"Y allí dentro esta la voluntad que no muere,
					¿Quién conoce los misterios de la voluntad en toda su fuerza?
			Porque Dios no es sino una gran voluntad que llena todas las cosas con el carácter de sus designios.
				El Hombre no se rinde a los ángeles ni totalmente a la muerte,
							sino por la flaqueza de su débil voluntad"
									Joseph Glanvill
		PARALELOS        La vio cuando llego a su casa después del trabajo, ella es domestica en una casa de gente bien, gente acomodada y altanera, orgullosa de sus apellidos y de su abolengo, que según ellos es de siglos. Ericka no tiene apellidos rimbombantes ni sonoros, un escueto Pérez acompaña su nombre, apenas.
		Ericka preparó la cena para su hijo y su mama, la madre esta enferma y vieja, pero aun conserva el temple que la ayudo a sacar adelante a 3 hijos, a pesar de la terrible pobreza que la acosaba. Luego de preparar la cena se sentó frente al televisor, junto a su mama, el hijo leía ensimismado algo de la escuela. Y en ese momento la vio, tan lujosa, tan segura y pagada de sí misma, le recordaba en algo a su patrona, el cabello rubio muy bien pintado, tan bien que parecía natural, la piel cuidada, las manos bonitas, todo en ellas parecía perfecto y muy costoso.
		Se sonrió, !Ella también era como esa Ericka! Pero el de ella se escribiría Ericka-la-de-la-Vega, ja!. Ya la había visto antes, en un programa que transmitían en las mañanas, un día que no fue al trabajo porque la madre estaba muy enferma y se tuvo que quedar en casa a cuidarla, la patrona le había dado permiso, pero después le descontó el día porque "tienes que ser pobre pero honrada, tu no trabajaste ese día y sería injusto de mi parte pagarte por algo que no has hecho". La cantaleta de siempre cuando tenía que pagar. Ericka la vio hablando en ese programa y había quedado atónita ante sus palabras, decía que su familia había huido de Cuba porque allá todo era pobreza, miseria, hambre, que Venezuela siempre había sido un país prospero, con muchas riquezas, que todo era culpa del maldito  mico-mandante, que si las hordas chavistas, los marginales, la violencia, que si patatín tintín.
		Ericka-la-de-la-vega se preguntó en esa oportunidad si la familia de su tocaya había salido de Cuba sin un centavo, porque en ese caso era difícil entender como habían llegado a ser "prósperos", sobre todo tomando en cuenta el melodrama que la joven le impregnaba disimuladamente a su relato, daba la impresión de que habían llegado a La Guaira nadando desde Cuba.
		Poco después se entero por comentarios en casa de su patrona de que la joven era la novia de un alcalde de la ciudad, que según las lenguas viperinas de las otras compañeras de trabajo era medio raronski, cosa que la sorprendió e intrigo mucho, le pregunto a la mas vieja y seria de todas porque esa muchacha se iba a empatar con un tipo así, y su compañera le dijo "ay hija, esta gente hace lo que sea por nombre y prestigio", cosas de la vida pues. En ese momento entró la patrona y las insulto muy duramente por andar metiendose en las cosas de la gente como ellos, la patrona tenia esa rareza, siempre demarcaba muy bien y con mucha vehemencia las diferencias que existían entre la gente como ella y la gente como nosotras, como si uno lo pudiera olvidar, ella olía a colonia fina y uno a manteca y a detergente, ella siempre estaba pulida y nosotras siempre sudorosas, uno llegaba a las 8 de la mañana a trabajar, y ella se despertaba a las 11, porque antes "le dolía la cabeza", ella iba de fiesta todas las noches, ¿y uno? derechito a su casa a dormir para poder levantarse bien temprano a trabajar. Las diferencias eran obvias.
		La otra Ericka sigue jugando a ser linda y estúpidamente audaz en el televisor, Ericka-la-de-la-Vega termina de comer y mientras lava los platos en un tobo improvisado, piensa en que mañana tiene que pedirle permiso a la patrona para llevar a su mama a Miraflores, porque salio en el listado para ser operada en Cuba, y seguro que la patrona le va a decir que eso es "populismo" del negro ignorante, que no se la van a curar, y que va a regresar con un fusil en el hombro, porque esos cubanos son solo unos terroristas muertos de hambre, que mejor la opere en Venezuela, ¿qué como?, "Aquí hay bastantes buenos doctores, niña".
		Lo que la patrona no dice en su perorata es que los buenos doctores solo operan con plata por delante, y que su mama no tiene tiempo para esperar por la buena voluntad de alguno de ellos, y que el populismo de Chávez ya salvo a la niñita que vive tres callejones mas abajo y que tenia la parálisis en las piernas, y que ahora corre y juega como si el futuro solo le perteneciera, tampoco dice que ya ella tiene el titulo de propiedad del terreno donde esta su rancho, y que su hijo ya habla de Bolívar como un docto, porque en la escuela bolivariana donde va, lo enseñan a quererlo y a amar a su patria. No, ella no dice nada de esto, por eso Ericka-la-de-la-vega no le dice que ella escucha con mucha atención los programas dominicales del presidente, porque sus palabras, que ella puede entender y digerir, le dan mas fé y esperanza en la vida que las babosadas del cura de la capilla a donde la llevaba la patrona, que siempre decía lo mismo, que para los pobres seria el reino de los cielos, mientras aceptaba gustoso todos los banquetes que le ofrecían los opulentos feligreses que se sentaban adelante en la Iglesia. Ericka-la-de-la-vega tampoco le dice que ella la vio por televisión el día que gritando como energúmena le cayo a batazos a un carro frente a la embajada cubana, mientras el alcalde que pertenece a la gente como ella, le decía suave y dulcemente, casi maternalmente, que no hiciera eso, traviesa, Ericka tampoco le dice que antes la había visto, con la cara roja no de colorete sino de odio, gritando vulgaridades mientras le lanzaba piedras a un ministro que sacaban esposado de su casa como a un delincuente, el día que intentaron burlarse de la gente como uno, la que no tiene apellidos rimbombantes ni abolengo que recordar, el día que haciendo gala de todo el odio que les come las entrañas y el alma desde hace siglos, intentaron crucificar y callar brutalmente a las voces que gritaban revolución, el día en que la gente como ellos tomó el poder.
		No, Ericka Pérez no le dice nada de esto, pero en el fondo de su corazón la llamarada ardiente de las revoluciones arde, y a veces, muy a veces, le preocupa y le da risa que su patrona la vea incandescente en sus ojos, rebelde, valiente y dispuesta a dar la pelea para siempre.
										Sonia Romero
								sonicajcv@yahoo.es
		La voluntad de los pueblos de Latinoamérica se levanta y vence a las sombras, la voluntad creadora de nuestros mártires y héroes los mantiene vivos para toda la eternidad, inextinguiblemente presentes, vamos pues, y hagamos indoblegable nuestra voluntad de vencer como pueblo.