Boletín 04


Argentina: años de alambradas culturales, de Julio Cortázar, Muchnik Editores.

Julio Cortázar tiene críticos que “lamentan” que en sus últimos años diera tanto tiempo a la política, “descuidando” su labor meramente literaria.  Es gente desmemoriada, ya que Cortázar hacía tiempo que había manifestado su desencanto del “arte por el arte”. Si fue ingenuo en política, entonces también lo fue en la literatura, y tendremos que volver a pensar en la etimología del término ingenuo (nacido libre) y aplicárselo a sabiendas, teniendo en cuenta que Cortázar, nacido libre, vivió, escribió y murió libre. Que es otra manera de afirmar que fue un hombre íntegro, de una sola pieza, cuya vida y cuya obra se ensamblan de manera inextricable, mal que les pese a algunos, como ejemplo luminoso para todos. Los textos de este volumen son textos políticos. Firmados por Cortázar, no son ni políticos ni literarios: son textos de Cortázar, fieles a una concepción ética de la vida. Y nada más. // 


Las redes del poder, de Michel Foucault, Almagesto.

La obra de Foucault produce una ruptura con la tradición filosófica occidental. Su estrategia es oponerse al pensamiento de lo Mismo, de la identidad, y adherir al pensamiento de lo Otro, de la diferencia. Los pensamientos de la identidad suelen ser solidarios con las políticas utópicas. Los pensamientos de la multiplicidad, por el contrario, suelen preferir las micropolíticas. Se trata de lograr aplicaciones no coercitivas del poder, resistencias creativas, acciones liberadoras mínimas, cotidianas, constantes, personales y sociales. Esta postura militante es coherente con la concepción teórica de Foucault, donde la verdad surge de las prácticas sociales de cada cultura. Esto es, de los dispositivos de poder. Dichos dispositivos semejan redes por las que circula el poder. Poder que nunca se posee, sino que se ejerce y que configura un reticulado en el que todos participamos. // 


Verdad y mentiras en la literatura, de Stephen Vizinczey, Ediciones 1992.

Stephen Vizinczey, nació en 1933 en Hungría. También poeta y autor teatral, participó en el levantamiento de 1956 y se exilió en Canadá, Estados Unidos y luego Londres, donde reside en la actualidad. Su extraordinario dominio del inglés lo ha convertido en un novelista comparable a Conrad y Nabokov. Este libro reúne los ensayos más significativos de Vizinczey. Centrado en tres de sus maestros —Sthendal, Balzac y Kleist—, el autor se ocupa también de Tolstoi, Gogol, Nerval, Rousseau y Thomas Mann, entre otros escritores, y contiene además dos ensayos autobiográficos. En palabras de Mark Le Fanu, en The Times, “lo más impresionante de estos ensayos (aparte de su alcance y erudición) es la forma sutil en que en ellos están entrelazadas la literatura y la vida. La pasión por una es la pasión por la otra.” //


Hay que defender la sociedad, de Michel Foucault, Almagesto.

Se incluyen aquí tres informes presentados por Foucault al Collège de France. El primero (1975) analiza la noción de “individuo peligroso” o “anormal”, surgida como efecto del entrecruzamiento de distintos discursos. El segundo (1976) trabaja sobre la cuestión de la soberanía y del gobierno de los cuerpos, vinculada a las distintas tecnologías que la hacen posible. En el último (1980) se anticipan algunos temas de su Historia de la sexualidad. // 


El silencioso lenguaje de los gestos, de Rufino Flores Belaúnde, Beas Ediciones.

El Dr. Rufino Flores Belaúnde es un prestigioso urólogo y sexólogo argentino. Ejerció la docencia a nivel universitario y actualmente dirige Urocentro y el Centro de Disfunciones Sexuales de Buenos Aires. En su obra “EL gran libro del sexo” (Beas, 1992), enfocó la sexualidad desde el punto de vista médico y psicológico a la vez. En El silencioso lenguaje de los gestos, aborda qué dice nuestro cuerpo cuando no habla. Este ensayo analiza las posturas, gestos, ademanes de los seres humanos. Es  ésta una obra de análisis y reflexión para mejorar las comunicaciones en los diversos ámbitos cotidianos de las relaciones humanas. // 


El mito del buen salvaje, de Mircea Eliade, Almagesto.

Explica en este trabajo Mircea Eliade que la invención del “buen salvaje” (entre los siglos XVI y XVIII) constituyó la revalorización secularizada del mito del Paraíso terrestre. La misma nostalgia de la perdida condición edénica puede buscarse en las prácticas yóguicas, en los trances chamánicos, en los rituales del canibalismo, y, sorprendentemente, en la terapia psicoanalítica. // 


Los “Drácula”: Vlad Tepes, el Empalador, y sus antepasados, de Ralf-Peter Märtin, Tusquets.

En el siglo XV, la antigua Valaquia, conocida hoy como Transilvania, fue escenario de cruentas luchas entre turcos, cristianos y los propios habitantes de esa zona geográfica —entre otros, eslavos, macedonios, serbios y croatas—. Esta es la historia de Vlad III Dracul, llamado “el Empalador”, quien, en medio de estos combates sin cuartel, luchó con tales medios por la independencia de su país que hasta hoy se lo recuerda como a un hombre de una crueldad sin límites. De él se cuenta que solía almorzar rodeado de sus prisioneros agonizantes atravesados por un palo. De la historia a la leyenda, largo y oscuro es el camino, pero a nadie puede extrañar que el escritor Bram Stoker, en el siglo XIX, se inspirara en el sanguinario príncipe Vlad Dracul para dar forma al Conde Drácula, sediento de sangre, al que, ya en el siglo XX, el cine se encargaría de convertir en uno de los mitos más terroríficos. // 


Nicaragua tan violentamente dulce, de Julio Cortázar, Muchnik Editores.

Nicaragua, a diferencia de Vietnam, no tiene tras de sí dos mil años de guerra en la selva. Su enfrentamiento con el poderío estadounidense tiene algo de inusitado, sorprende como sorprenden las heroicas causas perdidas. Y como éstas reclama irrresistiblemente nuestra solidaridad, por encima de todo cálculo e ideología. Desgraciadamente la fuerza del proselitismo  anticomunista, encauzado por los ambiguos medios de comunicación masiva, insiste en los lugares comunes y penetra con extremada facilidad en nuestras conciencias, que por mucho que velemos terminan por sucumbir a la intoxicación. Nuestro último asidero ha de ser el de trazar una línea clara, que hemos de respetar a rajatabla: ningún país tiene derecho a invadir a otro país. / Y más: ningún país tiene derecho de hacer pesar sobre otro país la amenaza crónica de una invasión.  // 


Zona de catástrofe, de J. G. Ballard, Minotauro (España).

James  G. Ballard nació en Shangai en 1930, de padres ingleses, y tras el ataque a Pearl Harbor fue internado junto con su familia en un campo de concentración japonés. Después de dos años en Cambridge, donde estudió medicina, fue redactor de un periódico técnico y luego director asistente de una publicación científica, puesto que conservó hasta 1961, año en que publicó El mundo sumergido. Actualmente reside en Shepperton, Inglaterra. //


La letra escarlata, de Nathaniel Hawthorne, Premiá (México).

“La  letra escarlata no es una novela bonita y agradable. Es algo así como una parábola, una historia terrena con un significado infernal. Siempre existe esta división en el arte americano y en la conciencia del arte americano. La superficie es agradable como una torta. Hawthorne, en vida, era un ser amable de ojos azules, lo mismo que Longfellow y las demás palomas arrulladoras americanas. La esposa de Hawthorne decía que ‘nunca lo vio a tiempo’, lo cual no quiere decir que lo vio demasiado tarde sino que siempre se presentó ante sus ojos en el tenue resplandor de la eternidad. Todos ellos eran serpientes. Véase el significado profundo de su arte y entonces resultará fácil comprobar qué clase de demonios eran.

...Para mí La letra escarlata es una de las alegrías más grandes que se encuentran en la literatura. Qué maravilloso sentido oculto y qué duplicidad perfecta.” D. H. Lawrence. // 


Antología personal, de Juan Rulfo, Ediciones Era.

Las voces de los seres que habitan como apariciones la obra de Juan Rulfo son voces que, sin saberlo, conocíamos desde siempre. Son los murmullos, las imprecaciones, el dolor, las esperanza, las preguntas del México profundo. La prosa más parca y más desolada de la literatura mexicana es también la más hermosa, la más poética. Cada lector recuerda pasajes y personajes inolvidables de la obra rulfiana, pero lo que se encontrará en este volumen es la selección que hizo Juan Rulfo de las páginas que a él mismo le gustaban más de su obra ya clásica: cuentos de El llano en llamas. Fragmentos de Pedro Páramo y dos relatos que no se recogieron en esos dos libros, “Un pedazo de noche” y “La vida no es muy seria en sus cosas”. // 


El conservador, de Nadine Gordimer, Tusquets.

La única idea que Mehring, un industrial cincuentón y aún atractivo para las mujeres, tiene por clara en su vida es la de que debe conservar a toda costa su modo de vida. Ni su amante izquierdista, ni su hijo —un colegial presuntuoso que lleva pelo largo—, consiguen socavar su convicción de que tiene el derecho inalienable a seguir en posesión de sus bienes. Y nadie parece cuestionarlo: ni los trabajadores de negros que cuidan de su finca en el Transvaal, ni los indios que venden los productos de su tierra, ni los hacenderos boers que le consideraban un simple aficionado en los asuntos del campo, ni los negros que viven segregados en ghettos entre la finca y la ciudad. Tan sólo la presencia de un hombre muerto, abandonado cerca de un río, suscita en él cierta inquietud... Como intenso contrapunto a sus recuerdos y fantasías, están las vidas de los que le sirven, pero que apenas reparan en él, y también esa otra misteriosa presencia en la serena belleza de la tierra a la que todos se aferran. // 


El sortilegio del misterio, de Alexandra David-Neel. Edhasa (España).

Esta obra póstuma es, ante todo, el relato autobiográfico de una búsqueda de la verdad trascendente y el sentido profundo de la vida, en un mundo donde los extravíos de la razón, las ilusiones complacientes, la falsa satisfacción espiritual, confunden a menudo a ingenuos y desesperados. Estas páginas contienen distintas historias —desde los círculos esotéricos de Londres y París, a los refugios de los teósofos en el Himalaya—, en las que se puede encontrar características notables: la serenidad de la reflexión, la espontaneidad de la escritura, la humildad del conocimiento, el encanto privilegiado del humor. //


Gérard de Nerval, de Albert Béguin. Fondo de Cultura Económica (México).

El creador de Aurelia es estudiado con excepcional acierto; en su brevedad, este libro concierta las mejores cualidades del pensador literario: rigor de los planteamientos, versatilidad del análisis, profundidad de los juicios, elegancia en el estilo. // 


Vuelve, Dr. Caligari, de Donald Barthelme. Anagrama (España).

En estos catorce relatos en que se entremezclan la ferocidad, la distorsión, el humor negro y el absurdo, lo grotesco y lo obvio, Barthelme utiliza los materiales pop, o sea pertenecientes al ficticio pero irrecusable universo del mid-cult y de las comunicaciones de masa. Utiliza una técnica análoga a la del artista que hace un montaje con los objetos y productos de la civilización de consumo; rechaza el slang: prefiere jugar con la mixturación del lenguaje cotidiano y la frase hecha haciendo explotar las convenciones habituales. // 


La novela norteamericana moderna. de Malcolm Bradbury. Fondo de Cultura Económica (México).

Este libro constituye un amplio ensayo sobre la novela norteamericana moderna. Estudia el desarrollo de este género literario en Estados Unidos a partir de la última década del siglo pasado. Desde Henry James, Stephen Crane o Theodore Dreiser hasta los novelistas más recientes como Updike, Wilder, Capote, Baldwin o Sontag y aun otros más jóvenes, pasando por la “generación perdida”, Hemingway, Fitzgerald, Faulkner, Dos Passos, esta obra nos muestra cómo estos escritores han contribuido a que la crítica de la narrativa norteamericana haya cambiado favorablemente tanto dentro como fuera de Estados Unidos. // 


Historia de la literatura latina, de A. Millares Carlo. Fondo de Cultura Económica (México).

El autor traza aquí un panorama de la literatura que ha sido objeto de su dedicación y de su estudio de muchos años. Sin omitir nada esencial y evitando, en cambio, cuanto pudiera parecer innecesario o farragoso, nos deja una clara idea de las figuras y corrientes que animaron el campo de las letras latinas y nos da cuenta de las investigaciones más recientes. // 


Tres soldados, de John Dos Passos. Bruguera (España).

Una de las primeras obras del autor, a pesar del subjetivo patetismo que tiñe aquí su prosa, y de que la temática se centra todavía en el artista abrumado por el choque con un mundo feroz, esta novela ya anuncia la agudeza crítica y la dimensión épica que habría de caracterizar toda su escritura. // 


El gran Meaulnes, de Alain-Fournier. Planeta (España).

Uno de los clásicos de la literatura contemporánea, se publicó originariamente en 1913. El autor recrea con un lenguaje sugerente y poético los años de su niñez en la Sologne y el Berry, en el centro de Francia, proyectando sobre aquellas vivencias infantiles su sueño interior. //