Sres. propietarios de la prisión de Palma Real, en especial los presidentes que toman las decisiones:

Somos los hijos de propietarios de edades comprendidas entre 12 y 18 años, y nos dirigimos a ustedes para comunicarles nuestro desacuerdo con algunas de las resoluciones tomadas por ustedes concernientes a las zonas ajardinadas y sobre nuestros lugares de esparcimiento.

Parece ser que encuentran moralmente incorrecto que nos reunamos en los cuartos de baño, por lo cual deciden privar a la comunidad de ese servicio a partir de las 9 de la noche. Es decir que si a partir de esa hora a alguien le da uyna necesidad perentoria se tiene que subir a su casa o hacer uso de la piscina si esta necesidad es muy urgente.Teniendo en cuenta que la piscina no puede ser utilizada a partir de ciertas horas, sólo nos quedan los ascensores y con un poco de suerte nuestra casa.

Se ha prohibido a los mayores de cinco años el uso de patines, bicicletas y una larga lista que aquí no podemos reunir por falta de tinta; lo irónico de la situación es que una persona mayor de cinco años representa un problema mucho menor que un crío de tres años con su primera bici tanto para las personas como para las plantas, y sin embargo los padres dejan a sus hijos colgados en la piscina, convirtiéndolos en el terror de las plantas y de toda la gente que en ese momento se encuentre en la zona. Pero ante todo mucha calma, todos tranquilos que los mayores de doce años estarán allí para sufrirlos, aguantarlos, y si alguno se cae a la piscina, a lo mejor lo salvamos.

Así como reunirse en el baño resulta moralmente inaceptable, también estamos acusados de hacer camping en las entradas, cuando realmente no estamos haciendo más que hablar y ahorrarnos el frío polar de la calle. Las terrazas "comunitarias" (¿?) también nos han sido vetadas (y bien cerradas) y así sólo nos quedan las zonas ajardinadas como punto de encuentro, pero... Perturbamos el sueño de la gente de la casa, por lo que en vista de las últimas decisiones tomadas por ustedes, este lugar no tardará en ser cerrado a nuestro acceso. Por lo visto sólo nos queda nuestra casa (si no nos echan).

Ante todo esto se nos plantea la duda: ¿Tan malos somos? ¿Se les ha ocurrido mirar alguna vez (si no estaban en sus casas) a sus hijos diezmar la población vegetal de la piscina?¿Y cuando hacen playitas con la arena de los ceniceros? Ya nos imaginamos los comentarios: Estos jóvenes fumadores que no saben dejar la arena en su sitio...

Dado el estado quasi policial en el que se pretende que vivamos, tan sólo nos queda dirigirnos a ustedes con la mayor de las ironías.¿Acaso no es la piscina un lugar público para el esparcimiento de los propietarios (y sus hijos)?

 

Palma de Mallorca, a viernes 16 de Junio de 1995

 

 

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