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¿Que ha pasado en el Reino Unido después de las elecciones?

Jose Villa(*)

A diferencia de los países latino americanos Gran  Bretaña no tiene un sistema  presidencialista. El primer ministro es nombrado por  la reina pero en base al  partido que obtenga mayoría congresal. Los 659  Miembros del Parlamento (MP)  no son electos a nivel nacional sino que cada uno  refleja un determinado  distrito electoral.  

Bajo este sistema se beneficia generalmente solo el  partido que gane la  primera mayoría. El vencedor barre con todo.  Mientras que en Italia, Israel u  otros países con representación proporcional los  gobiernos tienden a ser de  coaliciones y pequeños partidos logran inclinar la  balanza en una u otra  dirección; en Gran Bretaña, si bien este modelo no  permite una verdadera  representatividad de todas las fuerzas políticas, lo  que consigue es que los  gobiernos británicos sean relativamente estables,  con más autoridad y  uni-partidarios.  

En las recientes elecciones el laborismo obtuvo el  42% de los votos, los  conservadores 33% y los liberal-demócratas 19%. Sin  embargo, en el parlamento  los primeros consiguieron 413 bancadas (64% del  parlamento), los segundos 166  (26%) y los terceros 52 (8%).  

El gran perdedor de estos comicios han sido los  conservadores quienes sólo  sacaron 8,352,000 votos (su peor votación en varias  décadas) y siguen  reducidos a ser un partido esencialmente inglés. Los  laboristas pueden  jactarse que han logrado volver a sacar más del 60%  del parlamento, algo que  nunca ha conseguido un partido en dos mandatos  consecutivos, y saben que por  primera vez podrán hacer un gobierno que culmine sus  dos periodos. Los  liberales se sienten felices pues han conseguido 8  bancadas más (un sexto más  que en 1997) y creen que se van a convertir en la  nueva oposición.  Sin embargo, todos los grandes partidos deben sentir  una fuerte pérdida  debido a que el ausentismo ha crecido del 28% en  1997 al 41% siendo el más  alto desde que se introdujo el sufragio universal.  

Esta es la primera vez en más de medio siglo en el  cual el partido ganador es  respaldado por menos gente que los que no fueron a  sufragar. Mientras en 1997  el Nuevo Laborismo sacó 13,52 millones de votos (un  tercio del electorado),  esta vez sólo consiguió 10,74 millones (un cuarto  del electorado). Blair ha  perdido casi 3 millones de votos. El ha ganado con  menos votos que los que  sacaron los anteriores gobiernos conservadores e  incluso que los que obtuvo  el laborismo en 1992 cuando perdió ante Major. Los  liberales sólo  consiguieron en 2001 4,8 millones de votos en  comparación a 5,2 millones de  1997 y 7,8 millones en 1983.  

El ausentismo ha sido la manera en la cual muchos  ex-electores laboristas  decidieron protestar. La norteamericanización de la  política británica (donde  los laboristas se han movido de ser el partido de  los sindicatos aser una  versión del Demócrata de los EEUU) también ha  llevado a la  norteamericanización del electorado, en sentido en  el cual grandes masas ven  que los partidos mayoritarios dicen básicamente lo  mismo y no les defiende,  por lo que optan por la apatía.  El laborismo ha girado tanto a la derecha que The  Economist planteó que su  voto era por los conservadores y por ende por quien  podía mejor llevar a cabo  dicha agenda: Tony Blair. La mayor parte de la  prensa y un alto porcentaje de  la clase alta y media respaldaron a Blair pues ven  que el Nuevo Laborismo se  ha ido distanciando de los sindicatos y que pueden  implementar  privatizaciones.  

Este viraje ha dejado a los conservadores sin mucha  base y les ha empujado  aún más hacia la derecha. Adoptando posiciones  extremas contra los  inmigrantes o el euro, los tories han ido perdiendo  aceptación en la  Inglaterra media, y su crisis se ha ahondado.  En su segundo mandato Blair se va a ver obligado a  tomar medidas duras de  ajuste contra la inminente recesión y en favor de  nuevos recortes a los  beneficios sociales. Esto abrirá más brechas con los  sindicatos y otros  bastiones laboristas. Indicios de descontento con  Blair se han visto en el  pasado respaldo a Livingstone, en el  abstencionismo,en un cierto crecimiento  liberal (que ahora quiere estar a la izquierda del  laborismo) y en 200,000  votos para los socialistas.  

La derechización del laborismo no ha podido ser  capitalizada por el  izquierdizante Partido Nacionalista Escocés quien  bajó del 22% en 1997 al 20%  de los votos en su nación perdiendo una de sus seis  curules. El Partido de  Gales si ha conseguido avanzar subiendo del 10% en  1997 al 14% en Gales.  Dos extremos que han repuntado son la destacada  votación que sacaron los  neo-nazis en Oldham donde la juventud asiático  organizó protestas  anti-racistas. El otro es la aparición del  pro-trotskista Partido Socialista  Escocés como la quinta fuerza presente en todos los  distritos de esa nación.   

En Irlanda del Norte no opera ninguno de los  partidos británicos. A  diferencia de la isla británica allí hubo una masiva  participación electoral,  la misma que quedó polarizada entre los unionistas y  nacionalistas más  radicales, lo que exprresa las dificultades del  proceso de paz. Los lealistas  intransigentes de Paisley duplicaron sus curules de  3 a 6 y el Sin Feinn  (ligado al IRA) duplicó sus bancadas de 2 a 4,  convirtiéndose en la tercera  fuerza electoral de ese país y en el partido  nacionalista mas votado.   

(*) Integrante del Cemicor

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