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Con el “espacio ciudadano” de Carrió, De Gennaro y Zamora, preparan una nueva estafa al pueblo, mientras el gobierno de Duhalde y los partidos del régimen infame matan de hambre a los trabajadores

DEMOCRACIA OBRERA

DEMOCRACIA OBRERA NO PARTICIPA DE LA MARCHA CONVOCADA POR LA NUEVA “ALIANZA”PARA QUE SIGA DUHALDE Y “VUELVAN TODOS”

¡Que se vayan todos!
¡que no quede ni uno solo!
El único camino para imponerlo:
Congreso nacional de los trabajadores, el movimiento piquetero, las asambleas populares y los ahorristas expropiados
Boicot activo al fraude electoral del régimen y el gobierno asesino
Huelga general, cortes de ruta, tomas de fábricas, comités de autodefensa para imponer un nuevo 20 de diciembre y una salida obrera y popular a la crisis


Carrió, Zamora y De Gennaro, y su “espacio ciudadano”, donde han metido a los banqueros del Credicoop, a los patrones explotadores de las Pymes, junto a la mayoría de las fuerzas de izquierda, han convocado a una marcha para el día 30 de agosto que es una nueva y verdadera trampa para las masas revolucionarias que protagonizaron las gestas heroicas del 13, 19 y 20 de diciembre.

Este “espacio ciudadano” legitima al gobierno gorila y hambreador, socio del FMI y asesino de obreros, de Duhalde y compañía. A él le exigen y presionan, utilizando a los verdaderos protagonistas de las luchas obreras y populares y a sus organizaciones, para que haya elecciones generales para todos los cargos.

Mientras Menem no acepta las internas del PJ donde voten los independientes porque puede perder; mientras Rodríguez Saá amenaza con ir por fuera del PJ, este “espacio ciudadano” le aconseja al gobierno hambreador y represor del pueblo que este fraude electoral no pasa si no se legitiman todos en elecciones a todos los cargos.

¡Esto es una estafa! El grito de guerra del 19 y 20 de diciembre donde los trabajadores y el pueblo, sin votar en ninguna elección general, derrotaron en las calles al gobierno hambreador de De la Rúa y dejaron maltrecho a este régimen infame y sus instituciones, intenta ser utilizado en beneficio de políticos patronales como la Carrió, de la izquierda del régimen como Zamora y de burócratas sindicales aliados a los explotadores de las Pymes como De Gennaro. ¡QUE SE VAYAN TODOS, señores estafadores, significa para los trabajadores que luchan por trabajo digno, para las clases medias arruinadas a las que les expropiaron sus ahorros, para el heroico movimiento piquetero, para los trabajadores que toman en sus manos las fábricas abandonadas por los capitalistas y para los que echaron a los burócratas sindicales vendidos, QUE NO QUEDE NI UNO SOLO! ¡ Significa eso, y ninguna otra cosa!

No hay plenario nacional de asambleas populares, o reunión del movimiento piquetero por más que sea dividida, o reunión de fábricas tomadas, que no vote como resolución y mandato derrotar al gobierno hambreador y preparar un nuevo 20 de diciembre. Este es el sentimiento y la aspiración de millones que no aguantan más el hambre, la miseria de 150 lecops, o de perder su trabajo, y los salarios de hambre a los que día a día se los va comiendo la inflación.

En cambio, el “encuentro ciudadano” de Carrió, De Gennaro y Zamora llama a la marcha del 30 de agosto con la consigna de “Que se vayan todos para que el pueblo pueda decidir y elegir todo”, y liquidan la verdadera bandera de lucha de los trabajadores y el pueblo en la revolución que empezó, el ¡“Que se vayan todos y no quede ni uno solo!!” Por eso, no dicen para nada ¡Fuera Duhalde ya! Al revés: ¡quieren que Duhalde se quede hasta mayo de 2003! Todos se preparan para participar en las elecciones, para lo cual ya tienen guardadas las fórmulas y están negociando los puestos de las listas, y lo que quieren con esta marcha del 30 es usar a los trabajadores y al pueblo para negociar con el gobierno de Duhalde las mejores condiciones para participar. ¡Los mártires del 20 de diciembre, los piqueteros asesinados en la masacre de Avellaneda, no dieron su vida para esto!

El “espacio ciudadano” de Zamora, Carrió y De Gennaro, en campaña electoral

Es muy simple. Si no hay que derrocar al gobierno de Duhalde, si no hay que unificar y centralizar las luchas para, con la huelga general, derrocarlo en las calles como hicimos el 19 y el 20 de diciembre con De la Rúa, entonces lo que hay que hacer es... presionarlo para elecciones más amplias.

Los explotadores, ante la brutal crisis de sus partidos odiados por las masas, ya están intentando poner de pie, con distintas variantes, al PJ. Los invitados de siempre, la traidora burocracia sindical de Moyano, Daer y compañía, ya se han alineado tras Kirchner, Rodríguez Saá, Menem o De la Sota. Inclusive ya discuten que se presenten todos, autorizados por el Partido Justicialista, con distintas fórmulas, pues saben que luego la cuestión se dirimirá en un ballotage entre dos verdugos del pueblo.

El “espacio ciudadano” ya empezó su campaña electoral, intentando meter a las masas en lucha, en la trampa electoral. Les quieren decir que votando a todos los cargos, se resuelven todos los problemas de los trabajadores y el pueblo. ¡Mentira! El gran problema del gobierno hambreador de De la Rúa y su superministro gorila Cavallo, lo resolvimos en las calles. El hambre, la miseria, la desocupación, la resolveremos en las calles, expropiando a los banqueros expropiadores de los ahorros del pueblo. Tomando las mejores tierras y las más ricas fábricas de la alimentación, como Mastellone, Sancor, para darle de comer al pueblo. Nacionalizando bajo control de los trabajadores las empresas privatizadas que preparan un nuevo tarifazo y a toda aquella que cierre o despida. Rompiendo con el FMI y poniendo todas las manos sin producir a trabajar, reduciendo la jornada de trabajo, a cinco horas, pagadas por la patronal y el estado, para que entren a trabajar todos los trabajadores, con un salario que cubra los costos de lo que nos robó la inflación. ¡Este es el camino y lo que ya necesitamos los trabajadores y el pueblo!

En cambio, la marcha del 30 es una marcha reaccionaria, organizada por políticos patronales y la izquierda del régimen, y que con el verso de “más democracia” o Asambleas Constituyentes quieren apartarnos de la lucha revolucionaria, para que se queden Duhalde y su plan de “transición” y todos los verdugos del pueblo vuelvan legitimados con el voto.

Frente a la crisis del PJ y del odiado gobierno de Duhalde, el régimen infame necesita una “nueva Alianza”, un nuevo “frente democrático” para sostener la transición

La marcha del 30 es una marcha de presión, en la que quieren usar a las masas revolucionarias para dirimir una discusión entre los políticos de la gran patronal y de los banqueros. Una discusión alrededor de cuál es la mejor forma para legitimar a la policía asesina, al parlamento como cueva de bandidos de las pandillas capitalistas que se roban la riqueza nacional y a esa casta de jueces maldita cada vez más desenmascarada como la justicia al servicio de la propiedad de los explotadores.

Pero meter a las masas en las elecciones no lo pueden garantizar solo Duhalde y los burócratas sindicales odiados que le prestan su apoyo, con este plan de transición y salvataje del régimen del Pacto de Olivos. No lo pueden hacer con un PJ completamente desprestigiado, con el cual amplias capas de los trabajadores han roto. Tampoco con una interna peronista en la que intervengan políticos odiados, como De la Sota, Menem, o Rodríguez Saá que como el Menem del ’89, promete demagógicamente el “salariazo” y la “revolución productiva”.

Por eso, ¿qué necesitan para poder contener?: un “frente democrático” que pueda controlar a las masas en lucha, convencerlas de que dejen de luchar, con las frases dulzonas de que con “más democracia”, se resuelve todo. Este es el papel que juega el “encuentro ciudadano” de Carrió, De Gennaro y Zamora, y al que lamentablemente avalan Izquierda Unida, el Bloque Piquetero, la CCC, el PO y su Polo Obrero, el PTS, apoyando la marcha del 30 de agosto. No es de extrañar, pues todos están de acuerdo con que la solución es votar una Asamblea Constituyente. Es decir, es la izquierda reformista que les dice a los trabajadores que todo se resuelve... votando por una Constituyente.

Lo que este “encuentro ciudadano” está intentando poner en pie es una nueva “Alianza” para desviar a los trabajadores del camino hacia un nuevo 20 de diciembre, similar a la que formaron en 1997 radicales y frepasistas para evitar que los trabajadores, que habíamos empezado a enfrentar a Menem con grandes huelgas generales y levantamientos como en Cutral Có y Jujuy, lo tiráramos.

Pero esta vez, esta nueva Alianza tiene una novedad: junto a la Carrió y de Gennaro, también la integra Luis Zamora, el supuesto campeón de la “horizontalidad”, de “escuchar a la gente”, y que ha demostrado que es un verdadero verticalista, porque se tomó el atributo de decidir cambiar la bandera de lucha de la revolución de “Que se vayan todos, que no quede ni uno solo”, por el que “el pueblo pueda elegir... votando en elecciones generales”. ¿En qué asamblea de trabajadores, en qué asamblea popular, en que encuentro del movimiento de trabajadores desocupados, en qué asamblea piquetera, habrá “escuchado” Zamora esto para tener la autoridad de firmar con políticos patronales y burócratas sindicales esta versión trucha del “que se vayan todos”? Este defensor de la “horizontalidad”, en realidad defiende el voto calificado de un puñado de políticos patronales y burócratas sindicales: ¡este es un adelanto del “gobierno de notables” del que habla Zamora!

La CTD Aníbal Verón levanta una posición correcta ante la trampa de la marcha del 30 de agosto y la constitución de la nueva “Alianza”: un camino que deben hacer suyo las organizaciones obreras y populares en lucha

La Coordinadora de Trabajadores Desocupados Aníbal Verón, a la que pertenecían los mártires obreros Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, asesinados en la masacre de Avellaneda, se ha pronunciado correctamente en contra de la trampa que significan las elecciones de Duhalde, y el “espacio ciudadano” y su marcha del 30 de agosto. Desde Democracia Obrera llamamos a todas las asambleas populares, a los movimientos piqueteros, a que voten y hagan suyo lo que han resuelto democráticamente todas las organizaciones que componen la CTD Aníbal Verón.

En un comunicado de prensa del día 28 de agosto de 2002, titulado “Por qué la Coordinadora Aníbal Verón decide no sumarse a la convocatoria del 30 de agosto?”, se pronuncian por que “solo a través de la organización autónoma y la lucha el pueblo conquistará sus derechos. Por eso, junto a toda la sociedad, repudiamos la trampa electoral:
“- la trampa electoral que propone el gobierno, para que se vaya Duhalde y se queden todos, relegando cualquier interés social a los tiempos que marca su interna mafiosa.
“- Pero también desconfiamos de la postura de los que plantean que la crisis social e institucional se resuelve con un cambio de gobierno, y la renovación de todos los mandatos para cambiar la composición legislativa.
Quienes integramos la CTD Aníbal Verón no participamos de ninguna estructura partidaria, pero tenemos memoria: recordamos las experiencias del Frente Grande, el Frepaso y la Alianza, que en distintos momentos políticos canalizaron la bronca popular llevándola a caminos inconducentes, aportando confusión y desconcierto a los sectores populares. Esto ocurría mientras los políticos destruían nuestra patria y avanzaban sobre nuestros derechos, con la complicidad de los que solo proponían cambios parciales sin cuestionar la raíz de injusticia del sistema”.


¡Fuerza, compañeros! Una posición ejemplar de una organización obrera combativa.

¡Basta de engaños a los trabajadores y al pueblo!
¡Por un gran congreso obrero y popular para coordinar a todas las organizaciones piqueteras, a las fábricas en lucha, a las asambleas populares y los ahorristas estafados, para preparar la huelga general y un nuevo 20 de diciembre!


A la nueva “Alianza” que quieren montar, hay que oponerle la única alianza que sirve para triunfar: la alianza obrera y popular. ¡Esta es la única alianza para luchar por que se vayan todos y no quede ni uno solo, por romper con el imperialismo y el FMI, por trabajo y salarios dignos para todos, por devolverles los ahorros al pueblo estafado!

Solo sobre la base de la derrota del gobierno y el régimen infame y de sus instituciones malditas enemigas del pueblo, podrán los explotados de nuestro país encontrar un camino para terminar con la entrega, la sumisión, el hambre.

Lo que necesitamos ya es un gran Congreso, un gran parlamento obrero y popular de todas las masas en lucha, para unir todos los reclamos y para preparar y organizar, con piquetes, cacerolazos, tomas de fábrica, cortes de ruta, una huelga general indefinida hasta que se vayan todos y no quede ni uno solo.

Un gran Congreso obrero y popular, donde las organizaciones obreras y de lucha, como el movimiento piquetero en todas sus facciones, como las asambleas populares, como las fábricas tomadas, los sindicatos arrebatados a la burocracia, envíen sus delegados con mandato, y donde incluso los representantes de Zamora, de la CTA de De Gennaro puedan participar, según su representación, como cualquier delegado obrero o popular.

Un Congreso de las organizaciones obreras y populares donde los políticos patronales como los abogados de Telecom como la Carrió, sean tratados como lo fueron –junto a los burócratas sindicales- en la Asamblea Piquetera de La Matanza del año pasado, donde no se les permitió hablar, salvo que decidan acatar como individuos ese Congreso. ¡Basta de que los organizaciones obreras y populares estén a los pies de los políticos caudillos de la patronal!

En este Congreso, se volvería a escuchar ese grito de “¡Se va a acabar la burocracia sindical!” con el que hace un año atrás, los trabajadores echaron a piedrazos a Moyano de la Asamblea Piquetera reunida en La Matanza. Este Congreso abriría el único camino posible para derrotarla.

Ante ese Congreso obrero y popular y de las clases medias arruinadas, los diputados de los partidos obreros y de izquierda podrían tener el honor de renunciar a las bancas del régimen infame, para ocupar un lugar de privilegio a la cabeza de la lucha y la organización de los trabajadores y el pueblo.

Un Congreso convocado así, de forma inmediata despertaría el entusiasmo de miles de trabajadores ocupados que, oprimidos por los traidores de la burocracia sindical, no encuentran aún un camino en la lucha, pero que fueror los actores principales, junto a los trabajadores desocupados, de los 8 paros generales que demolieron al gobierno de De la Rúa, y los que con el paro del 13 de diciembre, anticiparon las gloriosas jornadas de diciembre que abrieron la revolución. ¡Centenares de fábricas y establecimientos mandarían delegados a ese gran congreso obrero y popular!

Un organismo así constituido tendría la autoridad para poner en pie comités de autodefensa, llamando a disolver a la policía y a la gendarmería asesinas de obreros, organizadoras de la delincuencia de hoy, y del genocidio de ayer junto a la casta de oficiales de las fuerzas armadas.

¡Esto es lo que necesitan y sienten millones de trabajadores de nuestro país! Es que el movimiento de desocupados podría en ese Congreso terminar de traer a sus filas a los millones de trabajadores desocupados que están siendo maniatados y controlados por la beneficencia de las municipalidades con los planes jefes de hogar, y fortalecer así masivamente las filas del movimiento piquetero combativo.

Porque para que se vayan todos y que no quede ni uno solo, hay que poner en pie organismos de otro poder: del poder obrero y popular, contra los parlamentos, la justicia, los milicos, todas instituciones del régimen de los explotadores.

Es en esta perspectiva que hoy está planteado preparar y organizar el boicot activo a las elecciones del régimen y el gobierno infame, porque esta es la única política democrático-revolucionaria para romper la trampa de abortar la revolución que ha empezado con desvíos electorales por parte de un gobierno y un régimen odiado por las masas. Al calor de esta lucha por el boicot, los trabajadores pueden poner en pie grandes organismos de democracia directa y autodeterminación, de poder obrero, desarrollar sus comités de autodefensa. Las asambleas populares, donde ya se está discutiendo y muchos buscan cómo enfrentar esta trampa, se verían revigorizadas. En cambio, la política del frente democrático, sólo sirve para disolver los organismos de las masas en lucha, y subordinarlos a una variante patronal.

No hay acuerdo posible entre el boicot impuesto con la huelga general para que no se vote, y los planes de la patronal y del imperialismo de legitimar con el voto, por una u otra vía –elecciones duhaldistas o “renovación de todos los cargos” del frente democrático- , las instituciones con las que derrotar a la revolución que iniciamos en diciembre.

No puede ser que los trabajadores y el pueblo luchamos para sobrevivir y comer día a día, mientras los políticos patronales son los que hacen la política y discuten todos los días las soluciones que tienen para salvar sus intereses, volver a legitimar su régimen y preparar futuros y superiores ataques a los trabajadores.

En definitiva, solo poniendo en pie organismos de frente único de los millones que han entrado a la lucha, se podrá luchar por un plan obrero de emergencia que permita romper con el imperialismo y resolver las más perentorias demandas de los explotados.

Izquierda reformista del régimen o una política para hacer avanzar a los trabajadores y el pueblo en el camino de la revolución

El apoyo que ha dado la absoluta mayoría de los partidos que se reivindican de izquierda en Argentina al surgimiento de este “frente democrático” y a la marcha reaccionaria del 30 de agosto los aleja lamentablemente de toda perspectiva inmediata de impulsar una política revolucionaria. La absoluta mayoría de las fuerzas de izquierda, desde la CCC al PTS, desde el PO a Izquierda Unida, que se encuentran divididas en organizaciones de desocupados distintas, en “coordinadoras de fábricas en lucha” separadas, que se desviven disputándose el control de cada asamblea popular, hoy se encuentran todas unidas y disciplinadas... encolumnadas tras el “espacio ciudadano”.

Algunos lo hacen críticamente, a regañadientes; otros complacidos. Pero allí, ¡sí que están todos unidos! El MAS, que dice estar en contra de esta convocatoria, llama a marchar el 30 a Plaza de Mayo, pero su socio en el Bloque Piquetero -y en la alianza electoral que mantiene-, el Partido Obrero, marcha gustoso con el “espacio ciudadano”. La “alta homogeneidad política” que el PO ha conquistado en el Bloque Piquetero, se expresa en que el movimiento de desocupados de Castells, el MIJD, participó el jueves en el acto e Rodríguez Saá, y el viernes apoya la marcha del “frente democrático”. En fin, todos los miembros de la “mesa convocante” del Bloque Piquetero, han puesto un huevo en cada canasta. Lamentable.

Desde Democracia Obrera llamamos a la izquierda que se dice a sí misma revolucionaria, que encabeza a centenares de organizaciones obreras y populares en lucha, a abandonar toda política de colaboración con esta nueva “Alianza” del régimen infame, como la que ya están plasmando en su aval a la marcha reaccionaria del 30 de agosto. ¡Rompan con la burguesía y el “espacio ciudadano” de las Pymes, el banco Credicoop y de los monopolios amigos de la Carrió! ¡Ninguna colaboración con el “frente democrático”!

Durante años, le hablaron a la clase obrera de “Argentinazo”, de “revolución”, de que “sin socialismo no hay solución” y ahora cuando centenares de miles de trabajadores los ponen a las cabeza de sus luchas, les dicen que votando y con Asamblea Constituyente, en compañía de Carrió y De Gennaro se pueden resolver los males de los explotados y la independencia de la nación.

¡No pueden ser la izquierda de esta nueva “Alianza” y de este “frente democrático”! El que dice estar por el socialismo, por el “Argentinazo”, por la revolución, no puede seguir negándose a organizar un gran Congreso nacional de los millones que están en lucha y a poner en pie comités de autodefensa -es decir, un verdadero doble poder que garantice el triunfo de la revolución-, ni pregonar que votando en la estafa de esta transición del régimen infame se resuelven los problemas para los explotados.

Están frente a una alternativa de hierro: tras las banderas del marxismo revolucionario de clase contra clase, o con el frente democrático “opositor” que llevará a nuevos desengaños y frustraciones a millones de explotados.

¿Quieren una Asamblea Constituyente, porque opinan que todavía hay sectores de las masas que tienen que hacer su experiencia con la democracia burguesa? Si tanto la requieren, ¿por qué no impulsar un boicot activo a estas elecciones fraudulentas del régimen y el gobierno odiado por la amplia mayoría de los trabajadores y el pueblo, con el método de la huelga general, los cortes de ruta y la lucha en las calles?

Si la izquierda obrera que se reclama a sí misma revolucionaria, mantiene sus pasos actuales, terminará copiando la política y el accionar de la nueva “Alianza” que se ha constituido. Levantarán audazmente la consigna de Asamblea Constituyente... para ir preparando sus propias alianzas electorales.

La alternativa de hierro es reforma o revolución; ser los enfermeros o los sepultureros del capitalismo.

Desde ya, Democracia Obrera llama a no marchar el 30 de agosto, a levantar bien alto el grito de ¡Que se vayan todos pero que no quede ni uno solo!, de ¡Fuera Duhalde ya!, a enfrentar la trampa electoral con el boicot activo, a imponer un gran congreso nacional obrero y popular para abrir la perspectiva de una salida obrera y popular a la crisis nacional. A poner en pie comités de autodefensa contra la gendarmería y a policía asesinas. A restablecer la única alianza posible: la alianza obrera y popular, que abra el camino a la revolución obrera y socialista.•

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La vieja trampa del “frente democrático”, o de las “dos veredas”, o de las “Alianzas”,para dividir al movimiento obrero y de masas detrás de dos variantes patronales, y estrangular la revolución

La historia no empieza con el “espacio ciudadano” de Carrió, De Gennaro y Zamora, ni ésta es la primera trampa que se levanta contra la revolución argentina. A la revolución la quisieron expropiar y estrangular desde el primer momento. Primero, en diciembre mismo, intentando pararla con la más feroz represión, asesinando a más de treinta trabajadores en las jornadas del 19 y 20 de diciembre. Después, con la Asamblea legislativa ilegítima, usurpando la caída revolucionaria de De la Rúa, expropiando la lucha e imponiendo a espaldas del pueblo, entre gallos y medianoche, primero a Rodríguez Sáa y luego instalando finalmente un gobierno, el de Duhalde, votado por todos los que sostuvieron a De la Rúa hasta último momento, para intentar una “transición”. Esto lo pudieron hacer hasta hoy porque la burocracia sindical salió a sostener al PJ y al gobierno mismo, inclusive dando sus hombres como ministros.

Mientras tanto, movilizaron bandas de matones pagos del PJ para que apalearan obreros en el Mercado Central, para que atacaran a las asambleas populares como en Merlo, para que persiguieran y amenazaran a los asambleístas.

Pero esto no fue ni es suficiente para cerrar la revolución que se inició. Por eso prepararon la masacre en el Puente Pueyrredón, donde quisieron con una emboscada fríamente preparada dar un escarmiento para que no se corten más rutas. Pero eso tampoco alcanzó, porque decenas de miles ganaron las calles y millones estaban dispuestos a pasar a la acción en repudio a la masacre demostrando que la revolución sigue viva.

A la revolución también la quieren estrangular con el verso de la “seguridad”, y con la terrible crisis social; quieren militarizar los barrios obreros y transformarlos en verdaderos ghettos con control a la entrada y a la salida a cargo de la policía, la gendarmería y el ejército, como hace el ejército fascista de Israel con los trabajadores palestinos.

Como con todo esto no alcanza, tienen que montar la trampa de las “dos veredas”: que los trabajadores elijamos entre continuidad del Pacto de Olivos, o la lavada de cara de la “renovación de todos los cargos”, es decir, entre la sartén y el fuego.

A esta trampa ya la conocemos. Al principio de los ’90, fue la vereda del No encabezada por Ubaldini - contra la vereda del Sí menemista- siendo aquella la que traicionó desde adentro para que pasaran las privatizaciones, las grandes luchas como la de Somisa, los telefónicos, los ferroviarios. Después, cuando los trabajadores en 1996 poníamos contra las cuerdas a Menem con los paros generales y los levantamientos como en Cutral Có y Jujuy, vinieron De Gennaro, la Maffei, el Perro Santillán de la CCC, a decirle a los trabajadores que la salida era “votar bien”, que había que apoyar a la Alianza, al “frente antimenemista” encabezado por el Chacho Alvarez, De la Rúa y del cuál la Carrió era parte.

Pero siempre, ya sea con “vereda del sí” o “vereda del no”, con “menemismo” y “antimenemismo”, con “democracia” o “golpe” como nos dijeron el 24 de marzo pasado, con Pacto de Olivos o con “renovación de todos los cargos” o incluso una Asamblea Constituyente, los que comen son siempre los de arriba, siempre ganan el imperialismo y los monopolios, y los trabajadores y el pueblo nos morimos de hambre y nos matan en las calles. ¡Nos quieren hacer creer, para paralizarnos, que el problema es de “veredas”, y no que la lucha es clase contra clase! La democracia burguesa, la mejor envoltura de la dictadura del capital, lo máximo que ha dado es este país desquiciado y sometido al imperialismo, con millones de hambrientos. Solo la democracia de la amplia mayoría de los trabajadores y los oprimidos, basados en sus organismos en lucha, puede asegurar la solución del flagelo de los trabajadores y la nación. La alternativa no es “democracia o dictadura”, en la cual ha entrado toda la izquierda del régimen, sino, como lo demuestra el 20 de diciembre, la alternativa es dictaduras o democracias para los ricos por un lado; o revolución obrera y socialista por el otro.

Es que esta trampa de las dos veredas que levantan siempre los políticos patronales, los burócratas sindicales y los políticos reformistas de la izquierda del régimen, son para decirles a los trabajadores y el pueblo que en aras de derrotar ya sea a la vereda del Sí en el 90, de derrotar al menemismo en el 99, de derrotar el “continuismo” de Duhalde ahora, las demandas de los trabajadores y sus luchas deben esperar, que hay que aguantarse el hambre, seguir padeciendo la catástrofe que se descarga sobre sus espaldas, que hay que dejar de pelear contra la patronal, contra los monopolios, contra el imperialismo, y conformarse con las migajas como los planes trabajar, los bolsones de comida, poner huertas en los baldíos, hasta que estos políticos impongan la “democracia”. Mentira de las dos veredas, conciliación de clases y programa patronal, ¡eso es el “frente democrático” con el que quieren llevar a una vía muerta a la revolución!

Las dos veredas, los frentes “antimenemistas” o “democráticos”, las viejas o nuevas “Alianzas” son una trampa para los trabajadores, porque en ambas quieren que nos subordinemos a distintos sectores de patronal esclavista y de sus políticos. Es la misma política que cuando Moyano llamaba a apoyar a los patrones devaluacionistas del frente productivo contra los que detrás de De la Rúa sostenían la convertibilidad. Ahora nos quieren dividir entre la vereda de la patronal que está detrás del PJ, Duhalde, Menem, Rodríguez Sáa y la burocracia sindical peronista; o la vereda del “frente democrático” de la Carrió, de la CTA, de Zamora, es decir, la burguesía y a los capitalistas amigos de la Carrió. Quieren que los trabajadores y el pueblo y nuestras organizaciones de lucha, se dividan alrededor de cuál variante patronal apoyar, descuartizando así la unidad obrera y popular que conquistamos en las calles el 19 y 20 de diciembre al grito de “Que se vayan todos, que no quede ni uno solo”, y que no barramos a este régimen infame, expropiemos a los expropiadores, completando la tarea iniciada en diciembre, e imponiendo un gobierno de los trabajadores, los desocupados y las asambleas populares que aplique un plan obrero y popular de salida a la crisis, atacando la propiedad de los capitalistas.

Frente a las dos veredas con las que quieren estrangular a la revolución, decimos: ¡Viva la revolución! ¡Que se vayan todos, que no quede ni uno solo!

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