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Editorial
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El comienzo de los bombardeos sobre Bagdad confirma la decisión del gobierno de Bush de invadir, saquear y colonizar a Irak a pesar del nacimiento de un enorme movimiento internacional opuesto a los planes bélicos de los imperialismos estadounidense y británico. Las enormes manifestaciones contra la guerra en todas partes del mundo durante el último mes mostraron que las masas ordinarias del pueblo trabajador del planeta odian la guerra y la opresión en todas sus formas. Además mostraron una vez mas que los gobiernos imperialistas desprecian la voluntad de las mayorías. El imperialismo estadounidense y sus compinches son conscientes de sus intereses y fines y trataran de que nada ni nadie les cierre el paso para lograrlos. El problema de la clase obrera, y del resto de los opositores a la guerra, es que carecen de un programa político claro sobre el cual basar su lucha por la paz, la igualdad social, la solidaridad internacional y un mundo mejor. Solidaridad entiende que conjuntamente con las acciones prácticas para frenar la masacre imperialista en Irak y para conseguir la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán y el resto de los lugares que ocupan es necesario que aquellos que nos reivindicamos como revolucionarios trabajemos para construir una alternativa política antiimperialista y comunista. Esto significa dejar claro en todo lugar que podamos intervenir que: 1. La clase obrera es la única fuerza social capaz de conducir internacionalmente la lucha contra el imperialismo y la guerra. 2. La lucha contra la guerra puede llevarse a cabo sistemática y eficazmente siempre que sea dirigida contra el sistema socioeconómico que causa la guerra; es decir, contra el capitalismo y por el socialismo. 3. Para que ello sea posible es fundamental la unidad internacional de la clase obrera y su organización bajo los principios revolucionaros del marxismo leninismo. |
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