El poder de los instintos
 

Traicionado por atávicos instintos, el hombre se siente encerrado en su intenso y amargo egoísmo llegando hasta el límite de traicionar los más caros sentimientos humanos que normalmente tiene hacia su prójimo. Traiciona sus luminares espirituales FE- ESPERANZA- CARIDAD-. Somete a su Espíritu a los más bajos estratos de la condición humana embargándolo en profunda tristeza y melancolía.

Siente en sí mismo la magnitud del hecho incomprensible de su vida misma, sintiendo un vacío profundo en su alma traicioneramente herida. El hombre dominado por sus instintos traiciona la FE que en él ha puesto su prójimo, traiciona la ESPERANZA por los hechos y obras que el hombre dominado posterga al sentirse anulado, traiciona la caridad en sí mismo y la CARIDAD AJENA, porque su presencia es un golpe para éste que a veces no está lo suficientemente preparado para asimilarlo. Los instintos tendrán que ser dominados por el HOMBRE, si éste quiere de verdad hacer valer la condición que Dios le dio de SER creado a SU IMAGEN Y SEMEJANZA. Una razón esencial para no dar paso a los requerimientos de los instintos es la de estar siempre EN FORMA, de esta única y positiva manera, siendo COHERENTES, VITALES, LÚCIDOS, podremos los representantes de ADÁN sobrellevar con ÉXITO nuestras pretendidas obras.


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Oscar B. Nicola


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