¿Qué fue lo que llevó al bueno de Paket a estar en gallumbos en medio de la montaña a la hora de su boda? ¿Por qué pedía negretes?... ¿Cual es la respuesta a todas estas preguntas?... Quizás no lo haya, pero a continuación se procede a narrar los hechos, si bien algunos detalles (casi todos) se silenciarán debido a su alto contenido erótico, y a las consecuencias que podrían acarrear.

Todo empezó al anochecer del viernes 22, cuando debido a la imposibilidad de realizar una despedida de soltero en condiciones, por la que tampoco mostraba nadie gran interés, todos decidieron ir a tomar unas cervecitas a las tascas con su buen amigo Paket, recién llegado de hacer las Américas, y que como ya todos sabréis, se casaba al día siguiente.

Lo que en un principio pretendía ser una improvisada reunión de amigos, con el transcurrir de las cervezas pronto se transformó en una animada fiestecilla, que se alargó hasta la hora de cenar, por lo que todos decidieron ir a un restaurante de reconocido prestigio donde tendría lugar lo que sería la última cena de todo el grupo de amigos solteros.

Pero la cena fue más animada de lo habitual, debido a la insistencia de Paket de que el mesonero sirviera más vino, pues el en América había pasado mucha sed, y necesitaba buen vino, de las tierras de Rioja y del Duero. Acabada la cena, y dado el nivel de alegría general, se decidió, con buen criterio, ir a hacer la última toma e irse a dormir, por lo que todo el grupo se dirigió a un conocido local de "copas" del término donde, tal y como habían decidido, se tomaron hasta la última copa del establecimiento (En la foto se pueden ver apurando la última copa).

Tras esta última copa se decidieron pasar a hacer ejercicio con unos "bailes", para que les bajara un poco el cebollazo que tontamente habían pillado.

• Volem putetes, putetes volem...- cantaban todos a una cuando salían del local a la hora de cerrar.

En la foto se puede ver a algunos de ellos rondando en una de las numerosas ventanas del local a no se sabe muy bien quien.

Miembros representativos del grupo no pudieron ser captados por la cámara, al estar ocupados en otros menesteres. Tal es el caso de un tal Mon y de Andrés, que se encontraban encaramados al balcón que se aprecia en la esquina superior derecha de la foto. Un tal Fabi salía del local increpando...

• 40 minuts, per la mor de Deu, deixeume només 5 minuts més, que ja estic acabant...

Gritaba el bueno de Fabi mientras lo sacaban a empujones recriminándole no se qué de que la había deixa't coenta a la chiquilla.

• No me cojáis, dejadme, que a esa le hago yo un siete.- balbuceaba Paket- (véase foto del momento)

Cerrado el establecimiento elegido, no les quedó mas remedio que deambular por toda la provincia, en busca de cualquier otro local donde poder acabar la noche, y no fueron pocos los que encontraron, si bien no eran todos de la calidad y limpieza que se buscaba.