexperiencia o incompetencia para ganar risas, nuestro público se
sentirá como estrella también, y nosotros brillaremos con más luz.
Danny Orleans divide su tiempo igualmente entre ejecutar para adultos en shows comerciales y reuniones de ventas y niños en escuelas y teatros. Él está actualmente trabajando en un libro titulado "El arte de entretener niños con magia".