Orden
del día
El primer paso que tu debes dar cuando es
de día
es con el pié derecho como la gran
profecía.
Abona tu pasaje y hazle un guiño a una
novicia.
Y aunque te digan loco, sonríete sin
malicia.
Y hazle un piropo a la muchacha de la
esquina.
Y cuando llegues al trabajo, y cuando
veas al portero
salúdalo aunque viajes en asiento
delantero
Y a la viejita conserje pregúntale por
sus flores
cómo amaneció su espalda, cómo andan
sus dolores.
A tus vecinos todos, si la vida los
deprime
coméntales de música o convídalos al
cine.
Moléstate a su tiempo por la suciedad de
un baño.
Y ríete de un calvo que es un día, no hace daño.
Y llega a casa a inventarte un cumpleaños.
Y si la noche lo permite y también la
naturaleza
paséate por la calle y con manía de
grandeza.
Y si hay gente inoportuna, convérsalo
con paciencia
y duérmete como un trompo, sin tener mal
de conciencia.
Estribillo
La vida es como un segundo de un gran acontecimiento
y debes tener muy claro sus fundamentos.
La vida es como un pasaje de una canción que marea
y aquel que no
se la sabe la tararea
Y andando por estas calles, me dijo la
burocracia
no siempre el amor ligado andará con la
desgracia.
Fíjate en los portificios donde la
justicia avanza
que tiene un paño en los ojos y en la
mano una balanza.