Aquel que en la vida pasa de modo tal que no encuentra en ella suficiente razón para vivirla plenamente debe seguir buscando el camino hacia una meta que a veces parece inalcanzable pero insoslayablemente conduce a DIOS.
Sin Él, muchas veces la vida nos parece inútil vivirla porque presagiamos que con lo que hacemos no nos sentimos plenos, por más que a veces nuestro trabajo nos resulte satisfactorio, ese gozo de haber podido concretar una obra, un hecho más, es efímero, por eso sólo DIOS nos "llena", sólo DIOS nos "vivifica", porque sólo DIOS es "VIDA".
Hay veces que nos mortificamos por alguien que nos resulta desagradable en su manera de ser, en su comportamiento, en su vocabulario, es ése el preciso momento en que más debemos tener presente a DIOS con una invocación hacia Él, más aún, en que debemos elevar nuestras oraciones por ése prójimo que nos mortifica con sus acciones.
La irracionalidad cunde más y más en nuestro mundo, hace que nuestra vida se vea más aún empequeñecida cada día que pasa por ese proceder del ser humano. Cuando ello ocurre más debemos tener presente que nuestra actitud ante la vida, ante la sociedad debe ser cauta, para no caer en aquello que convierte al hombre en un ser de bajos instintos más propios del reino animal que de seres humanos a los cuales puso DIOS como "Reyes de la creación".
La vida es una canción que merece ser cantada, dijo alguno por allí, más todavía, la vida es una canción de Amor a Dios y al prójimo que debe ser cantada a coro por toda la Humanidad. Cuando el hombre se regocija con sus semejantes en plenitud, por distintas causas comunes que casi en un ciento por ciento las razones de dichas causas son cosas simples, es seguro que Dios está en medio de ese grupo de personas que le cantan a la vida semejante a un Coro de Angeles y Arcángeles que le cantan loas al Creador.
Por eso no valen razones mezquinas cuando vivir se trata, debemos hacerlo a plena conciencia, sabiendo que al hacerlo así estamos disfrutando de un bien que nos ha dado Dios, por eso es indispensable vivir alegremente, amando al prójimo como a nosotros mismos y a Dios sobre todas las cosas para que Éste con su infinito amor nos proteja de toda maldad humana, y Él nos guíe en nuestros pasos hacia Él mismo.
Si no nos sentimos plenos, si los logros terrenos son efímeros, hemos de buscar a Dios, Él nos llena en plenitud con su Gracia y Bondad.