|
|
|
|
|
¿DE QUE SE PUEDE ACUSAR A LA IZQUIERDA?
Ross Trepper |
Durante muchos años vivimos explicando de la mejor manera posible que esto que hoy sucede, iba a ser el resultado de los planes estratégicos del FMI, de la OMC y de las transnacionales. Le dijimos a miles de personas que íbamos hacia una catástrofe económica y social; que el plan de Menem era el de expulsar a dos terceras partes de la población fuera del aparato productivo y que además esas eran las exigencias del FMI y del capitalismo transnacional; que era un plan estratégico que ellos tenían y que arrancaba de la crisis del petróleo en los años 70, que las multinacionales habían discutido un nuevo reparto del mundo y habían elaborado una nueva estrategia mundial para el reparto de la riqueza donde la Argentina quedaría reducido a ser un país exportador agroindustrial y de materias primas lo que iba a hacer desaparecer dos terceras partes de su aparato productivo ligado al mercado interno con las terribles consecuencia de miseria y degradación social que hoy se padece en Argentina.
La izquierda de entonces hizo ingentes esfuerzos por esclarecer las razones de aquella situación pero cuando le tocó empezar a resolver, se quedó en sus rencillas internas que no eran otra cosa que expresiones de la lucha de clases dentro de esas organizaciones. Podemos decir que fueron los sectores del stalinismo dentro de las organizaciones obreras como expresión de la pequeño burguesía rioplatense la que hizo estallar a los partidos que se dividieron aún mas después de las elecciones y de los saqueos de 1989 y donde la izquierda había sacado diputados y concejales como ahora. Nadie que se precie de revolucionario puede negar los efectos de la lucha de clases y es ésta la primera explicación lógica que encontramos cuando se trata de las razones que llevan a la izquierda Argentina a fracasar como alternativa de dirección en la plaza del NO poniendo el broche a una larga lista de capitulaciones. Pero así como uno puede preguntar ¿porqué la gente no escuchó o tomó en serio aquello que decíamos en la prensa Solidaridad Socialista? Podemos respondernos que hoy la izquierda como lo hizo entonces está en su lucha intestina, una lucha por el poder dentro de los marcos “seguros del parlamentarismo” así vemos hoy cómo volvemos a tropezar con la misma piedra, solo que corregido y aumentado; la realidad siempre tiene una proyección geométrica. En esto podemos estar de acuerdo, en que los partidos más importantes de la izquierda que tienen representación parlamentaria se empiezan a constituir en una traba o barrera de contención para el avance de la revolución, por que con su política electoralista se ponen al servicio de conservar el sistema imperialista; Naturalmente como expresiones del centrismo pequeño burgués, el terror a llamar a las masas a tomar el poder los paraliza. Esa es la razón de por qué la gente nunca ve a la izquierda como una salida, sin embargo, la paradoja histórica es que nadie mejor que la izquierda a sido capaz de analizar y de pronosticar lo que está sucediendo con tanto acierto; como contrapartida no será la izquierda “institucional” quien sea el ejecutor del programa revolucionario puesto que su naturaleza de clase es ajena a la clase obrera. Lo más importante sin embargo es la dinámica de los acontecimientos que condicionan en modo determinante cualquier discusión, y eso son los procesos de ocupación de fábricas y las empresas que comienzan a funcionar bajo el control de los trabajadores, de las organizaciones diversas que se dan las masas en movimiento que empiezan a asumir tareas que van más allá de la presión a las instituciones sino que son las que cumplen con nuevas funciones que el estado burgués en bancarrota absoluta a abandonado y que no puede cumplir por que está totalmente enfrentado a las masas. Las condiciones comienzan a madurar para el asalto al poder a manos de las grandes masas, pero no significa que por eso esté garantizada la revolución. Seguramente con el desarrollo del proceso de auto-organización de masas que como único camino están recorriendo se verán más tensas las relaciones con las superestructuras conservadoras sean estas del signo político que fueren y a pesar que se pretendan desviar las luchas por el terreno electoral o incluso creando frentes políticos de contención, los sectores se verán desgarrados por la polarización que seguirá creando la voluntad de autodeterminación de esos organismos quienes se irán acercando por la fuerza de la catástrofe a asumir las tareas históricas de la revolución socialista. Así no podrá ser de otro modo; el sujeto social de la revolución será el proletariado y todas las organizaciones de masas que lo acompañen y será de entre quienes saldrá la nueva camada de dirigentes que saque al país de la postración. La izquierda verdadera, aquella que se ha quedado sin partido será entonces la expresión que ayudará a aclarar las tareas políticas que son más urgentes que se traducirán en medidas de gobierno de los trabajadores votadas en esas miles de asambleas. LA DISCUSIÓN TAMBIEN SE POLARIZA La discusión general entre todos los que se movilizan detrás de la consigna que ha dado sustento a la voluntad de las grandes masas movilizadas a partir de las jornadas del 19/20 de Diciembre que es "QUE SE VALLAN TODOS, QUE NO QUEDE NINGUNO” gira alrededor de dos ejes contrapuestos. Uno se expresa en la superestructura entre los partidos políticos de la oposición de izquierda que pretenden embarcar a las masas en un camino electoral y para lo que se están preparando tejiendo “alianzas y creando frentes orgánicos”. A través de eso pretenden escamotear el poder que se está desarrollando en las asambleas de base de la sociedad, quitarle protagonismo a los movimientos de auto-organización de las masas obreras y populares allanando el camino para ser ellos con sus organizaciones políticas las que controlen el proceso para permanecer en los marcos seguro del parlamentarismo burgués. El otro se expresa en lo que sostienen los sectores más o menos organizados en esas miles de asambleas que se ven enfrentados a las urgencias producidas por la catástrofe que padecen las masas y que son partidarios de posturas políticas decisivas para impulsar medidas revolucionarias. Todos discuten frenéticamente protagonizando un enfrentamiento vergonzoso incluso con ataques físicos entre sus protagonistas que no hacen más que aumentar la desconfianza de las grandes masas en que la izquierda sea capas de ofrecer alguna solución y por el contrario aportan mayor confusión de la que reina acercando a muchos a la desazón o la desmoralización. La izquierda “institucional” especula con los votos de la bronca y los sectores combativos se debaten en la impotencia de exigirles que rompan con el parlamentarismo. Hay también unos sectores intermedios que son los grupos desprendidos de los partidos mayores de la izquierda que son una larga lista pero que podríamos mencionar al PTS o LSR que se han desprendido del viejo MAS (hoy convertido en “partido con pretensiones de asesoría de la revolución”) que contribuyen a la discusión llamando a la construcción de un gran partido de izquierda “unificado” que agregan -¡para tomar el poder!- pero que en esencia siguen el camino del centrismo pequeño burgués de los destinatarios de sus exigencias haciendo honor a su propia historia, que no quieren quedar fuera del reparto de posibles cargos en un supuesto triunfo electoral de la izquierda. Pero mientras esos sectores continúan su guerra de bolsillo por una cuota de poder, aunque sea pequeña, las masas continúan con el proceso de auto-organización que se ha extendido al proletariado industrial que por imperativo de la bancarrota y del boicot capitalista se ven obligados a ir más allá de lo que su conciencia les dicta, es decir, como dicen algunos: “Dejar de ser meros mandados del burgués” y transitar el camino de la autodeterminación; Poblaciones del interior del país comienzan a gestionarse no ya desde los “poderes institucionales” sino a través de esas nuevas formas organizativas, las organizaciones de desocupados “los piqueteros” se comienzan a unir con los comités de empresa y con las interbarriales, son esos procesos los más importantes porque son el germen del nuevo poder y serán la respuesta a la consigna “QUE SE VALLAN TODOS, QUE NO QUEDE NI UNO SOLO. Será por lo tanto este fenómeno el determinante del proceso revolucionario abierto; todas las miradas están pendientes de la dinámica que lleven esas organizaciones de masas, temen que sea “el instrumento de la revolución”. Por eso podemos decir que el blanco principal de la reacción burguesa imperialista no es precisamente la izquierda, sino esos procesos de auto-organización de las masas los cuales nadie controla. QUE POLÍTICA DEBE DEFENDER LA IZQUIERDA SIN PARTIDO 1º) que el proceso revolucionario sigue abierto en la Argentina y que se sitúa en una polarización del estado burgués imperialista y todas sus instituciones, contra las masas auto-organizadas. 2º) Que el centro de la preocupación no es precisamente lo que se decida en las guerras de bolsillo de la izquierda por que lo verdaderamente “imprevisible e incontrolable” es el enérgico movimiento de masas. 3º)Que la gente está tomando mayor conciencia de que debe ser el avance de esas asambleas y no los partidos los que lleven adelante un proyecto de país, nos encontramos ante la enorme necesidad de buscar un marco común de discusión que lleve a nuevas formas de poder convivir entre todos en un nuevo estado de derecho proletario que no es más que la concreción de los derechos humanos. 4º)Que las asambleas deben continuar tomando decisiones cada ves de mayor peso y gravitación política, que debemos ser conscientes de que estamos parados en medio de un proceso revolucionario y que estamos obligados a dar respuesta. Por eso hay que avanzar sobre el estado, hay que unir las fuerzas para establecer un sólido polo de poder, un poder de solucionar las terribles calamidades que estamos padeciendo y eso sólo se logrará si se generalizan los ejemplos de los miles de compañeros que ya han empezado a actuar y a imponer salidas revolucionarias en estado germinal y que nos están marcando el camino. 5º)Que como producto de esto es necesario que las asambleas tomen decisiones organizadas y estructuradas en el camino de la creación de un nuevo estado, todo acto resuelto y ejecutado por las asambleas debe ser debidamente documentado y en su accionar exigir lo mismo a las otras de modo que tome cuerpo la generalización de la idea de un nuevo estado gestionado por la gente y no por los aparatos políticos. 6º)Que es necesario enfrentar la situación en todos los terrenos y es por lo tanto prioritaria tanto la auto-organización como la autodefensa de la comunidad para garantizar la seguridad de la población en contra de la represión salvaje del estado y sus instituciones podridas sostenedores del régimen imperialista. 7º)Que sin dejar de apuntar a resolver los problemas inmediatos del hambre y la enfermedad desarrollando lazos de solidaridad entre la población cosa indispensable para el espíritu de un pueblo. Hay que llamar urgentemente a una convención convocada por todas las organizaciones de masas como respuesta al fraude electoral que preparan. 8º)Esa debe ser una convención abierta a todas las asambleas que puedan documentar que no vienen como partido político y los representantes deben salir de una verdadera voluntad de la gente que quiera enviar a sus mejores hijos a esa “convención revolucionaria” solamente se podría evaluar la presencia de alguna organización de izquierda en él caso de que hubiera roto públicamente con el estado y se subordine a esta convención. 9º)La presidencia de esa convención debería ser de mayoría proletaria y piquetera. Entre sus primeras resoluciones debe ser tomada la defensa de la libre expresión de todas las ideas y la plena garantía de que la voluntad de la mayoría es la que decide. No obstante las tareas van mucho más allá de la convención puesto que en la cabeza de la gente se preguntaran como salimos de esta catástrofe económica y social. Declarándonos un nuevo estado soberano y por tanto independiente del imperialismo y su red globalizada de saqueo. Esto es ruptura de todos los pactos anteriores, confiscación de todos los bancos y empresas, en primer lugar las que son estratégicas y determinante en el aparato productivo y que sus trabajadores deban gestionar. Redistribución de la riqueza y en primer lugar, la de producir la deflación de los precios inflados por el fetichismo capitalista de la mercancía que ponga al alcance de todos los bolsillos la alimentación y la salud. Lo que es lo mismo: aumento general de salario o si se quiere una nueva moneda, una realista paridad de cambio de moneda etc. Pero donde debe estar garantizado el funcionamiento del aparato productivo eso sí bajo nuevas leyes. La forma de poner esto en marcha es la de invertir en salud, educación e infraestructuras sociales, en viviendas y escuelas que pongan en marcha la industria dirigida a resolver las urgentes necesidades de la población sumida en la catástrofe económica y social y expropiando las grandes empresas que explotan la ganadería y la agricultura hoy en manos de las corporaciones multinacionales. Podemos estar seguros que con los gigantes recursos que tendremos a disposición se puede salir adelante puesto que el producto de lo que produce el país se quedará para resolver las urgentes necesidades de la población en lugar de ir a parar a los países imperialistas que no sólo se llevan lo producido sino también el beneficio. Debemos tomar decisiones históricas y trascendentes, aquellas decisiones que hacen grandes a los pueblos y deberemos enfrentarnos a grandes peligros, el primero a la reacción de un ejercito lacayo del imperialismo y asesino de su propio pueblo, y todas las otras instituciones represivas del estado como paso previo a entrar en él “circulo del mal” ya que el imperialismo Norteamericano y Europeo no tardarán en buscar la forma de ahogar la revolución. Pero el espíritu de los trabajadores y el pueblo Argentino debe mirar al futuro con valor, sabedor de que la historia está de nuestro lado, porque contaremos con las fuerzas de toda latinoamérica que se levantará rápidamente en nuestro apoyo, como lo harán las masas en lucha en el cercano y el lejano oriente, lo harán también la clase obrera de los países imperialistas por que el mundo ya es un polvorín de la que el proceso revolucionario de Argentina es tan solo una expresión. Todos en el mundo verán con buenos ojos que seamos capaces de un hecho histórico de esta magnitud, a saber: la destrucción del estado burgués imperialista y del régimen de las castas de los partidos. No hay dudas de que lo que tenemos planteado es el surgimiento de una nueva sociedad, una sociedad socialista que deberá resolver en primer lugar la revolución política que le permita tener una poderosa palanca de transformación que necesita el país y que abrirá paso a una nueva forma de producción donde por sobre todo este el interés humano de la cuestión, es decir: que la producción de la riqueza esté al servicio de quienes la necesitan y no sólo de aquel que tiene dinero. No hay dudas tampoco que la crisis por la que atraviesa hoy el mundo es la crisis del trabajo asalariado, por que el sistema capitalista no puede ya seguir creando fuentes de trabajo tradicionales y si en cambio crea miserables por millones. Eso es el primer indicio de cuando un “modelo” o sistema de sociedad a tocado a su fin, puesto que ya es incapaz de resolver las necesidades de la mayoría de la población debe ser arrojado al basurero de la historia. Pero no quiere decir esto que el nuevo estado obrero que nazca ahora valla a cometer las barbaridades cometidas por la burocracia estalinista, por el contrario la garantía de que ello no suceda será el fortalecimiento de todas las organizaciones obreras que deberán permanecer ajenas a los aparatos políticos y donde deberá estar garantizado la libre participación de los que sean votados por la mayoría de la gente en esas asambleas con mandato de las bases, es decir con las libertades que impongan la mayoría. Como dijo Hegel ”Donde existe un derecho, existe la negación, la violación de ese derecho” De lo que se puede deducir que solo existe el derecho que la mayoría sea capaz de reivindicar para sí. Decía Engels ”La libertad es un producto de la evolución histórica” Lo que podemos decir que será necesario hacer, evolucionar hacia una nueva forma de relación entre los hombres que nos libere de la explotación, de la desigualdad, de la alienación del trabajo ajeno y de la miseria que produce que está llevando al mundo a la guerra civil planetaria. Sólo de este modo podremos parar la barbarie imperialista y podremos poner a salvo los más altos estandartes de la humanidad; A saber: la libertad y la dignidad de los pueblos de la tierra elevados a un plano de convivencia mundial en una genuina democracia universal. ¡LIBERTAD PARA EL PUEBLO ARGENTINO! ¡POR EL TRIÚNFO DE LA REVOLUCIÓN PROLETARIA Y MUNDIAL! ¡TODO EL PODER A LAS ASAMBLEAS DE BASE ORGANIZADOS EN LA CONVENCIÓN REVOLUCIONARIA! |
|