Sólo la clase obrera puede derrotar al fascismoDel suceso de la manifestación antifascista del 2 de septiembre en Siegburg y las similiares que se hicieron a lo largo y ancho del país los fascistas no se han enterado, mucho menos de la condena pública a sus varios actos criminales que han continuado cometiendo. El ataque del 3 de octubre contra la sinagoga de Düsseldorf es una muestra de ello. Más allá de las denominaciones oficiales los autores del atentado, ellos sólo pueden ser llamados fascistas.
Queda de esta forma claro que con la presión no alcanza para pelear contra el fascismo y al mismo tiempo que tanto para luchar contra los militantes neonazis asi como para enfrentar a las formas "extremistas nocturnas" de racismo y ataque a los intereses de la clase obrera multinacional debemos ponernos como meta la eliminación del fascismo.
Una coalición antifascista convocó para el 7 de octubre a una movilización para luchar contra la discriminación de los inmigrantes y para expresar su apoyo a la clausura de la sede central del Partido Nacional Democrático de Alemania (NPD) en Berlin.
El NPD es sin ninguna duda un partido fascista, aún cuando su programa oficial dice respetar la contitución burguesa. Además, actua como pantalla legal para todo tipo de bandas terroristas nazis. Esa escoria que bajo la excusa de una lucha anticapitalista contra el sistema se dedica a atacar a las víctimas del sistema. Ellos incendian las viviendas de los inmigrantes, aquellos que vienen escapando del hambre y de las guerras, que ya padecieron al sistema capitalista en su lugar de origen, y matan trabajadores, por que no son alemanes, y a las personas sin viviendas (Obdachlose), aunque sean alemanas.
La óptica fascista comete estas acciones por que esa es la única forma, con la cual a costa de otros, pueden defender los privilegios que se derivan de su pertenencia a la nación imperialista alemana y, en su propia mediocridad, esconder sus debiliades. El resultado objetivo de su racismo y odio contra todos es ante todo la división de las víctimas del capitalismo y el soporte y fortalecimiento del sistema capitalista.
Es de esta forma imprescindible y urgente enfrentar en la calle a cada acción fascista.
La publicidad burguesa y su estado, quien en las fronteras y en las carceles a matado más extranjeros que las bandas nazis, han en los últimos tiempos una vez más descubierto el "antifascismo" y no dejan de hablar de la prohibición del NPD. La burguesía puede dedicarse a ello por que la clase obrera, debido al relativo estado de bienestar, está entrampada en sus direcciones reformistas y por que por ahora no necesita al fascismo como última opción. Por otro lado, las actividades de la canalla fascista obstruye, en particular en Alemania Oriental, la estrategia de obtención de ganancias del capital ligada a la globalización previniendo el ingreso de inversiones extranjeras y expeliendo a los pofesionales extranjeros. Por medio de su ostentoso y vacio "antifascismo" buscan los partidos burgueses, tanto los de izquierda como los de derecha, sobre todo encontrar una cobertura honroza, mientras en realidad sus fundamentos ideológicos son herederos de los no tan "delicados" actos de los nazis. "Niños alemanes y no indios o similares" ["duetsche) Kinder statt Inder udgl."]
Los sociliastas revolucionarios no debemos enfrentarnos al NPD con una prohibición oficial. Pero tampoco debemos despreciar que la burguesía no está exigiendo esta prohibición. Nosotros sabemos, que con ese pedido los antifascistas dan al estado una legitimación que manaña utilizará contra la izquierda y la clase obrera, en particular tratando de eliminar a su vanguardia revolucionaria.
La lucha contra el fascismo no puede apoyarse en el estado, cuyo fin es la defensa del orden establecido, que el fascismo y otros aspectos de la barbarie imprescindiblemente incuba, y en el cual la clase obrera y la pequeñaburguesía permanentemente están en crisis, viendo que sus derechos sociales conseguidos con la lucha (como las pensiones) hoy le intentan ser arrebatados y que su futuro está nada seguro. El hecho de que la policía el 2 de septiembre en Siegburg haya protegido a los nazis y haya apaleado y detenido a los manifestantes antifascistas, indica, que significa el llamamiento del canciller Schröder a la "rebelión de los decentes" [Aufstand der Anständigen]. Él sabe que puede hacer este llamamiento genérico, porque él conoce que los decentes nunca se rebelarán y que aquellos que se involucran en revueltas nunca serán considerados como personas decentes por la clase dominante.
Está claro, que el deber de todo antifascista es derrotar al fascismo, allí donde él aparezca, sin dejarle ninguna alternativa, para lo cual no alcanza con limitarse a acciones simbólicas como prender linternas [Lichterketten] o sobre todo "razonar" con él como inofensivas organizaciones liberales alejadas de los lugares donde los fascistas actuan. De esta manera podremos convencer también a una parte de sus miembros de que acá no podrán encontrar la buscada fortaleza. Pero también está claro que con esto no es suficiente. El fascismo y las guerras imperialistas son productos universales intrínsecos al capitalismo, el cual se encuentra en su fase de histórica decadencia. Ellos son expresiones de su derrumbe cultural y moral, que nos anuncian el derrumbe económico y político hacia la barbarie. Ambos pueden ser eliminados solamente con la destrucción del sistema capitalista.
Esto se puede conseguir sólo bajo el liderazgo de una clase, la cual para liberarse la explotación y la opresión debe suprimir la propiedad privada de los medios de producción, la clase de los asalariados, que hoy en los países industrializados son la inmensa mayoría de sus habitantes. Donde el fascismo gana una base social, lo hace llenando el vacio moral e intelectual dejado por el podrido orden burgués que los líderes reformistas de la clase obrera, quienes se pegan como chicle a este orden, se niegan a ocupar.
La clase obrera fué sometida en las últimas décadas a varias derrotas organizativas y políticas debido a las políticas de sus líderes reformistas. Para que su lucha contra el fascismo y el capitalismo inhumano triunfe, ella debe liberarse de sus direcciones contrarrevolucionarias, tanto sean socialdemócratas como stalinistas.
Esto lo podrá conseguir cuando su vanguardia construya una dirección alternativa, un partido marxista revolucionario, que luche contra las fuerzas centristas que encabezan hoy a la "izquierda anticapitalista", las cuales con un discurso revolucionario y con sus prácticas oportunistas o sectarias actuan como asistentes del reformismo.
Es imprescindible mobilizar a la clase obrera multinacional dentro de un frente único para combatir activamente al fascismo y al racismo en sus diversas expresiones. Pero sobre todo, es imprescindible en el marco de esta actividad conjunta organizar a los más concientes dentro de una organización para luchar consecuentemente contra las bases del capitalismo.
Los autores de la convocatoria oficial para la manifestación del 10 de octubre en Siegburger lamentablemente no hablan sobre este aspecto central de la cuestión. Como ellos no entienden al racismo y al fascismo como consecuencias de la sociedad burguesa en su etapa imperialista, ellos también se pierden la oportunidad de hacer un llamamiento por una lucha en paralelo contra el antisemitismo y el sionismo, lo cual sería muy util en vista de los actuales acontecimientos de Alemania y Palestina. Para luchar efectivamente contra las raíces del fascismo es necesario enfrentarse a todos los aspectos del sistema imperialista.
BASTA DE FASCISMO Y CAPITALISMO!
BASTA DE RACISMO ANTISEMITISMO Y SIONISMO!
LA CRISIS ECONÓMICA, CULTURAL Y POLÍTICA DEL MUNDO ACTUAL ES CONSECUENCIA DE LA CRISIS DE DIRECCIÓN DEL PROLETARIADO!
POR LA CREACIÓN DEL PARTIDO DE VANGUARDIA MARXISTA EN ALEMANIA!
POR LA RECREACIÓN DE LA CUARTA INTERNACIONAL!
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