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EL NUEVO ORDEN DE LA DICTADURA DEL CAPITALISMO TRANSNACIONAL
Estephan Ros Trepper |
El mundo reverencia al Imperio, todos los gobiernos del mundo brindan su apoyo a la represalia del gendarme mundial y todos lo hacen en “defensa de la libertad y la justicia”. La grande y vieja Europa no ha vacilado en cerrar filas alrededor del gran amo y aquellos países ex-comunistas que quieren ingresar en la Euro zona hacen cola detrás de la vieja Rusia desesperados por no ser confundidos con los países “renegados”. Un nuevo orden mundial ha nacido con la derrota del primer intento de revolución mundial, plasmado en la caída de los primeros estados obreros transitorios al socialismo que fueron estrangulados entre las fronteras de sus propios estados burocráticos que abortaron la revolución internacional. Este es el triunfo del capitalismo que tanto han pregonado sus ideólogos y sus periodistas amanuenses un mundo decadente donde crece la miseria en el mundo al mismo ritmo en que las minorías se superenriquesen. Ese proyecto estratégico de reconversión mundial de la industria que planearon las grandes corporaciones ya se ha producido hace tiempo y el reinado de la OMC bajo la égida de EEUU a llevado a la economía mundial a un proceso así concebido de superconcentración de la riqueza en el mundo, no es otra cosa la llamada globalización y el tan mentado “triunfo del capitalismo”. Así asistimos hoy a este “nuevo tipo de guerra” que no vacilan en desatar toda ves que sus intereses se ven afectado por las manifestaciones dialécticas que genera la injusticia mundial del gran imperio que obliga a los pobres y miserables del mundo a enfrentarse a la maquina de destrucción más formidable que se tenga noticia en la historia de la humanidad. Así queda claro ante el mundo que los bloques imperialistas se han puesto de acuerdo en alinearse detrás de EEUU como el imperialismo rector de la política mundial de represión militar para someter a los países pobres de la tierra a su total dominación, es por tanto una nueva época donde los bloques imperialistas ya no guerrean entre ellos por el control mundial de la economía y se asocian para el saqueo de los países que han perdido el tren del “progreso capitalista” es la época de la guerra en contra de los pobres y miserables del mundo. La propaganda imperialista pretende disfrazar sus bombas con envíos de ayuda humanitaria, dicen querer ayudar al pueblo Afgano con comida y ropa, pero eso pronto a quedado en evidencia que con su política guerrera no hace más que aumentar la catástrofe que está provocando el régimen mundial imperialista. Los gobiernos Socialdemócratas de la vieja Europa apoyan incondicionalmente la masacre que se está produciendo dejando en claro que son instituciones podridas que abandonaron hace tiempo todo vestigio de movimientos progresistas y democráticos, no solo han abandonado el marxismo sino que son simples mercenarios de la burguesía imperialista. Los representantes de los trabajadores y la OIT no dicen nada de oponerse a este nuevo ataque contra los derechos humanos, todos han condenado al terrorismo pero apoyan al terror imperialista. Nada mas ver lo que sucede para darnos cuenta en la bancarrota en que a caído toda la superestructura del movimiento obrero mundial, los excomunistas muestran toda su impotencia y son incapaces de enfrentar esta situación con una política que no sea otra que el mero pacifismo declamatorio y los “trotkystas” se debaten en su interminable crisis intestina polemizando acerca de la naturaleza del terrorismo y la violencia defendiendo una supuesta verdad histórica como siempre amparándose en citas de los tiempos pasados. La complejidad del nuevo orden no permite ver en toda su dimensión los profundos cambios ocurridos en el mundo. Asistimos hoy a un mundo interrelacionado por miles de lazos que integran el proceso mundial en un sistema totalizador que se sintetiza en el nuevo orden imperialista o lo que es lo mismo... la dictadura de los países capitalistas desarrollados sobre los atrasados o en degeneración. El capitalismo a llegado al límite de su expansión en el mundo, no puede ya seguir multiplicando las chimeneas de sus fábricas en el mundo, no puede llevar al conjunto de la humanidad a los niveles de confort y de seguridad que prometía en los años 50 o 60 en pleno boom de post guerra. Todo ha sido parcelado ya no queda lugar en el mundo donde se pueda tener la libertad de vivir de otro modo que no sea bajo las leyes del capitalismo mundial, no existe lugar en el mundo donde la humanidad no esté sometida de algún modo a la sociedad de consumo, la humanidad a sido expropiada por las corporaciones, la alineación de la sociedad humana es lo que predomina y condiciona la conciencia colectiva, ningún hombre es libre de transitar por la faz de la tierra sin el consentimiento del gran imperio ni siquiera en su propia tierra. Las fronteras nacionales solo existen para los pobres y miserables del planeta pero desaparecen objetivamente en el terreno económico y político cuando se ven afectado los intereses del capitalismo transnacional. Está cerca el día en que pagaremos por respirar pues será un buen negocio para los accionistas invertir en fábricas de oxígeno cuando la voracidad de las corporaciones destruyan la atmósfera. El mundo no hay dudas ya está globalizado desde que Colón descubrió América aunque los anglosajones digan que fue Eric el rojo, ya no hay más continentes por descubrir ni nuevas riquezas por conquistar, el mundo es finito, el mercado es finito, la expansión capitalista es por tanto finita. Estamos transitando una época de reacción mundial que está en proporción directa a la transnacionalización del capitalismo el cuál no puede seguir expandiéndose por que el planeta le queda pequeño. El desarrollo desequilibrado de las fuerzas productivas a llevado al proceso de superconcentración de la riqueza, el capitalismo transnacional no puede crear más progreso para la humanidad, su naturaleza lo lleva como una ley de hierro a la destrucción de sus competidores y a la monopolización de los mercados “nacionales” transnacionalizando la economía para poder saquear literalmente a los países sometidos. Es esa la profunda razón por lo cuál hay cada día menos países prósperos en el mundo y si en cambio países que parecen transitar una especie de almagedón, un cataclismo económico y social que los empuja a la más terrible miseria y degradación, a la regresión histórica absoluta, a la desintegración social y nacional, y a un estado de barbarie y destrucción jamás imaginado. La revolución permanente de la tecnología encierra al capitalismo en la contradicción de destruir sus propios cimientos de existencia, el libre comercio es una utopía absoluta y solo puede subsistir mediante la destrucción de países enteros saqueando sus materias primas y destruyendo sus aparatos productivos, exportando la recesión de los países centrales que está contenida en la superproducción que genera la tecnología. La sociedad humana tiende a la desintegración diluida en el individualismo alienante de la sociedad de consumo, la satisfacción individual es el motor de la conciencia colectiva y la máquina somete a los hombres a sus desenfrenados ritmos, la cultura del proletariado agoniza en el mundo y el capitalismo somete a la humanidad las leyes de la superestructura de las corporaciones transnacionales que por su propia dinámica están fuera de control. |
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