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Muchacho intranquilo. Repetías : que la libertad, que el amor, que los pobres, que el arte por el arte es una cojudez, que el hombre debe hacer lo que quiere, la conservación del espíritu discutías y discutías con los viejos que te gritaban : No, ¡ No ¡ y te alzaban la voz y decían : yo he vivido, todavía eres un muchacho. y no atracabas, y seguías discutiendo, entonces tus viejos te botaban de la casa y ya no te compraban ropa; luego te deportabas a la calle, a los cafés, a los parques, al puestecito de periódicos de la esquina, y ya después regresabas despacito y escondido, te metías callado y estudiabas de mala gana, porque si no te hostigaban y tal vez terminarían botándote de verdad. ¡córtate el pelo y aféitate, repetían tus tías, esas viejas que rajaban hasta de su marido!si es que todavía lo tenían a su lado, o hasta inclusive de tus viejos, que tenían su ley cojuda, pero que funcionaba en su mundo que igualito fallaba en contra tuya, y tú no respondías; eras un mantón de cositas que no armaban algo bien hecho. Transitabas entre tu cama, tus libros, la cocina y el baño, y cómo te aburrías en dar vueltas por la calle y sin rumbo. Se te vino el vicio de fumar y emborracharte con tragos baratos; la televisión también, luego se enrrolaron el cine, el teatro, y la música, aunque no los entendías (había una parte que no concordaba, no cuadraba pues). Pero como la buscaste. ¡Viejo, que eso de la política es una cojudez, y las inversiones extranjeras y que la gente es ociosa y coimera en el Perú y te Trata de engañar, son puras huevadas, yo creo que son pendejadas tuyas!. Y el viejo : - ¡no sea imbécil! y nada más. Y tuviste que salir de la universidad y trabajar duro, cargando tubos donde un tío tuyo; te hacían pendejada y media y todavía decían que eras el engreído, sobrinito del jefe, ¡ blanquito maricón ¡ y te la aguantabas, quizás porque el ingeniero ese , Era más grande que tú, y aceptabas como haciéndote el sufrido y no dándole razón para que tu viejo jodiera. Llegabas bien cansado a tu casa y la vieja duro te mimaba, como un poco orgullosa de que trabajes y sea un buen hombre, y te contaba las cosas que habían allá y que era " la vida "; de cuando trabajaba de secretaria ( ¡ y los jefes ! ), las mariconadas de los militares, la corrupción que era culpa de esos "comunistas de mierda ", decía. " Y ahora quieren repartir lo poco que tenemos, y que tu papá con tanto esfuerzo ha conseguido ", y tus hermanos, en la mesa, miraban a todas esas cosas que decía con un recelo, pensando que : que pendejos son esos tipos , y Tu, nada. Y la comida hasta el culo pues la cocinó tu vieja porque la empleada ya no viene desde hace algún tiempo que se fue a su tierra. Luego viene el viejo y le hace cariño al gato. Gato convenido, te pareces al enano, ingrato y dormilón. Ya ni lo saludas, miras sólo tu plato mientras tu viejo y tu vieja conversan de negocios, cuentas, chismes, y reuniones futuras. Juntaste tu plata luego de la paga del mes y postulaste a la universidad estatal, esa que es medio subversiva. "Puro rojo hay allí" decía tu madre, y te contaba su anécdota. Y de tanto rato libre que tenías, se te hicieron las ganas de leer, y te pusiste más colérico por las matanzas que habían y la indiferencia de la gente. "qué antes no era así " decías. Y tu pata ese medio trigueño, de apellido alemán: - ¡Que las masas, y la dictadura del proletariado, y la lucha de clases, y que la burguesía nos mata de hambre!. Entonces el gran Gurú, claro te convenció. Y tu viejo se ponía colérico cuando le discutías y le sacabas documentos; por supuesto ya no ibas al club con ellos y al campo tampoco. Se pusieron muy extraños, sí muy extraños, cuando se enteraron que te fuiste y más extraños aún cuando te agarraron y te torturaron, un poquito no más, porque el amigo de tu viejo, el general ayudó mucho y además le debía algunas a tu viejo. Recién ahí te creyeron, pero creyeron algo en lo que tú ya no creías, ya habías madurado un poco, estabas más tranquilo, ya no había odio en esa lucha, ahora trabajabas duro, ya te habían nombrado militante de otras vida, eras más que un simple fanático. Cuídate siempre, te escribe tu amigo, ese que decías de apellido alemán. Lima, 14 de julio de 1985 "
.una mano fría te despide
La Habana 10-08-86 - FUIM Erick Galvez |
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