Y uno la mira fijamente como si hubiera quedado hipnotizado, no se puede mover de su asiento... la detalla de arriba a abajo, ella voltea a mirar si hay algún asiento libre y de repente lo mira a Ud. uno se derrite, las miradas se confunden, ella sonríe, Ud. no puede, se siente desconcertado y se pregunta para si:
- ¡Hijuepuerca!, ¿le caigo, le echo los perros, me hago el idiota?
Y ¡OH ! que casualidad el
asiento junto al mío está vacío. Es uno de los pocos
momentos en que uno se acuerda de Dios, de todos los santos, del Espíritu
Santo, de la Virgen Santísima, de Buda, de Ra, de Zeus, de Vishnu
o incluso a veces del Sol, esperando que sus plegarias sean escuchadas
por el dios que se encuentre disponible. Ella se acerca, se sigue acercando,
cada vez está mas cerca, mi corazón palpita, mis ojos están
desorbitados... paso saliva y... lo que uno menos se espera... ella
se sienta... en el asiento de adelante o en el de atrás. Si se sienta
en el de adelante, Ud. hace las mil y un maromas de payaso de circo para
observarla y aunque sea contentarse con esto o en el mejor de los casos
llamar su atención; y si ella se sienta atrás, Ud. muestra
sus dotes de contorsionista y se hace el que está admirando el panorama
tan bonito que está precisamente en la ventana de ella, para lo
cual se voltea y se voltea y se sigue volteando todo el bendito viaje,
esperando que ella se baje en el mismo paradero suyo para poder proceder
con la segunda parte de su plan de conquista. Pero otra vez el maldito
destino se interpone entre Ud. y la felicidad y es ahí cuando uno
pone cara de ternero y ve como ella se levanta, camina a la salida, lo
mira a Ud. con cara de lástima y se baja...
Una vez mas me encuentro en la
mas absoluta soledad y nuevamente con el corazón destrozado. (esta
fue una muy corta historia de un amor imposible... que si, lo confieso,
me ha pasado y mas a menudo de lo que parece... y no lo niegue, a Ud. también
le ha pasado )
WILPOX