Misterios del rock independiente presenta:
Mellonta Tauta
¿Que se puede decir de Mellonta Tauta?. A ciencia cierta muchas cosas. Que tienen un disco llamado "Sun fell" con reminiscencias de Curve y My Bloody Valentine. Que son marplatenses. Que estaban (¿están?) formados por Daniel López Quiroga y Leticia Solari. Que editaron su álbum por un oscuro sello alemán (Hyperium) y que según dijo la revista fueron catalogados como "los Cranberries underground" por la prensa teutona. Lo raro es que nunca más se supo de ellos. Así como llegaron desaparecieron. No recuerdo haber visto una sola presentación del grupo listada en las agendas de los suplementos Si! y No. Sólo Dios sabrá de su paradero a pesar de que participaron en el disco tributo argentino a The Cure-.
De todas formas el legado que dejaron es bastante interesante. Su único trabajo tiene una colección de 15 canciones que condensan toda la melancolía de la "ciudad feliz". Si, porque aunque suene contradictorio Mar del Plata fuera de temporada, con sus acantilados, sus playas desiertas y su riguroso invierno, puede llegar a ser un lugar bastante "darkie" en espíritu. Aunque hay algunos temas como "Over the ocean" un poquito más rítmicos, el disco abunda en paisajes sonoros con bajos apesadumbrados, guitarras acústicas, loops, sampleos y sintetizadadores emulando cuerdas, percusiones y pianos, que se sumaban a la susurrante voz de Leticia, que por momentos recordaba al inclemente viento marplatense.
Otra particularidad de Mellonta Tauta eran sus letras "esperanto-sónicas", que mezclaban balbuceos incomprensibles con inglés y palabras autóctonas. Para ilustrar mencionaremos una parte de "Ñandú", una de las canciones que más se entienden: "ay ñandú/ hoy no soy/ hoy no soy jaguareté/ ay the love is carillion / hoy no soy futaleufquen". Aparte algunos temas tenían nombres como "Quillén", "Cucumilus", "Andaporaquianda" y "Gauchos".
Siguiendo la conciencia ecológica de bandas como Jamiroquai y Plum como díría Homero: "por si no se dio cuenta estoy siendo irónico"- el grupo también metió su particular mensaje ecológico poniendo en el booklet del CD la foto de un graffitti que rezaba: "Salven a las ballenas" y el tema "Ballenas", una suerte de marcha fúnebre con sonidos de cetáceos llorando.
En fin, una de las más extrañas bandas locales jamás vista, por su virtual "invisibilidad" en los medios y en los escenarios, su lenguaje propio altamente críptico y su particular forma de protestar contra la caza de animales ("pobre ñandú!") sigue siendo uno de los más grandes misterios del rock independiente de la década del 90.
Mariano Lago
Dejenos su opinión en el libro de visitas