Joey en la bolsa

Vestido con una campera de cuero negra y llevando su pelo desobediente atado,
Joey Ramone todavía se reconoce como un ícono del punk mientras toma su fuente de
atún crudo en la barra de un bar de sushi de moda en el East Village de Manhattan. Pero entonces, a los 48, la vida es diferente. "Dormía todo el día y salía toda la noche", afirma el escritor de canciones como I Wanna Be Sedated y Beat On The Brat. "Ahora me levanto a las 6 o las 7".
¿Haciendo yoga, quizás, o preparando los arreglos acústicos para una futura versión de la serie MTV Unplugged? Dificil. Ramone está pegado al programa Squawk Box de la cadena CNBC, en particular, mirando el mercado accionario.
"Programas como ese solían ser aburridos", dice Joey con su acento de Queens, que de vez en cuando e inexplicablemente se zambulle en el ritmo británico de los Herman's Hermits.
"Pero ellos mezclan el negocio con la diversión. Saben de lo que estan hablando pero pueden ser ellos mismos".
Joey está muy apegado a una comentarista de CNBC en particular, de hecho, ha escrito una canción para ella. Es una melodía de pop, teñida con la clásica intensidad Ramones:
What's happening on 'Squawk Box?'
What's happening with my stocks?
I wanna know
I watch her every day
I watch her every night
She's really out of sight
Maria Bartiromo, Maria Bartiromo, Maria Bartiromo!
Esta fijación con el mercado accionario es lo más cerca que Joey ha estado de un trabajo full-time desde que su banda dejó de tocar en 1996. En esos días, bromea Joey, ganaban billones. Mientras ésa es obviamente una exageración, está claro que le está yendo bien: Rhino Records editó recientemente una antología de Ramones, Hey! Ho! Let's Go!, y sus canciones todavía se escuchan por todas partes, desde bandas de sonido hasta comerciales de cerveza. "Es lucrativo", dice Joey, nacido con el nombre de Jeffrey Hyman. "La banda se ha vuelto más popular desde que nos separamos".
En la superficie, Ramone parece ser el mismo de antes. Delgado, notablemente alto y palido como el papel, ha vivido en el mismo departamento del East Village durante 20 años, no tiene auto (toma el tren o un remis cuando necesita viajar) y todavía lleva jeans rotos. Las únicas otras cosas en que gasta el dinero es en posters de conciertos de los sesentas de The Who y Hendrix, o autógrafos como una fotografía de los Rolling Stones con Brian Jones. "Los conocí a principios de los ochentas, antes de que todo explotará", dice.
Joey está trabajando en un álbum solista y grabó seis temas (incluyendo María
Bartiromo) para comprar en pequeños sellos discográficos. "Me perdería en uno grande", explica. Pero, verídicamente, está invirtiendo la mayoría de sus ingresos. "Es mi nueva religión", dice. "Es casi como hacer música, una pasión".
Joey empezó a interesarse en inversiones en 1992, después que paró de tomar y de vivir como un rockero. "Estás sobrio y ves un camión de Coca-cola (KO) de una manera diferente", dice. "Un día es simplemente un camión lleno de gaseosas. Pero el próximo día lo ves como algo con ganancia potencial".
Su carpeta actual está llena de nombres familiares: Intel (INTC), Amazon (AMZN),
General Electric (GE), Yahoo! (YHOO), Time Warner (TWX) y Hughes Electronics
(GMH). "Durante los últimos años, con DirecTV y con lo que está pasando con
los satélites y las telecomunicaciones, Hughes es una compañía atractiva", dice Joey que
adquirió acciones en 61 dólares en 1997, antes de que la compañía se uniera con RAYTHEON (RTN.B).
Ramone es celoso sobre sus acciones -describiendo su estilo inversor como
"instintivo y orgánico"- pero tiende a aferrarse herméticamente a ellas. "Si tengo
100 partes de algo, las dejo estar un día y de repente soy sorprendido por buenas noticias", dice. "Hace años tenía a Adobe (ADBE), cuando estaba en auge. Entonces bajo, y de repente, empezó despegar nuevamente". Entonces, "A veces es bueno darles libertad. Mi broker me dice que no debo casarme con mis acciones".
Actualmente el novio financiero de Joey es Amazon, acciones que compró por 15 dólares,
en 1997 cuando se había entusiasmado por el comercio electrónico. Aún le agradan los constantes cambios de clima que tienen las acciones de tecnología. "Puede ser estresante a veces -sobre todo cuando estás atrapado en correcciones". Así fue el caso a comienzos de este año. Aunque Joey había cerrado con ganancias en diciembre, vendiendo porciones de Yahoo y otros líderes, su instinto le dijo que se sentara firme con Amazon, esperando que mantuviera su precio y le diera un descanso para 1999. "Desde entonces el mercado ha retrocedido", dice, "pero no necesariamente las acciones individuales. Amazon no lo ha hecho".
Aún, el declive no lo ha alejado de las acciones de tecnología. De hecho, ahora mismo Joey está enfocandose en acciones business-to-business de Internet, con Commerce One (CMRC) como su primera apuesta en el sector. "En diciembre era un avión", dice. "Compré hace dos semanas, un pedazo a 195 dólares. Desde entonces ha habido una ligera corrección, pero todo el mundo está con esta compañía. A mi corredor le gustó".
Ciertamente, ha recorrido un largo camino desde su primera experiencia en inversiones, que,
como la mayoria de los músicos, es una mala. En los setentas, cuando la banda estaba creciendo, Joey puso su dinero con un corredor y no metió las manos. Con la excepción de Polaroid, las acciones que compraron para él dieron pocas ganancias, y se esfumaron. "Básicamente,
este corredor me cagó".
Cuando se propuso seriamente invertir nuevamente, Joey decidió probar otro corredor. Se entrevistó con varios gerentes y terminó con Marty Lutschaunig que trabaja para Merrill Lynch y que también también es amigo de su madre. (Ella es artista y dueña de una galería de arte; su padre tenía una compañía de transportes) "Es honesto, no un cagador", dice.
Ahora Joey está mucho más interesado que antes, hablando de vez en cuando con
Lutschaunig unas veces por día y constantemente afilando su propia perspicacia de mercado.
Aparte de mirar CNBC, lee el Wall Street Journal y navega en la red en busca de consejos de Yahoo, Raging Bull y TheStreet.com. "Tengo más tiempo que el que solía tener", admite. Pero todavía no es un entusiasta del comercio automatizado. "Quiero comerciar en línea", explica, "pero durante mucho tiempo no me he sentido cómodo con él".
A veces Joey y su corredor cierran con llave las acciones, cuando Lutschaunig lo dirige
fuera de los picos accionarios más especulativos y se anima a los que generan ganancias. "Joey cree lo que cree", Lutschaunig dice, "y nada lo moverá fuera de de eso. Pero nosotros queremos asegurarnos que lo que él está haciendo es parte de una estrategia". Su más reciente discordancia fue por la insistencia de Joey en comprar acciones de 4 Kids Entertainment (KIDE), la compañía que hace y comercializa Pokemon en los EE.UU.
"Lo que pasó", continúa, "es que gané buen dinero pero no tomé mi ganancias. Hace seis meses hubiera hecho 40 puntos por un día. Estaba arriba aproximadamente 20K cuando mi corredor me dijo que tomara mis ganancias, pero yo no escuché. Supongo que hice mal".
Al preguntarle si ve la ironia de discutir sobre acciones con la misma facilidad con la cual cantó para una gran banda de punk rock, Joey Ramone de repente suena sospechosamente como un adulto que podría estar listo para su primer par de Dockers. "La música es terrible hoy", dice, "envasada y sintética. Estoy más entretenido con el mercado accionario". Aun mejor, le recuerda viejos tiempos. "Lo grandioso sobre la revolución de Internet", dice, "es que pone a los jóvenes en la cima del mundo del comercio. Las cosas se han dado vuelta, igual que con el punk".