El miércoles 19 de julio había
tenido lugar una ronda de negociaciones entre los sindicatos y la conducción
de la RATB (Administración Autónoma del Transporte de Bucarest),
la que había terminado estableciendo un nuevo encuentro el 25 de
julio, para analizar las propuestas de cada parte. Pocos se esperaban el
desenlace: el jueves los trabajadores de los troleibuses, nucleados en
el sindicato ETE (Explotación del Transporte Eléctrico) comenzaron
un paro espontáneo, que arrastró también a los choferes
de los autobuses, nucleados en otro sindicato, la Federación TRANSLOC.
Los sindicalistas pidieron inicialmente un
aumento del salario del 47% - bajando la solicitud luego al 30% - empezando
desde el primero de julio, aumento del valor nominal de los tickets de
almuerzo y aumento del aguinaldo. Además, solicitaban la mejora
de las condiciones de trabajo para los días calurosos del verano
(cuando la temperatura puede llegar a los 38 grados) y para los días
de frío excesivo en el invierno (más de diez grados bajo
cero).
La administración de la RATB ofreció
un aumento de sólo el 10% de los sueldos, concediendo tickets de
almuerzo de un valor nominal de 22.000 lei (1 dólar estadounidense=21.500
lei). Ofreció también un aumento de los aguinaldos a un millón
de lei.
Los trabajadores de TRANSLOC se mostraron
parcialmente satisfechos por la oferta, considerando sin embargo que queda
por negociar todavía un 30% de aumento del salario. En cambio, los
trabajadores de ETE se retiraron molestos de las negociaciones, y continuaron
el paro, a diferencia de los de TRANSLOC. El jueves a altas horas de la
noche todavía había movimiento en la terminal RATB de Vatra
Luminoasa. Los trabajadores nos manifestaron que aún no se sabía
si el viernes se volvía al trabajo o no. Decían sentirse
representados por los líderes sindicales, que éstos defienden
sus intereses. Los líderes sindicales parecieron haberse visto superados
por la situación. Uno de ellos, dirigiéndose a la multitud,
anunciaba que el paro se levantaría, cosa que "lamentaba"
- dijo. Al ser abucheado por los trabajadores, finalmente dijo que deja
en manos de éstos decidir si se levanta o no el paro.
El Intendente de Bucarest, Traian Basescu,
recientemente asumido, se apresuró a declarar que el paro del jueves
fue "ilegal", por no haber seguido las etapas que prevé
la ley de conflictos laborales y por no haber anunciado a la Intendencia.
"Satisfacer las reivindicaciones de los trabajadores de la RATB sólo
sería posible si la administración violara la Ley del presupuesto
del Estado para el año 2000 y si aumentara un 50% las tarifas del
transporte colectivo, cosa inadmisible", declaró Basescu. "Nosotros,
como Intendencia, vamos a solicitar a la Justicia, en nombre de los ciudadanos,
que los trabajadores que no se presentaron ayer [jueves] a trabajar paguen
indemnizaciones a los ciudadanos que hoy se vieron perjudicados, y la Intendencia
va a ser la parte civil en el juicio". Se trata del mismo Basescu
que, siendo ministro del Transporte, puso aviones a disposición
de los pasajeros durante la huelga de la CFR (ferrocarriles) del año
pasado, y que prohibió a los mineros venir en tren en 1999 a Bucarest,
prohibiendo la circulación de personas en Valea Jiului (la zona
minera).
Por su parte, la RATB emitió ayer un
comunicado a todos los trabajadores del transporte colectivo de superficie,
mediante el cual los amenazaba con el despido. El comunicado decía
que la administración de la RATB "no puede tolerar ningún
comportamiento incivilizado, ni la violación de la ley y hace un
llamamiento a todo el personal a retomar las actividades y que permita
de este modo que prosigan las negociaciones". La administración
de la RATB precisó que el haber hecho este paro sorpresivo hace
vanos los esfuerzos depuestos en las negociaciones anteriores.
Tanto los diarios como la televisión,
comenzaban la noticia del paro mostrando cómo el ciudadano común
era perjudicado por esta medida de protesta de los trabajadores de la RATB:
gente llegando tarde al trabajo, la población asaltando masiva y
desesperadamente el subte, o gente que tuvo que acudir al taxi para ir
a zonas de Bucarest donde el subte no llega. Sólo después
se concedía algún espacio al conflicto propiamente dicho.
No faltaron las entrevistas en la calle donde otros trabajadores, incapaces
de comprender la medida tomada por sus hermanos de clase, mostraban su
furia e indignación hacia los obreros del transporte. Los mass media
pusieron a punto su efectividad para crear o aumentar la impopularidad
del paro de los trabajadores de la RATB entre los otros trabajadores.
El conflicto finalizó hoy, viernes
21 de julio, mediante la concesión del aumento del 10% del salario,
aguinaldo de navidad y pascuas de un millón de lei, y ticket de
almuerzo de 22.000 lei. Se va a seguir negociando la semana próxima
sobre la firma del contrato colectivo de trabajo y por la indexación
de los salarios de acuerdo a la inflación. Ah, el muy humano Intendente
de Bucarest, Basescu, anunció que no iniciaría juicio a los
trabajadores que pararon el jueves. El conflicto terminó, de momento,
aunque los troleibuses de Vatra Luminoasa partieron esta mañana
con dos horas de retraso, debido a que varios trabajadores manifestaron
su voluntad de seguir el paro.