"Los escritores de talento llevan siempre consigo su estilo y su mundo en sus visitas a cualquier genero", reza la contratapa del segundo libro de cuentos de Javier Marias: Cuando fui Mortal. Publicado en el 96, el libro reune cuentos publicados en diferentes revistas y periodicos europeos entre los años 91 y 95; y es quiza por esto que habria que perdonarle la poca cohesion existente entre los doce relatos compilados.Y en verdad se lo perdonamos. Si bien los primeros cuentos se basan en situaciones anecdoticas vividas por un narrador en tercera persona que emite pareceres y opiniones entre lo sarcastico y lo humoristico: la insinuada truculencia de la muerte de Helie, el esposo de Carla en El medico nocturno o la feliz reaccion del narrador al saber que heredara las bibliotecas de sus amigas Giulia y Silvia (La Herencia Italiana) o inclusive la falsa fatalidad de En el viaje de Novios; nos muestran un Marias que no busca ser tomado en serio; o quiza de mostrarse mas light de lo que nos tiene acostumbrado.
Ya en los cuentos del año 92 Marias presenta su impresionante destreza narrativa para lograr que historias tremendamente comunes se transformen en pequeñas obras de arte: siempre acompañado de su mordaz humor logra mostrar un gran retrato del guardaespaldas anonimo en Prismaticos Rotos; o, de un cuento aparentemente no logrado por su final sorpresa, hacer que ese preponderante -pero no unico- narrador personal que transita en la mayoria de los cuentos salve lo que seria definitivamente un cuento malo (Domingo de Carne).
Pero es en En el tiempo indeciso como en el cuento que da titulo al libro donde ese Marias que lleva sus reflexiones a lo largo de toda la obra haciendolas imprescindibles nos sorprende una vez mas y nos trae a la memoria los mejores momentos (ese memorable ultimo capitulo) de Mañana en la Batalla Piensa en Mi.
A mi parecer en el primero se encuentra la mejor imagen de todo el libro -en mi arbitrario punto de vista, claro esta- que lo presentamos como muestra (ver cuadro).
Por todo esto (y muchas cosas mas, como rezaba un antiguo slogan navideño) es que nunca terminaremos de leer a Marias, un heredero de la novela de Dickens que es considerado, con toda justicia, como uno de los mejores novelistas contemporaneos.