¿Por qué EEUU mantiene encarcelados a Gerardo, Ramón, Antonio, Fernando y René?
El 17 de julio de 1.950 es detenido Julius Rosenberg, por el Buro Federal de Investigaciones, FBI. Tres semanas después, su esposa Ethel también fue hecha prisionera. En Estados Unidos se vivía la macabra época de la "cacería de brujas" que no era si no la persecución a todo movimiento y persona progresista, sobre todo a las y los militantes comunistas. Ese fue el delito de los Rosenberg, quienes fueron acusados de espionaje, de entregar secretos militares a la ex-Unión Soviética y de traición a la patria.
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La histeria, el miedo hacia el comunismo fue fomentado por un aparato de propaganda al estilo goobeliano, sustentado en la doctrina Truman de contención del "terror rojo", en las acciones crueles del senador McCarthy y sus secuaces como el cardenal Spellman y en las acciones represivas de Edgar Hoover, director del FBI.

Han transcurrido 50 años desde el asesinato de los esposos Rosenberg y hoy se sabe, como en aquella época denunciaron algunas y algunos valientes, que las acusaciones vertidas en su contra eran totalmente falsas; que los supuestos testigos fueron amenazados o comprados; que las pruebas fueron prefabricadas y que en definitiva el "juicio" fue una patraña. Los Rosenberg fueron asesinados el 19 de junio de 1.953. La sentencia del macabro juez, Irving Kaufman se cumplía con el beneplácito del presidente Einsenhower que ni siquiera escuchó el pedido que los dos hijos pequeños de sus víctimas le hacían.

Pero los Rosenberg no pedían perdón; exigían justicia. "Nuestro respeto por la verdad, la conciencia y la dignidad humana no está en venta"; pronunció la valiente pareja.

En 1.977 el activista amerindio, Leonard Peltier fue condenado a dos cadenas perpetuas por el disparo a quemarropa de dos agentes del FBI, en la reserva de Pine Ridge, en el estado de South Dakota. El hecho ocurrió en el año de 1.975. Han trascurrido 26 años desde el juzgamiento de Peltier y hoy, como ayer en el caso de los Rosenberg, se sabe que las "pruebas"; también fueron prefabricadas. La supuesta testigo que vio disparar a Leonard contra los agentes del FBI, Myrtle Poor Bear inventó su historia en gran medida presionada por el propio Buro de Investigaciones. Pero no solo esto fue mentira; si no también el informe de balística.

¿Por qué mantienen prisionero a este hombre cuyo único delito ha sido la defensa de los indios americanos, de sus tierras?

El imperio omnipotente tiene miedo a que se sepa la verdad: que la "justicia" estadounidense es racista, que es solo para el blanco poderoso. Pero no solamente esconden esto; lo que verdaderamente quieren evitar es que un hombre como Peltier continúe su lucha decidida para acabar con la opresión sistemática contra el pueblo indio en EE.UU.

El caso del periodista, líder defensor de los negros, Mumia Abu Jamal, es similar. En 1.981 agentes policiales de Filadelfia dispararon contra Mumia, al acercarse a un accidente donde su hermano estaba siendo maltratado. En el hecho fue baleado un policía, hecho que se atribuyó al líder negro. Y ¡nuevamente! entra en acción el sistema judicial estadounidense, burlándose de los testigos que vieron el hecho o comprando testigos para que declaren contra Mumia. La defensa designada por el tribunal no cumplió su papel, del jurado fueron eliminados los representantes negros y la policía jamás pudo comprobar que la bala encontrada perteneciera al arma de Mumia. En la cárcel la represión ha sido brutal. Veinte y tres horas del día encerrado, privado del contacto con su familia, su correspondencia violada y castigado por el hecho de no decaer, de seguir luchando, escribiendo y denunciando las atrocidades cometidas contra él, contra su pueblo, contra el mundo por parte del régimen fascista estadounidense. Los nuevos nazis quieren no solo matar a Mumia si no como el mismo ha denunciado, quieren silenciarlo.

El líder negro, cuya sentencia de muerte (su asesinato) puede cumplirse en cualquier momento, continúa su lucha junto a su abogado, Leonard Weinglass para que se le haga justicia. Pero el cruel sistema judicial estadounidense se niega a dar paso a las peticiones de la defensa.

Mumia, "la voz de los sin voz" no podrá ser acallado ni siquiera con su asesinato; su voz se oirá más fuerte que nunca en cada rincón del planeta, que conocerá la brutalidad del imperialismo y sus lacayos.

El régimen fascista del imperialismo estadounidense también mantiene encerrados en sus cárceles, en condiciones infrahumanas, a patriotas puertorriqueños que luchan por la independencia de su país. Sometidos a brutales torturas, los prisioneros políticos puertorriqueños han sido condenados injustamente por la corrupta "justicia" estadounidense. Antonio Camacho, Edwin Cortés, Elizam Escobar, Ricardo Jiménez, Óscar López Rivera, Adolfo Matos, Dyicia Pagán, Carmen Valentín, Juan Enrique Segarra Palmer, Luis Rosa, Alberto Rodríguez, Alicia Rodríguez, Ida Luz Rodríguez, Alejandrina Torres, Carlos Alberto Torres son los nombres de las y los valientes luchadores antiimperialistas secuestrados por el imperio fascista con penas de van desde los 15 años hasta la cadena perpetua. No han cometido delito alguno; pero son hombres y mujeres progresistas, revolucionarios y por ello son peligros para el sistema fascista.

Todo esto viven hoy Gerardo, Antonio, Ramón, Fernando y René desde que fueron detenidos el 12 de septiembre de 1.998, por el FBI.

Estos jóvenes tenían como misión la de luchar contra los grupos terroristas que funcionan en Miami y que son auspiciados, financiados y protegidos por el gobierno estadounidense. Organizaciones de criminales y mafiosos que han causado la muerte de 3.478 ciudadanos cubanos y daños a 2.099, producto de atentados, explosiones, guerra bacteriológica, secuestros, asesinatos, bloqueo. Criminales como Otto Reich, José Basulto, Luis Posada Carriles, Jorge Mas Santos, Hubert Matos, Carlos Alberto Montaner, Eloy Gutiérrez Menoyo que fungen como "líderes"de la Fundación Nacional Cubano Americana, de Hermanos al Rescate, de Alfha 66, de Exclub, etc. son los protegidos del gobierno fascista de George W. Bush, los mismos que actúan con impunidad total para atentar contra el noble pueblo de Cuba.

Gerardo, René, Ramón, Fernando y Antonio, jóvenes valerosos, amantes de la libertad, de la justicia, de la dignidad humana, de la paz no podían si no ser considerados por las huestes de los nazifascistas como elementos peligrosos, que podrían evitar que los criminales lleven adelante sus protervos intereses.

Por ello son prisioneros políticos del imperialismo.

Durante todos estos años la defensa solo ha tenido acceso al 20% de las pruebas en un juicio amañado, donde hubo testimonios falsos, la amenaza a testigos, la fabricación de "pruebas", la inexistencia de un tribunal y una sede imparcial violando disposiciones expresas de la propia Constitución de los EE.UU.

Estos jóvenes patriotas han sido condenados injustamente en un juicio político, cuyo único propósito es el de dar luz verde al terror de la gusanera de Miami, para lanzar campañas más agresivas contra Cuba y pretender detener la lucha de un pueblo decido a vencer o morir en defensa de la Patria, de la Revolución y el Socialismo.

Por ello son prisioneros políticos del imperialismo.

Hoy se hallan en prisiones de diferentes estados de la Unión, sometidos a condiciones inhumanas de encarcelamiento. No se les ha permitido ver a sus familiares, a sus abogados defensores se les ha privado del derecho a contactarse con ellos, han sido sometidos a torturas físicas y psicológicas, se ha violado su correspondencia, se les ha encerrado en el "hueco" en la ";caja" (celdas destinadas para presos de máxima peligrosidad), se les ha mantenido encerrados 23 horas del día.

Pero allí están ellos: dignos, con la cabeza en alto y con la mente lúcida para seguir defendiendo las nobles causas por las cuales fueron detenidos.

Gerardo, Antonio, Ramón, René y Fernando han sido condenados y permanecen como prisioneros políticos del imperio precisamente por ser dignos defensores de la vida, de la paz y la justicia.

Más temprano que tarde el propio pueblo de EE.UU. y el mundo entero conocerán la verdad de lo que pasa en las cárceles de la Unión y levantarán sus voces al unísono para exigir la reivindicación de los Rosenberg, la libertad de Leonard Peltier, de Muma Abu Jamal, de los patriotas puertorriqueños, de Gerardo, Antonio, René, Fernando y Ramón.
Dax Toscano Segovia