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El hombre árbol odiaba caminar, no le gustaba
mover esas raíces pesadas que le pertenecían, pero no podía detenerse, el había sido
castigado y aún no sabía la razón, más bien... no la recordaba. No recordaba su
nombre, no recordaba su pasado, sólo recordaba que antes era humano como todos los
demás. Miró a sus espaldas, los cuervos todavía le seguían, siempre fieles, un
recordatorio de que debía encontrar su identidad si quería recuperar su forma humana. El hombre árbol ha vagado muchos caminos, muchas dimensiones buscando su identidad y no descansará hasta encontrarla, en su corteza hay escritos millones de nombres pero ninguno corresponde a su supuesto nombre verdadero, aunque le gusta conservarlos para adueñarse de identidades que no le pertenecen, entre esos estan: Tsef_Thaed, T-T,Larry_Underwood, Albinoni, Monstruoso, Agustín Fest o alguna elección dependiendo de su estado de ánimo. Caminó muchos rumbos sin destino, hasta que sus raices pisaron otra dimensión, una dimensión dónde podía tener cualquier identidad que deséase, darse el lujo de olvidar su carga, de mirar atrás a los cuervos y sonreírles. Conoció muchos amigos, extraño, ya que en su búsqueda de identidad no se había dado cuenta que debía hacer crecer la suya y cuando descubrió lo que los hombres llamaban amistad lo abrazó y lo correspondió. El hombre árbol sonríe, por que en la corteza ya no le importan los nombres que pueda tener... si no los nombres que pueda escribir en su corazón. . |